jueves, 1 de julio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

JUEVES 13 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Génesis 22,1-19



REFLEXIÓN

Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes."

Vamos aprendiendo lenta y procesualmente sobre la prueba del Señor, como purificaciòn de amor. Pone a prueba la fe, sus motivos, su alcance, la específica y personal unión con Dios.

A pesar de los errores cometidos me puedo redimir y santificar: porque el perdón del Señor es generoso, más que el nuestro. El único compromiso es que yo también perdone.

Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac

Hay otro pueblo que se va haciendo numeroso y también es fiel y piadoso con su expresión de Dios: el Islam. Al contrario de nosotros parece más arraigado en su cultura. Y como nosotros muestra extremos de violencia religiosa. Parecemos en guerra.

Este pueblo alega y defiende el sacrificio del hijo de Abraham como el de Ismael y no el de Isaac, y por lo tanto reclama para sí la promesa.

También los creyentes de Jesús, como dice Pablo reclamamos la auténtica descendencia y promesa. Tres reclamos. Pero dos: hebreos e islámicos concentrados en franjas de tierra.

Un enfoque de pluralismo religioso no haría énfasis en esta división tripartita, sino en el respeto a cada revelación como relacionada con el Dios auténtico.

ofrécemelo allí en sacrificio

Este símbolo de la promesa, hijo de la estéril o hijo de la esclava, es pedido para sacrificar. Es una prueba de confianza, que debe superar el terror de la pérdida y el miedo al futuro.

Sin embargo en la revelación de Jesús, el hijo, el símbolo, sí es sacrificado. Como dice Pablo, allí se llega hasta el final y el Padre Dios entrega a su hijo. El que pidió y liberó a Isaac-Ismael, no liberó a Jesús, para llegar hasta el final en su amor.

"Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío."

Entre los paradigmas de fe que enlista la carta a los hebreos, sobresale la de Abraham por esa total disponibilidad al designio del Señor. No sólo en lo global totalizador sino también en el detalle de la coyuntura histórica.

Abraham nos ayuda a penetrar en el cumplimiento de Jesús de la voluntad de su Padre.

Juntos hacen del “Dios proveerá, Padre proveerá” el programa de vida.

Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo."

Cuál es el extremo existencial al que debemos llegar para escuchar esta voz del Padre. No reservarnos es despojarnos. Despojarnos para que su Espíritu nos posea y transforme.

vio un carnero enredado por los cuernos en una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo

El Padre no tuvo a quién acudir ni de quién esperar un último milagro que lo librara de entregar a Jesús. Si alguien, fue Él quien se despojo totalmente. Por eso en nuestro despojo Jesús es nuestro recurso definitivo y en él podemos esperar la intervención salvífica.

Salmo responsorial: 114



REFLEXIÓN

Me envolvían redes de muerte, / me alcanzaron los lazos del abismo, / caí en tristeza y angustia. / Invoqué el nombre del Señor: / "Señor, salva mi vida."

Bien pudiera este versículo del salmo mostrar el sentimiento de acoso y pavor experimentado por el rey David cuando era perseguido por la conspiración de su hijo Absalón.

Un clásico ruego in extremis bajo el efecto de una gran angustia como reacción al cerco que establece un enemigo poderoso, de cuyos tentáculos apenas se ve cómo escapar.

Hablamos actualmente de las redes sociales, fascinados por una tecnología que nos relaciona virtualmente de tal forma que permite una comunicación extensa e intensa  de muchos.

Es un medio que ha prestado ayuda a emergencias médicas, de personas que solicitan tratamiento o medicamentos que no se consiguen fácilmente.

Como todo lo que hacemos e inventamos también tiene su lado oscuro, porque en las redes se han publicado cosas que luego se sabe o nunca se llega a saber si son verdaderas, prestándose a la difamación y la intromisión indebida en la privacidad personal.

Aquí debemos volver sobre el dicho evangélico del sábado para el hombre y no al revés. La tecnología para el hombre y no al revés.

Mateo 9,1-8



REFLEXIÓN

Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: "¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados."

En este momento se satisfaría el paralítico con este dicho de Jesús? El pecado es entonces la fuente de las enfermedades y éstas son síntomas de pecado. Hay una íntima relación en esa cultura entre ambas. Pero también esperaría su curación física.

Para haberle llevado al enfermo los acudientes daban muestra de alguna fe, aunque fuera por intentar cualquier alternativa, como era la de acudir a un afamado taumaturgo.

Porque no solo la fe del enfermo es importante sino también la de sus acompañantes que sienten como propia su enfermedad. Ese gesto de solidaridad es ya una proclamación de fe.

Pero Jesús no sana por fuera sino de raíz y acorde a la sabiduría de su tiempo se enfoca en el pecado como causa de todo lo malo.

Será solo una sabiduría trasnochada porque hoy existen ámbitos en los que el pecado como causa de males y enfermedades es invisible.

¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"?

En esta cultura una palabra que dice y hace es lo cabal, lo normal, lo esperado. El hiato y esquizofrenia entre decir y hacer pertenece a otra mentalidad más interesada en el concepto como método de análisis, no como estilo de vida.

Pero esta teocultura mira al Señor como Paradigma del decir y hacer, como en la creación del Génesis. Y Jesús lo trae a cuento porque su decir y hacer son los del Padre. Si dicen que perdonan los pecados hacen que brote la salud para una mayor calidad de vida.

para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.""

Jesús sabía de ese anhelo y procedió en conformidad, estableciendo en ese contexto de pecado-enfermedad, causa-consecuencia, un poder curativo, regenerador, liberador.

el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecado

El evangelista utiliza un título que según muchos estudiosos representa el único aceptado y usado por el mismo Jesús.

En este nivel redaccional parece referirse a una potestad terrenal delegada porque en el credo israelita sólo Dios perdonaba pecados.

Tal delegación hace de Jesús de Nazareth alguien muy especial en conexión con el Padre Dios.

La naturaleza de ese vínculo especial será tema de estudio y reflexión en la historia de la comunidad de seguidores de Jesús hasta alcanzar el estatus de dogma cristológico.

En nuestro tiempo los dogmas, incluso los más antiguos están en revisión porque su expresión lingüística y la mentalidad que los concibió no son las mismas que las actuales.

Frente a esa revisión caben básicamente dos posturas: una que mantiene el dogma mientras lo actualiza, y otra que lo suspende.

Pero tal discrepancia no nos exime de asumir cada uno una definición frente a Jesús de Nazareth según la fe que profesemos.

Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Este comentario al final del relato recoge el fondo de la catequesis: Jesús de Nazareth es un hombre que representa el inicio de una humanidad con el poder de perdonar, de modo que el atributo propio de Dios, parte de su misterio y trascendencia, ahora es nuestro.

Nosotros podemos, si queremos, hacerle frente al misterio de iniquidad en el mundo y restaurar el designio original como reino de los cielos.

Es nuestro legado de fe en Jesús de Nazareth.

Con su decir y hacer, Jesús daba testimonio de tomar al Señor en serio al hacerlo presente en la vida corriente. Por eso se sobrecogían.

Algunos encuentros con Dios son como un fogonazo en la conciencia que nos hace exclamar sobrecogidos: ”no pensábamos que el Señor estuviera aquí!”

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1410554228662210564?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Jueves, XIII semana

San Jerónimo Homilía a los recién bautizados, sobre el salmo 41



Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Como la cierva del salmo busca corrientes de agua, así también nuestros ciervos, que salido de Egipto y del mundo, y han aniquilado en las aguas del bautismo al Faraón con todo su ejército, desde haber destruido el poder del diablo, buscan las fuentes de la Iglesia, que son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Que el Padre sea fuente, lo hallamos escrito en el libro de Jeremías: Me abandonaron a mi fuente de agua viva y cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el agua. Acerca del Hijo, leemos en otro lugar: Abandonaron la fuente de la sabiduría. Y del Espíritu Santo: El que bebe del agua que yo le daré, nacerá dentro de él un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna, palabras cuyo significado nos explica luego el evangelista, cuando nos dice que el Salvador se refería al Espíritu Santo. De todo lo cual se deduce con toda claridad que la triple fuente de la Iglesia es el misterio de la Trinidad. Esta triple fuente es la que busca el alma del creyente, el alma del bautizado, y por eso dice: Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. No es un tenue deseo el que tiene de ver a Dios, sino que lo desea con un ardor parecido al de la sed. Antes de recibir el bautismo, se decían entre sí: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Ahora ya han conseguido lo que deseaban: han llegado a la presencia de Dios y se han acercado al altar y tienen acceso al misterio de salvación. Admitidos en el cuerpo de Cristo y renacidos en la fuente de vida, dicen confiadamente: Pasaré al lugar del tabernáculo admirable, hacia la casa de Dios. La casa de Dios es la Iglesia, ella es el tabernáculo admirable, porque en él resuenan los cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. Decid, pues, los que acabáis de revestiros de Cristo y, siguiendo nuestras enseñanzas, habéis sido extraídos del mar de este mundo, como pececillos con el anzuelo: «En nosotros, ha sido cambiado el orden natural de las cosas.

REFLEXIÓN

La Trinidad operativa en los creyentes, comparada con una fuente originaria, con un ojo de agua que mana sin cesar, y cuya agua es pura siempre, sin contaminación posible, porque brota de lo profundo de la montaña, ladera abajo. Los peces, imagen también de los creyentes, subvierten la imagen natural, del pez que muere fuera del agua, más bien para vivir en un nuevo contexto. El misterio de Dios comunicado trinitariamente como fuente, y las salvación encontrada fuera del mar, en la luz.