lunes, 28 de junio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Año Impar

Génesis 18,16-33



REFLEXIÓN

El Señor dijo: "La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré."

El acusador, el fiscal que persigue el delito y la sombra del mismo, ha estado presente siempre, casi tanto como el Señor. Es como su doble bajo su mando, como aparece en Job.

Una instancia que mete miedo, y no permite la plena felicidad, ni tampoco la impunidad.

Algo/alguien que sólo se supera con el recurso a la misericordia del Señor.

"¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable?

¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?"

Jesús será el inocente castigado, por quien los demás podrán ser salvos.

Más que Isaac/Ismael, más que Job, en una realización novedosa de la expiación del siervo.

Se puede decir que los seguidores de Jesús, los que creen en él, realizan en su existencia la justicia misericordiosa del Señor, la justicia y derecho de Dios para este mundo, que consiste en una vida de servicio del inocente, otro sentido de pobre.

Salmo responsorial: 102



REFLEXIÓN

Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura.

no está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo

La acusación, el remordimiento y la culpa entran en el designio de salvación, como dialéctica o dinámica que moldea, nos diviniza y purifica.

Mateo 8, 18-22



REFLEXIÓN

Se le acercó un letrado y le dijo: "Maestro, te seguiré a donde vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".

Si la letra no contribuye a la conciencia de fraternidad y a compartir, no sirve de mucho para el seguimiento de Jesús en el Reino.

Un seguimiento veraz al estilo de la meditación del Reino de los ejercicios ignacianos, es radical en la disposición, y perseverante en la ejecución.

No es un lecho de rosas sin espinas. Implica esfuerzo, renuncias, dificultades por amor al reino.

Requiere abstenerse de cualquier tipo de alianzas que puedan proveer un cierto descanso y apoyo, como la tienen otros.

Requiere un espíritu independiente y leal absolutamente al Señor del Reino.

" Otro, que era discípulo, le dijo: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos".

En el Reino ciertas obras de misericordia, que son buenas, ceden ante la prioridad de la misión.

Pareces decir que no hay que ocuparse ni preocuparse por lo que está muerto: cómo saber que lo está, si todavía manifiesta algunos signos de vida?

Implica dejar el mundo en su ritual de muerte: muertos que entierran muertos. Porque el Reino es un ritual de vida.

La vida se encuentra levantando los ojos al horizonte, de donde vendrá el auxilio, y no más bien obsesionarse con el suelo y la fosa.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1409469290030546950?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



San Agustín Sermón 47, sobre las ovejas 1.2.3.6

Las palabras que hemos cantado expresan nuestra convicción de que somos rebaño de Dios: Él es nuestro Dios, creador nuestro. Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebano que él guía. Los pastores humanos tienen unas ovejas que no han hecho ellos, apacientan un rebaño que no han creado ellos. En cambio, nuestro Dios y Señor, porque es Dios y creador, se hizo él mismo las ovejas que tiene y apacienta. No fue otro quien las creó y él las apacienta, ni es otro quien apacienta las que el creo. Por tanto, ya que hemos reconocido en este cántico que somos sus ovejas, su pueblo y el rebaño que él guía, oigamos qué es lo que nos dice a nosotros, sus ovejas. Antes hablaba a los pastores, ahora a las ovejas. Por eso, nosotros lo escuchábamos, antes, con temor, vosotros, en cambio, seguros. Cómo lo escucharemos en estas palabras de hoy. ¿Quizá al revés, nosotros seguros y vosotros con temor? No, ciertamente. En primer lugar porque, aunque somos pastores, el pastor no sólo escucha con temor lo que se dice a los pastores, sino también lo que se dice a las ovejas. Si escucha seguro lo que se dice a las ovejas, es porque no se preocupa por las ovejas. Además, ya os dijimos entonces que en nosotros hay que considerar dos cosas: una, que somos cristianos; otra, que somos guardianes. Nuestra condición de guardianes nos coloca entre los pastores, con tal de que seamos buenos. Por nuestra condición de cristianos, somos ovejas igual que vosotros. Por lo cual, tanto si el Señor habla a los pastores como si habla a las ovejas, tenemos que escuchar siempre con temor y con ánimo atento..

REFLEXIÓN

No hay seguridad absoluta en nada, sólo fortaleza en la esperanza, ya seamos pastores o seamos ovejas. Menos ser machos cabríos disonantes en medio del rebaño de ovejas. Todos a nuestro turno somos pastores, y a nuestro turno ovejas del común. Unas veces liderando y  absorbiendo las exigencias del mismo liderazgo. Otras obedeciendo, cumpliendo lo que se nos señala para el bien de todos. Los machos cabríos son la oportunidad de revolver esa mansedumbre, y desorientar tanto a pastores como a ovejas. Por eso no hay seguridad absoluta.