miércoles, 17 de agosto de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Miércoles, XX

San Agustín Sermón Caillau Saint-Yves 2, 92

Todas las aflicciones y tribulaciones que nos sobrevienen pueden servirnos de advertencia y corrección a la vez. Pues nuestras mismas sagradas Escrituras no nos garantizan la paz, la seguridad y el descanso. Al contrario, el Evangelio nos habla de tribulaciones, apuros y escándalos; pero el que persevere hasta el final se salvará. Pues, ¿qué bienes ha tenido esta nuestra vida, ya desde el primer hombre, que nos mereció la muerte y la maldición, de la que sólo Cristo, nuestro Señor, pudo librarnos? No protestéis, pues, queridos hermanos, como protestaron algunos de ellos –son palabras del Apóstol–, y perecieron víctimas de las serpientes. ¿O es que ahora tenemos que sufrir desgracias tan extraordinarias que no las han sufrido, ni parecidas, nuestros antepasados? ¿O no nos damos cuenta, al sufrirlas, de que se diferencian muy poco de las suyas? Es verdad que encuentras hombres que protestan de los tiempos actuales y dicen que fueron mejores los de nuestros antepasados; pero esos mismos, si se les pudiera situar en los tiempos que añoran, también entonces protestarían. En realidad juzgas que esos tiempos pasados son buenos, porque no son los tuyos. Una vez que has sido rescatado de la maldición, y has creído en Cristo, y estás empapado en las sagradas Escrituras, o por lo menos tienes algún conocimiento de ellas, creo que no tienes motivo para decir que fueron buenos los tiempos de Adán. También tus padres tuvieron que sufrir las consecuencias de Adán. Porque Adán es aquel a quien se dijo: Con sudor de tu frente comerás el pan, y labrarás la tierra, de donde te sacaron; brotará para ti cardos y espinas. Éste es el merecido castigo que el justo juicio de Dios le fulminó. ¿Por qué, pues, has de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor que los actuales? Desde el primer Adán hasta el Adán de hoy, ésta es la perspectiva humana: trabajo y sudor, espinas y cardos. ¿Se ha desencadenado sobre nosotros algún diluvio? ¿Hemos tenido aquellos difíciles tiempos de hambre y de guerras? Precisamente nos los refiere la historia para que nos abstengamos de protestar contra Dios en los tiempos actuales. ¡Qué tiempos tan terribles fueron aquéllos! ¿No nos hace temblar el solo hecho de escucharlos o leerlos? Así es que tenemos más motivos para alegrarnos de vivir en este tiempo que para quejarnos de él.

REFLEXIÓN

Las protestas no deben ser reprimidas, sino encauzadas para que lleguen a algún fin provechoso al bien común. Una forma de encauzar es refiriéndolas a la tradición para que disminuya el narcisismo y el victimismo, por el cual parece que todo tiempo fue mejor, y  que los problemas actuales son desproporcionadamente mayores. La memoria histórica no sólo ayuda a prevenir, sino a mantenerse en la debida proporción, para no incurrir en peores daños para todos.

EJERCICIOS ESPIRITUALES


 

[38] DE LA PALABRA.

No jurar ni por Criador ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia; necesidad entiendo, no quando se affirma con juramento cualquiera verdad, mas quando es de algún momento cerca el provecho del ánima o del cuerpo o de bienes temporales. Entiendo reverencia, quando en el nombrar de su Criador y Señor, considerando, acata aquel honor y reverencia debida.

REFLEXIÓN

[38] La excepción del Jurar mira a la verdad, la necesidad y la reverencia. La verdad y la necesidad, tanto en el juramento por Dios como por cualquier criatura, tiene que ver con la importancia y pertinencia para el alma, cuerpo o bienes temporales. Tiene que ver con la reverencia, al mencionar a Dios, en la actitud de honor y respeto que se le debe.

[39] Es de advertir que dado que en el vano juramento peccamos más jurando por el Criador que por la criatura, es más difícil jurar debidamente con verdad, necesidad y reverencia por la criatura que por el Criador, por las razones siguientes. 1ª La primera: quando nosotros queremos jurar por alguna criatura, en aquel querer nombrar la criatura, no nos hace ser tan atentos ni advertidos para decir la verdad, o para afirmarla con necesidad, como en el querer nombrar al Señor y Criador de todas las cosas. 2ª La segunda es que en el jurar por la criatura no tan fácil es de hacer reverencia y acatamiento al Criador, como jurando y nombrando el mismo Criador y Señor; porque el querer nombrar a Dios nuestro Señor trae consigo más acatamiento y reverencia, que el querer nombrar la cosa criada. por tanto, es más concedido a los perfectos jurar por la criatura, que a los imperfectos; porque los perfectos, por la assidua contemplación y illuminación del entendimiento, consideran, meditan y contemplan más ser Dios nuestro Señor en cada criatura, según su propia essencia, presencia y potencia; y así en jurar por la criatura son más aptos y dispuestos para hacer acatamiento y reverencia a su Criador y Señor, que los imperfectos. 3ª La tercera es, que en el assiduo jurar por la criatura se ha de temer más la idolatría en los imperfectos que en los perfectos.

REFLEXIÓN

[39] En el juramento vano por la criatura es difícil cumplir las condiciones de verdad, necesidad y reverencia. En ese caso decimos o afirmamos la verdad menos atent@s o advertid@s que cuando lo hacemos con el Creador. Tampoco se da el acatamiento y reverencia que cuando se da el querer nombrar a Dios. Sin embargo los perfect@s por su contemplación de Dios en las criaturas están mejor dispuest@s a jurar por ellas. Por último el constante jurar por la criatura en l@s menos preparad@s puede llevar más a la idolatría que en los perfect@s. Estas consideraciones pueden ser tenidas en cuenta m

[40] No decir palabra ociosa, la qual entiendo, quando ni a mí ni a otro aprovecha, ni a tal intención se ordena. De suerte que en hablar para todo lo que es provecho, o es intención de aprovechar al ánima propia o agena, al cuerpo o a bienes temporales, nunca es ocioso; ni por hablar alguno en cosas que son fuera de su estado, así como si un religioso habla de guerras o mercancías. Mas en todo lo que está dicho hay mérito en bien ordenar, y peccado en el mal enderezar o en vanamente hablar.

REFLEXIÓN

[40] Una aplicación del tanto cuanto: se puede hablar de todo, y tod@s pueden hablar para aprovechar y ordenar, y no lo contrario dañar y sólo por vanidad.

[41] No decir cosa de infamar o murmurar; porque si descubro pecado mortal que no sea público, peco mortalmente; si venial, venialmente; y si defecto, muestro defecto propio. y siendo la intención sana, de dos maneras se puede hablar del pecado o falta de otro. 1ª manera. La primera: quando el pecado es público, así como de una meretriz pública, y de una sentencia dada en juicio, o de un público error, que inficiona las ánimas que conversa. 2ª Segundo, quando el pecado cubierto se descubre a alguna persona para que ayude al que está en pecado a levantarle; teniendo tamen algunas coniecturas o razones probables que le podrá ayudar.

REFLEXIÓN

[41]La murmuración o difamación tiene consecuencias de conciencia, si se publica lo que está oculto, a menos que ayude a otr@ salir de su propio pecado. En dos maneras: cuando el pecado es público y cuando está secreto, pero en este caso se descubre a una persona con discreción y propósito de ayudarle.