viernes, 31 de marzo de 2023

BEATO CARLO


 
Del Tratado de san Fulgencio de Ruspe, obispo, Sobre la fe a Pedro
(Cap. 22, 62: CCL 91 A, 726. 750-751)
 
SE ENTREGÓ POR NOSOTROS

 

Los sacrificios de víctimas carnales, que la Santísima Trinidad, el mismo y único Dios del antiguo y del nuevo Testamento, había mandado a nuestros padres que le fueran ofrecidos, significaban la agradabilísima ofrenda de aquel sacrificio en el cual el Hijo de Dios había de ofrecerse misericordiosamente según la carne, él solo, por nosotros.

 Él, en efecto, como nos enseña el Apóstol, se entregó por nosotros a Dios como oblación de suave fragancia. Él es el verdadero Dios y el verdadero sumo sacerdote, que por nosotros penetró una sola vez en el santuario, no con la sangre de toros o de machos cabríos, sino con su propia sangre. Esto es lo que significaba el sumo sacerdote del antiguo Testamento cuando entraba con la sangre de las víctimas, una vez al año, en el santuario.

 Él es, por tanto, el que manifestó en su sola persona todo lo que sabía que era necesario para nuestra redención; él mismo fue sacerdote y sacrificio, Dios y templo; sacerdote por quien fuimos absueltos, sacrificio con el que fuimos perdonados, templo en el que fuimos purificados, Dios con el que fuimos reconciliados. Pero él fue sacerdote, sacrificio y templo sólo en su condición de Dios unido a la naturaleza de siervo; no en su condición divina sola, porque bajo este aspecto todo es común con el Padre y el Espíritu Santo.

 Debemos, pues, retener firmemente y sin asomo de duda que el mismo Hijo único de Dios, la Palabra hecha carne, se ofreció por nosotros a Dios en oblación y sacrificio de agradable olor; el mismo al que, junto con el Padre y el Espíritu Santo, los patriarcas, profetas y sacerdotes del antiguo Testamento sacrificaban animales; el mismo al que ahora, en el nuevo Testamento, junto con el Padre y el Espíritu Santo, con los que es un solo Dios, la santa Iglesia católica no cesa de ofrecerle, en la fe y la caridad, por todo el orbe de la tierra, el sacrificio de pan y vino.

 Aquellas víctimas carnales significaban la carne de Cristo, que él, libre de pecado, había de ofrecer por nuestros pecados, y la sangre que para el perdón de ellos había de derramar; pero en este sacrificio se halla la acción de gracias y el memorial de la carne de Cristo, que él ofreció por nosotros, y de la sangre, que el mismo Dios derramó por nosotros. Acerca de lo cual dice san Pablo en los Hechos de los apóstoles: Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con la sangre de su Hijo.

 Por tanto, los antiguos sacrificios eran figura y signo de lo que se nos daría en el futuro; pero en este sacrificio se nos muestra de modo evidente lo que ya nos ha sido dado.

 Los sacrificios antiguos anunciaban por anticipado que el Hijo de Dios sería muerto en favor de los impíos; pero en este sacrificio se anuncia ya realizada esta muerte, como lo atestigua el Apóstol, al decir: Cuando estábamos nosotros todavía sumidos en la impotencia del pecado, murió Cristo por los pecadores, en el tiempo prefijado por el Padre; y añade: Siendo enemigos, hemos sido reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo

jueves, 30 de marzo de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 5 de Cuaresma

Génesis 17,3-9



REFLEXIÓN

seré su Dios

Se insiste en la pertenencia de este Dios a Abraham. Él quiere ser de Abraham, quedarse con Abraham. Colmarlo de bendiciones: tierra, muchedumbre de descendientes. Lo ama, lo elige, se queda con Abraham y lo acompaña.

Es un Dios voluntariamente en las cercanía humana. Su designio es ser un Dios nuestro.

Llega profundo en nosotros la Palabra que dice que Dios sale a buscarnos y encontrarnos, en generosidad rebosante.

Nos lo muestra narrativamente la parábola del Padre pródigo con el hijo arrepentido del evangelio de Lucas.

Dios de ternura y delicadeza. Propicio a festejar y alegrar nuestra existencia como seres insustituibles.

Por qué o cómo esta misma bendición se hace ver en tanta tragedia y maldad como hay en el mundo? Cómo lo compaginamos?

Tú guarda mi pacto

Más bien dice que no olvide que estamos en Alianza. Es lo básico y con ello viene todo, lo demás. Es el reino que hay que buscar: recordar la alianza.

Serás padre de muchedumbre de pueblos

El cristiano, el judío y el musulmán. Entre ellos aún no hay paz a pesar del padre común: Abraham.

Para cada uno lo suyo es lo máximo, lo mejor. Es un sentimiento legítimo. Solamente que debe abrirse al respeto y aceptación de la existencia del otro.

Trabajar por ello es constructivo y según el Nuevo Testamento es necesario: que sean uno.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

El Señor es nuestro Dios

Antes que su poder nos pasme de admiración  Él es un compañero: es para nosotros para que seamos de Él. Un amor absorbente y radical, que aguarda nuestra correspondencia coherente e íntegra.

Cada uno de estos pueblos hermanos pero aún fratricidas dio un nombre al único Dios de Abraham: Santo, Misericordioso, Amor.

Ninguno de estos nombres equivalen a aniquilación de los demás. No conllevan un programa de exterminio, ni de exclusión.

Somos nosotros, nuestras mezquindades y egoísmos, personales y colectivos, los que hacen la discordia.

Tan dañados podemos llegar a ser, que aún en cada pueblo hay divisiones internas, tendencias, mutuas recriminaciones.

Es como una división sin fin rumbo a la aniquilación total.

Por eso el camino de la paz y amistad es una contracorriente de unificación, que colabora y sirve a la causa del ser humano: para que siga vivo sobre la tierra.

La vida que Dios aporta es cohesión y unificación del todo, en permanente vigilia contra la enfermedad y la muerte, que trae separación, división, disolución.

Dos corrientes, dos tendencias y debemos decidir en cada coyuntura de la existencia a cuál nos sumamos.

Se acuerda de su alianza eternamente, / de la palabra dada, por mil generaciones; / de la alianza sellada con Abrahán, / del juramento hecho a Isaac

El amor conyugal refleja algo de esta alianza. Refleja a alguien como Él enamorado y en enamoramiento constante y persistente. No abandona, no se aleja, siempre presente.

La fidelidad conyugal, cuando se da, es una muestra y promoción de un amor de Dios así: desbordante, gratuito, como un perro fiel.

Juan 8,51-59



REFLEXIÓN

quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre

Porque esta palabra es comunicación y convivencia con un Dios Padre viviente.

Esta palabra escuchada con atención y buena voluntad, no nos deja dormir en el endurecimiento del corazón.

Nos mantiene inquietos y en el peregrinaje que busca mejores momentos.

¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?

Es la mentalidad lastrada que no puede remontar, ni atina a dejarse convencer, que se resiste a mirar de otro modo, por suspicacia, miedo, temor, para no sentirse burlada y engañada. Temor a creer. Demasiado bueno y bello para creer.

yo lo conozco y guardo su palabra

y convivo con el viviente

Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.

"Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo."

Sin embargo los seguidores de Jesús de Nazareth creemos que él sirve a la causa de unificación de los pueblos hermanos pero fratricidas.

Por supuesto, también debe inspirar la causa de unificación del propio pueblo creyente cristiano.

Esta conversión es básica y nuclear si queremos servir a otros hermanos.

Aun entre los teólogos cristiano católicos se busca escamotear esta afirmación de Juan y otras semejantes.

Como una consigna se minimiza, se disipa, se polemiza la comprensión de Jesús como partícipe de la divinidad del Padre desde su pre-existencia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1641406044143251459?s=20

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Génesis 17,3-9

Se registran cambios de nombre para Dios, Altísimo, o de la montaña, para Abraham, padre de pueblos, y para Sara. Se añade la circuncisión como marca visible de la Alianza. Una costumbre que también se da en otros pueblos, pero en la adolescencia, no en el recien nacido como aquí. El cambio de nombre reviste importancia por la simbólica de cambio de misión. El nombre es la caracterización de la persona pueblo, su aporte, su destino.

Salmo responsorial: 104

Hacer memoria de cada momento de la historia de salvación ayuda a guardar la alianza. Sin memoria no hay posibilidad de reconocimiento, lo que agrada a Dios.

Juan 8,51-59

Hasta hoy para rabinos comprometidos en el diálogo de acercamiento con cristianos aceptar la vida eterna en las palabras de Jesús es un escándalo, difícil de superar. No es un obstáculo menor. Es el hueso duro de roer, la confesión de Jesús como Palabra de Dios eterna, sostenido por un hombre joven que sólo se tiene a sí y la interpretación de las escrituras que hace y los milagros que opera, para que su testimonio sea afirmado entre los posibles creyentes. Algo parecido al drama del profeta luchando por hacerse creíble. Pero mucho más radical.

Jesús acude a que Dios es el que testifica y da Gloria en él. Que él solo no valdría nada. Importante retener esto para una desmedida glorificación humana de Jesús, que no está en sus cálculos.Hay cristologías que pueden resultar solo un reflejo de la vanidad humana, incluso las kenóticas.