lunes, 10 de octubre de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA



 De la carta de san Agustín, obispo, a Proba
(Carta 130, 9, 18--10, 20: CSEL 44, 60-63)
 
DEBEMOS EN CIERTOS MOMENTOS AMONESTARNOS A NOSOTROS MISMOS CON LA ORACIÓN VOCAL

 

Deseemos siempre la vida dichosa y eterna, que nos dará nuestro Dios y Señor, y así estaremos siempre orando. Pero, con objeto de mantener vivo este deseo, debemos, en ciertos momentos, apartar nuestra mente de las preocupaciones y quehaceres que, de algún modo, nos distraen de él y amonestarnos a nosotros mismos con la oración vocal, no fuese caso que si nuestro deseo empezó a entibiarse llegara a quedar totalmente frío y, al no renovar con frecuencia el fervor, acabara por extinguirse del todo.

 Por eso, cuando dice el Apóstol: Presentad públicamente vuestras peticiones a Dios, no hay que entender estas palabras como si se tratara de descubrir a Dios nuestras peticiones, pues él continuamente las conoce, aun antes de que se las formulemos; estas palabras significan, más bien, que debemos descubrir nuestras peticiones a nosotros mismos en presencia de Dios, perseverando en la oración, sin mostrarlas ante los hombres por vanagloria de nuestras plegarias.

 Como esto sea así, aunque ya en el cumplimiento de nuestros deberes, como dijimos, hemos de orar siempre con el deseo, no puede considerarse inútil y vituperable el entregarse largamente a la oración, siempre y cuando no nos lo impidan otras obligaciones buenas y necesarias. Ni hay que decir, como algunos piensan, que orar largamente sea lo mismo que orar con vana palabrería. Una cosa, en efecto, son las muchas palabras y otra cosa el afecto perseverante y continuado. Pues del mismo Señor está escrito que pasaba la noche en oración y que oró largamente; con lo cual, ¿qué hizo sino darnos ejemplo, al orar oportunamente en el tiempo, aquel mismo que, con el Padre, oye nuestra oración en la eternidad?

 Se dice que los monjes de Egipto hacen frecuentes oraciones, pero muy cortas, a manera de jaculatorias brevísimas, para que así la atención, que es tan sumamente necesaria en la oración, se mantenga vigilante y despierta y no se fatigue ni se embote con la prolijidad de las palabras. Con esto nos enseñan claramente que así como no hay que forzar la atención cuando no logra mantenerse despierta, así tampoco hay que interrumpirla cuando puede continuar orando.

 Lejos, pues, de nosotros la oración con vana palabrería; pero que no falte la oración prolongada, mientras persevere ferviente la atención. Hablar mucho en la oración es como tratar un asunto necesario y urgente con palabras superfluas. Orar, en cambio, prolongadamente es llamar con corazón perseverante y lleno de afecto a la puerta de aquel que nos escucha. Porque con frecuencia la finalidad de la oración se logra más con lágrimas y llantos que con palabras y expresiones verbales. Porque el Señor recoge nuestras lágrimas en su odre y a él no se le ocultan nuestros gemidos, pues todo lo creó por medio de aquel que es su Palabra, y no necesita las palabras humanas.


EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


REGLAS-2ªSEMANA

[328] REGLAS PARA EL MISMO EFECTO CON MAYOR DISCRECION DE SPIRITUS, Y CONDUCEN MAS PARA LA SEGUNDA SEMANA.

REFLEXIÓN

[328]La mayor discreción o discernimiento se refiere a una etapa abierta, hacia el futuro, para vivir con mayor disponibilidad y finura las mociones espirituales, mediante los cuales nos orientamos a la obediencia de fe en la voluntad de Dios, por el compromiso que hemos asumido en el peregrinaje evangélico. Es la etapa de la paloma prudente y la serpiente astuta, del sembrado de trigo, maíz o lo que sea, donde también crece la cizaña.

[329] 1ª regla. La primera: proprio es de Dios y de sus ángeles en sus mociones dar verdadera alegría y gozo spiritual, quitando toda tristeza y turbación, que el enemigo induce; del qual es proprio militar contra la tal alegría y consolación spiritual, trayendo razones aparentes, sotilezas y assiduas falacias.

REFLEXIÓN

[329Lo propio de cada agente espiritual bueno o malo, está en contraposición. Del buen espíritu verdadera alegría y gozo espiritual. Del malo, militar, guerrear, contra ese buen estado espiritual con lo que es propio: falsas razones, sutiles y constantes. Habrá momentos especiales, pruebas, que acosen y atenacen para quitar, del todo el gozo. De manera que la vigilancia y el autoconocimiento de las estrategias, previamente colaboran en evitar entrar en el terreno donde se pierde esa consolación.

[330] 2ª regla. La segunda: sólo es de Dios nuestro Señor dar consolación a la ánima sin causa precedente; porque es propio del Criador entrar, salir, hacer moción en ella, trayéndola toda en amor de la su divina majestad. Digo sin causa, sin ningún previo sentimiento o conoscimiento de algún obiecto, por el qual venga la tal consolación mediante sus actos de entendimiento y voluntad.

REFLEXIÓN

[330] Es propio y exclusivo del Señorío de Dios mover gratuitamente, sorpresivamente, regaladamente. No obstante, dada la complejidad de nuestra psiquis, no se puede asegurar definitivamente que procesos inconscientes afloren mociones, de las que no se tiene noticia consciente. Aun así, no se puede en este caso hablar de voluntad próxima e inmediata. Podemos, en el caso de los sueños, inducir algún material desde la vigilia, pero no adueñarnos y determinar que soñaremos, con exactitud.

[331] 3ª regla. La tercera: con causa puede consolar al ánima así el buen ángel como el malo, por contrarios fines: el buen ángel, por provecho del ánima, para que cresca y suba de bien en mejor; y el mal ángel para el contrario, y adelante para traerla a su dañada intención y malicia.

REFLEXIÓN

[331] Se perfecciona la consolación del que va de bien en mejor, atendiendo el fin hacia el que conduce, si bueno del buen espíritu, si malo, del malo.

[332] 4ª regla. La quarta: proprio es del ángel malo, que se forma sub angelo lucis, entrar con la ánima devota, y salir consigo; es a saber, traer pensamientos buenos y sanctos conforme a la tal ánima justa, y después, poco a poco, procura de salirse trayendo a la ánima a sus engaños cubiertos y perversas intenciones.

REFLEXIÓN

[332] La estrategia pastoral paulina de hacerse todo a todos, para llevar a Cristo, puede ser vista para contrarios fines, desde la dinámica del mal espíritu, en cuyo caso estamos en presencia de la apariencia de Ángel de Luz. Como en una manifestación pacífica se pueden infiltrar elementos revoltosos, para desacreditar la misma. Es una estrategia al tipo del caballo de Troya.

[333] 5ª regla. La quinta: debemos mucho advertir el discurso de los pensamientos; y si el principio, medio y fin es todo bueno, inclinado a todo bien, señal es de buen ángel; mas si en el discurso de los pensamientos que trae, acaba en alguna cosa mala o distrativa, o menos buena que la que el ánima antes tenía propuesta de hacer, o la enflaquece o inquieta o conturba a la ánima, quitándola su paz, tranquilidad y quietud que antes tenía, clara señal es proceder de mal spíritu, enemigo de nuestro provecho y salud eterna.

REFLEXIÓN

[333]El aporte del buen espíritu es para hacer lo bueno, el bien, lo apostólico. Entre la toma de decisión, la planeación, los insumos, las estrategias, el equipo humano de colaboradores, debe haber una sinergia, por la que todo fluye bien y acaba bien. Cualquier menos en lo que se busca o en quien lo busca, es mala señal, de una presencia indeseable. Cantidad de buenas obras iniciales abortan, se desvían, o dañan, por la ausencia de un control de calidad espiritual. Incluso en obras que se han institucionalizado y parece que caminan solas, se requiere la revisión cada tanto, para asegurarse que el buen espíritu se mantiene.

[334] 6ª regla. La sexta: quando el enemigo de natura humana fuere sentido y conoscido de su cola serpentina y mal fin a que induce, aprovecha a la persona que fue dél tentada, mirar luego en el discurso de los buenos pensamientos que le truxo, y el principio dellos, y cómo poco a poco procuró hacerla descendir de la suavidad y gozo spiritual en que estaba, hasta traerla a su intención depravada; para que con la tal experiencia conoscida y notada, se guarde para adelante de sus acostumbrados engaños.

REFLEXIÓN

[334] No es posible, antes debemos contar con los errores que cometemos y cometeremos por un tentador que asiduamente me hace engañarme en mis buenas intenciones. Esta experiencia de errores pasados ayuda a crecer en la sabiduría y humildad, de quien sabe que su vulnerabilidad le hace falible y en peligro próximo de buscarse a sí mismo, no a Dios y su voluntad.

[335] 7ª regla. La septima: en los que proceden de bien en mejor, el buen ángel toca a la tal ánima dulce, leve y suavemente, como gota de agua que entra en una esponja; y el malo toca agudamente y con sonido y inquietud, como quando la gota de agua cae sobre la piedra; y a los que proceden de mal en peor, tocan los sobredichos spíritus contrario modo; cuya causa es la disposición del ánima ser a los dichos ángeles contraria o símile; porque quando es contraria, entran con estrépito y con sentidos, perceptiblemente; y quando es símile, entra con silencio como en propia casa a puerta abierta.

REFLEXIÓN

 [335] Las expectativas que se acomodan a la disposición usual de hacer la voluntad de Dios, se nutren de mociones sutiles, toques quizás, sin rigideces ni jactancias. Todo lo contrario de quien no vive en ese estilo, cuya presencia se hace sentir con ruido, en desacuerdo con el estilo que se ha estado llevando. Una presencia que se impone con cierta violencia, para poder entrar.

[336] 8ª regla. La octava: quando la consolación es sin causa, dado que en ella no haya engaño por ser de solo Dios nuestro Señor, como está dicho, pero la persona spiritual, a quien Dios da la tal consolación, debe, con mucha vigilancia y attención, mirar y discernir el propio tiempo de la tal actual consolación, del siguiente en que la ánima queda caliente, y favorescida con el favor y reliquias de la consolación passada; porque muchas veces en este segundo tiempo por su propio discurso de habitúdines y consequencias de los conceptos y juicios, o por el buen espíritu o por el malo forma diversos propósitos y paresceres, que no son dados inmediatamente de Dios nuestro Señor; y por tanto han menester ser mucho bien examinados, antes que se les dé entero crédito ni que se pongan en efecto.

REFLEXIÓN

[336] Un amante satisfecho y feliz, después de haber estado con la amada en un encuentro íntimo, es menos sensible y alerta a la información más personal que pueda transmitir. Es así como muchos espías profesionales han sonsacado información valiosa a lo largo de los tiempos. Herodes ante la danza de Salomé se comprometió por el efecto de la emoción más allá de lo que hubiera querido, para decapitar a Juan Bautista, a quien supuestamente gustaba escuchar. El calor del encuentro con Dios, sin causa precedente es irreprochable, pero la psique contagiada de tal hervor, puede ser infiltrada por productos que no son de Dios precisamente.