domingo, 7 de abril de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Domingo de la octava de Pascua
San Agustín Sermón en la octava de Pascua 8,1,4 





Me dirijo a vosotros, niños recién nacidos, párvulos en Cristo, nueva prole de la Iglesia, gracia del Padre, fecundidad de la Madre, retoño santo, muchedumbre renovada, flor de nuestro honor y fruto de nuestro trabajo, mi gozo y mi corona, todos los que perseveráis firmes en el Señor. Me dirijo a vosotros con las palabras del Apóstol: vestíos del Señor Jesucristo, y que el cuidado de vuestro cuerpo no fomente los malos deseos, para que os revistáis de la vida que se os ha comunicado en el sacramento. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo, os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. En esto consiste la fuerza del sacramento: en que es el sacramento de la vida nueva, que empieza ahora con la remisión de todos los pecados pasados y que llegara a su plenitud con la resurrección de los muertos. Por el bautismo fuisteis sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos, así también andéis vosotros en una vida nueva.

REFLEXIÓN

En esa situación nos deja el bautismo: limpios, iniciados y en ruta a la resurrección, cuando aparecerá la vida nueva que nos ha sido donada. De ahí que negarla a los infantes, para los de fe, es negarle la vida nueva que como simiente se va desarrollando en nosotros, por el bautismo recibido.

Pues ahora, mientras vivís en vuestro cuerpo mortal, desterrados lejos del Señor, camináis por la fe; pero tenéis un camino seguro que es Cristo Jesús en cuanto hombre, el cual es al mismo tiempo el término al que tendéis, quien por nosotros ha querido hacerse hombre. Él ha reservado una inmensa dulzura para los que le temen y la manifestará y dará con toda plenitud a los que esperan en él, una vez que hayamos recibido la realidad de lo que ahora poseemos sólo en esperanza. Hoy se cumplen los ocho días de vuestro renacimiento: y hoy se completa en vosotros el sello de la fe, que entre los antiguos padres se llevaba a cabo en la circuncisión de la carne a los ocho días del nacimiento carnal. Por eso mismo, el Señor al despojarse con su resurrección de la carne mortal y hacer surgir un cuerpo, no ciertamente distinto, pero sí inmortal, consagró con su resurrección el domingo, que es el tercer día después de su pasión y el octavo contado a partir del sábado; y, al mismo tiempo, el primero. Por esto, también vosotros, ya que habéis resucitado con Cristo – aunque todavía no de hecho, pero sí ya esperanza cierta, porque habéis recibido el sacramento de ello y las arras del Espíritu–, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis juntamente con él, en gloria.

REFLEXIÓN

No será pues extraño que los suspiros frecuentes que exhalamos en nuestra existencia por diversos motivos sean los anhelos del terruño de vida nueva que bulle en nosotros, creciendo y robusteciéndose. Por eso hay un fondo que es mezcla de melancolía y gozo en nuestro suspiro. Es el Espíritu del Crucificado Glorificado que no cesa de gemir por la Gloria definitiva.

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Sábado de la octava de Pascua

Hechos 4,13-21



REFLEXIÓN

viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús.

Un efecto de la transformación de pascua. De meros discípulos aprendices, a testigos íntegros.

La seguridad que brota de la verdad de Dios se acredita por sí misma, como señal del acompañamiento del Señor y como característica de la nueva vida pascual.

Se da constantemente el caso que personas débiles: niños, impedidos, discriminados, pobres, sorprenden por la capacidad que muestran en los argumentos utilizados para defender su posición, y fundamentar sus reclamos.

Se actúa mejor si se mira el mensaje que aportan y se escucha para resolver, y no se detiene uno tanto en el tono de la exigencia.

"¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído."

Un sacerdote católico dio el paso de descubrir lo que sabía por confesión, en un programa televisado, incurriendo en excomunión late sententiae. 

Lo prefirió a hacerse cómplice de un abuso infantil, de un padre con su propia hija. 

Y el apoyo más abierto vino de parte de un reverendo evangélico, que citaba la frase de Pedro: antes obedecer a Dios que a los hombres.

Viendo este ejemplo no queda menos que hacer espacio a un mensaje que viene del Espíritu: no importan las ventajas personales que haya que poner a un lado y renunciar, para obedecer al Señor.

La persecución que tuvo que sobrellevar el testigo de la resurrección de Jesús de Nazaret se suma como garantía de la veracidad del testigo. Ese martirio es por nosotros. Para fundamentar nuestra opción fundamental, nuestro principio y fundamento: obedecer a Dios antes que a los hombres.

Aunque de esto también se puede abusar y desviar.

Salmo responsorial: 117



REFLEXIÓN

El Señor es mi fuerza y mi energía, / él es mi salvación

Dedicarse y entregarse tenazmente a la buena obra solidaria, que no se reduce a aspectos económicos, es hacerlo con el reino de Dios.

Y la energía inagotable, al parecer, que alienta a los agentes de cambio en su fe y esperanza, es señal de salvación.

La salvación no es solo liberación. Ésta se ordena a aquella. Liberación es el camino de la libertad del Espíritu en la creación. Y cuando comulgamos con ella, cristaliza y se consolida la salvación.

Me castigó, me castigó el Señor, / pero no me entregó a la muerte.

Los sinsabores en la existencia, llaman a la conversión frecuente y constantemente.

Marcos 16,9-15



REFLEXIÓN

pero no los creyeron.

les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado

Dicen los especialistas que este texto proviene de una adición posterior. 

Es interesante que remarca la incredulidad inicial hacia todos los primeros testigos, hasta el extremo de amonestarlos Jesús por ello.

Si es posterior y no del evangelista original: qué situación detalla? 

Hubo una resistencia e incredulidad generalizada de los once hacia la buena nueva de la resurrección?

Otra muestra de que el mensaje auténtico del Espíritu venía del pueblo sencillo y creyente, el cual tenía que escuchar el cuerpo de autoridades.

Tantas veces gente del pueblo de Dios, sencilla y honesta en su fe, ha iniciado un movimiento devocional, o que reforma en algún modo el curso dominante y oficial de la comunidad.

Quizá no creyeron y por lo tanto no se convirtieron, porque los testigos eran débiles por ser mujeres, excluídos del círculo íntimo. 

El prejuicio y la discriminación entorpecían que la verdad brillara.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1517822413857333248?s=20&t=IaoEGInaVUuq_hi_U4De_w

https://x.com/motivaciondehoy/status/1776575191444754471

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Hechos 4,13-21

Salmo responsorial: 117

Marcos 16,9-15