viernes, 12 de abril de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 2 de Pascua

Hechos 5,34-42



REFLEXIÓN

un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo

Un justo fuera de los cristianos, pero respetuoso del camino.

Se puede convivir en paz con una tolerancia de este tipo. Sería un paso previo global para encontrarnos por fin hermanados en una sola fe.

salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, salió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces.

Que los secuaces de Jesús hayan permanecido fieles a la misión es un indicio valioso para respetar y asumir su testimonio como digno de credibilidad.

Liderazgos hay muchos. Y unos arrastran más que otros a entusiastas e incautos. Pero importa tener en cuenta el criterio del tiempo: lo que persiste contra viento y marea da cierta garantía de un movimiento auténtico de cambio.

Muchos líderes que fanfarronean, no logran superar la barrera del tiempo que discurre y se convierte para ellos en olvido.

Hay algo que parece una marca inicial en el derrotero de la comunidad de Jesús y también en la historia: no hay jactancia, ni triunfalismo, ni prepotencia asociada a su caminar. 

Es señal de pobres de Yavé, que confían en el Señor Padre y en su compañero Jesús resucitado  para su caminar.

Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios.

Nuestra fe cristiana puede ayudarse del criterio del tiempo porque su historia de persistencia ha mostrado que no se extingue, y fortalece nuestra identidad de acompañados de Dios.

Un consejo de un sabio no cristiano, que converge en la voluntad de Dios aceptada aunque sea fuera del grupo de referencia.

Si es verdad de Dios, la verdad que llevo se abrirá paso desde el último lugar hasta un lugar de honor.

Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús

Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales conduce al ejercitante a disponerse a la humillación y la persecución por el seguimiento de Jesús. 

Es como una señal que solicitamos como elección a un seguimiento más cerrado de Jesús y su Reino.

Hubo un tiempo atrás en que se enfatizaba la petición de tales humillaciones y persecuciones a título de prueba, como en laboratorio.

Es olvidarse que por sí misma la opción fundamental del cristiano por el evangelio del reino, acarrea eventualmente incomprensión, rechazo o burla, que pueden minar tal opción, hasta que se desiste.

Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.

Un seguimiento cerrado del camino de Jesús lleva a una rutina cotidiana de anuncio.

Salmo responsorial: 26



REFLEXIÓN

El Señor es mi luz y mi salvación, / ¿a quién temeré? / El Señor es la defensa de mi vida, / ¿quién me hará temblar?

Hay temblores, pánicos y miedos involuntarios, que nos fuerzan y se imponen, pero no en el recinto profundo de la aceptación de la voluntad y designio del Padre. 

Es ahí donde hinca su fortaleza el Espíritu que nos asiste, suavemente, desde dentro hacia afuera.

habitar en la casa del Señor / por los días de mi vida

La comunión con el Señor, conviviendo en fraternidad, es la forma más cotidiana de habitar en el Señor.

Espera en el Señor, sé valiente, / ten ánimo, espera en el Señor

Es el ancla que mantiene vinculado y unido el corazón a la promesa hasta el final.

Juan 6,1-15



REFLEXIÓN

Lo decía para tantearlo

Le gusta ver hasta dónde llegamos, sin dejar de ayudarnos.

Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Repartir con el ánimo de compartir implica algo más: amistad, comunidad, fondo común. 

Algo en contravía a nuestra instintiva y territorial actitud individualista privada.

Cuando se saciaron,

Un detalle a favor del realismo de la comida en vez de una ilusión.

Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo

Ser evangelizado es tener claro el objetivo de la fe y el estilo de vida: no es para servirse y montarse en los propios intereses por encima del bien común y de la vida que perdura.

Dicho en otro modo: no se entusiasmen tanto, que todavía falta. Hay cosas que toman tiempo.

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Hechos 5,34-42

Salmo responsorial: 26

Juan 6,1-15

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA



 Del Diálogo de santa Catalina de Siena, virgen, Sobre la divina providencia
(Cap. 167, Acción de gracias a la Santísima Trinidad: edición latina, Ingolstadt 1583, ff. 290v-291)

 

GUSTÉ Y VÍ

 

¡Oh Divinidad eterna, oh eterna Trinidad, que por la unión con tu divina naturaleza hiciste de tan gran precio la sangre de tu Hijo unigénito! Tú, Trinidad eterna, eres como un mar profundo, en el que cuanto más busco más encuentro, y cuanto más encuentro más te busco. Tú sacias el alma de una manera en cierto modo insaciable, ya que siempre queda con hambre y apetito, deseando con avidez que tu luz nos haga ver la luz, que eres tú misma.

 

Gusté y vi con la luz de mi inteligencia, ilustrada con tu luz, tu profundidad insondable, Trinidad eterna, y la belleza de tus creaturas: por esto, introduciéndome en ti, vi que era imagen tuya, y esto por un don que tú me has hecho, Padre eterno, don que procede de tu poder y de tu sabiduría, sabiduría que es atribuida por apropiación a tu Unigénito y el Espíritu Santo, que procede de ti, Padre, y de tu Hijo, me dio una voluntad capaz de amar.

 

Porque tú, Trinidad eterna, eres el hacedor, y yo la hechura: por esto he conocido con la luz que tú me has dado, al contemplar cómo me has creado de nuevo por la sangre del Hijo único, que estás enamorado de la belleza de tu hechura.

 

¡Oh abismo, oh Trinidad eterna, oh Divinidad, oh mar profundo!: ¿qué don más grande podías otorgarme que el de ti mismo? Tú eres el fuego que arde constantemente sin consumirse; tú eres quien consumes con tu calor todo amor del alma a sí misma. Tú eres, además, el fuego que aleja toda frialdad, e iluminas las mentes con tu luz, esta luz con la que me has dado a conocer tu verdad.

 

En esta luz, como en un espejo, te veo reflejado a ti, sumo bien, bien sobre todo bien, bien dichoso, bien incomprensible, bien inestimable, belleza sobre toda belleza, sabiduría sobre toda sabiduría: porque tú eres la misma sabiduría, tú el manjar de los ángeles, que por tu gran amor te has comunicado a los hombres.

 

Tú eres la vestidura que cubre mi desnudez, tú sacias nuestra hambre con tu dulzura, porque eres dulce sin mezcla de amargor, ¡oh Trinidad eterna!