sábado, 29 de junio de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 295, 1-2. 4. 7-8: PL 38, 1348-1352)


ESTOS MÁRTIRES, EN SU PREDICACIÓN, DABAN TESTIMONIO DE LO QUE HABÍAN VISTO

El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto y, con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: Y yo te digo que tú eres Pedro. Él había dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le replicó: «Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas. Sobre esta afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi Iglesia. Porque tú eres Pedro.» «Pedro» es una palabra que se deriva de «piedra», y no
al revés. «Pedro» viene de «piedra», del mismo modo que «cristiano» viene de «Cristo».

El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras: Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues, para que sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: Quedan perdonados los pecados a quienes los perdonéis; quedan retenidos a quienes los retengáis.

En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero entre los apóstoles.

No te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor.

A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro.

En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles. Es que ambos eran en realidad una sola cosa, aunque fueran martirizados en días diversos. Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros, por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.

viernes, 28 de junio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 12 DE TIEMPO ORDINARIO

Año par

2Reyes 25, 1-12



REFLEXIÓN


Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios

Una destrucciòn total donde pagan justos por pecadores: así es la guerra. Justicia indiscriminada y violenta. Cúmulo de daños, perversidades, locura caótica. Terror que se difunde como onda expansiva y letal.

De la clase baja dejó algunos como viñadores y hortelanos

Son la clase que no vale socialmente, excepto como mano de obra sustituíble. Sin mayor valor ni dignidad, con poco que aportar para una recontstrucción. Es la piedra que todos desehechan. Propicia para la intervención de Dios que muestra su Gloria desde lo pequeño.

Salmo responsorial: 136



REFLEXIÓN


Allí los que nos deportaron / nos invitaban a cantar; / nuestros opresores, a divertirlos: / "Cantadnos un cantar de Sión."

Cantar para los opresores, como los músicos prisioneros que tocaban para los prisioneros que llegaban a los campos de concentración Nazis. Así salvaban momentáneamente sus vidas.

Mateo 8,1-4



REFLEXIÓN

al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme." Extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida quedó limpio de la lepra

Jesús, parecido a Moisés pero superior, porque la lepra y los leprosos podían ser declarados impuros, si enfermaban, o puros si sanaban, pero no había prescripción para sanar.

Al sanarlo Jesús sacaba del encierro o liberaba del exilio al desdichado leproso, y así podía ser certificado por la ley para regresar a la comunidad.

Jesús no puso una ley aparte, sino que intervino para dar salud, que además significaba una salvación social, porque la Ley no tuvo más alternativa que declararlo puro y dejarlo volver a la comunidad.

Al otorgarle salud y salvación social, también lo liberó de la etiqueta pública de pecador, a la que se había hecho merecedor por ser leproso, porque toda enfermedad era efecto del pecado.

Así establece el relato de la Palabra la superioridad de Jesús sobre Moisés.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1674738609205784576?s=20


motivaciondehoy

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VIERNES 12 DE TIEMPO ORDINARIO

Año par

2Reyes 25, 1-12

Salmo responsorial: 136

Mateo 8,1-4

Baja del monte de las bienaventuranzas el Nuevo Moisés y atiende un descartado de la sociedad religiosa que lo tiene por impuro y pecador. La fe en él es balbuciente, pero inicia su proceso de entrega a Jesús, quien le confirma que lo puede curar y lo quiere curar. Jesús lo habilita para incluirse en la sociedad y recuperar la vida social, y cumplir la ley que pretende cuidar la pureza de la vida.