lunes, 11 de noviembre de 2024

Palabra Comentada

Palabra Comentada

 

Lunes 32 de tiempo ordinario

Tito 1, 1-9




REFLEXIÓN

apoyada en la esperanza de la vida eterna

Dios, que no miente, había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales

la ha manifestado abiertamente con la predicación que se me ha confiado

Cuánto o cuán profundamente creemos que en la Palabra anunciada se manifiesta la vida eterna prometida?

Si el lenguaje humano es esencial para la comunicación y en ella para la construcción de la persona, cómo participa o se inserta allí el anuncio de vida?

Nuevamente es Jesús Palabra encarnada quien nos da la llave para lograr un sentido de vida otra, que se vaya manifestando en ésta.

pusieras en regla lo que faltaba y establecieses presbíteros en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di.

Se debate si esta carta es del propio Pablo o inspirada en su predicación pero escrita por otros.

Porque muestra ya en las comunidades un nivel de organización que parece alejado de un primer momento carismático de anuncio y fundación.

Así estaríamos en un anuncio de la Palabra en transición a momentos más decididos por la decisión humana de autoridades cristianas, pero que se consideran parte de la tradición de transmisión de la Palabra.

Hoy existen círculos, teólogos y comunidades que se resisten a darle a esa transición y segundo nivel la misma credibilidad de fe. Se enfatiza el enfoque de una organización por iniciativa conveniente según las circunstancias, pero no necesariamente exigida como jerarquía permanente para toda época histórica.

Sólo nos queda volver a la Palabra y dejarnos iluminar por ella tanto en el primer testamento como en el Nuevo para apreciar en los textos la favorabilidad de considerar inspiradas las decisiones que los líderes van tomando a lo largo de la historia para prestarles nuestro asentimiento y confiar en que su predicación también es manifestación de la vida eterna.

Salmo responsorial: 23



REFLEXIÓN

Éste es el grupo que busca al Señor

La unidad del grupo, comunidad o iglesia es la que nos puede dar un criterio de cuán fuerte es la búsqueda del Señor de la vida.

Difícilmente podemos dar nuestro asentimiento de fe en un asunto tan crucial a un liderazgo que divida y promueva la oposición de unos contra otros, aun en nombre del Señor.

Este es un criterio asentado fuertemente en el conjunto de la Palabra.

Lucas 17, 1-6




REFLEXIÓN

"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños

Otra traducción puede ser:

Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen!

Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños.

El escándalo como el tropiezo, activa el mecanismo de la trampa que cae sobre una víctima incauta. Porque no es un tropiezo cualquiera, sino el que intencionalmente se pone para dañar.

Pequeño también se le llama al de poca  dignidad en el mundo, quien no pesa mayor cosa a la hora de las decisiones que le pueden afectar.

Los pueblos empobrecidos son pequeños escandalizados a quienes se ha puesto tropiezo para creer en la vida como bendición de Dios, y por consiguiente tropiezan en la fe.

El escándalo o tropiezo en la fe se concreta en todo aquello que desune o tiende a desunir  la comunidad de fe en la vida de Dios.

No se suele enfatizar mucho como parte de la ética neotestamentaria, la responsabilidad por la unión de la comunidad, de fraternidad, que tenemos todos los creyentes.

El escándalo no es solamente este u otro mal proceder, los cuales pueden ir tomando importancia según las circunstancias históricas, sino todo lo que abierta o sutilmente divida una comunidad de ágape.

Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás."

El perdón restituye o regenera el tejido social y las relaciones humanas, si hay arrepentimiento y voluntad de reparación.

Supera la venganza. 

Es nacer de nuevo.

"Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y os obedecería"

"Auméntanos la fe".

Lo que resta es seguir pidiendo que aumentes nuestra fe, para llegar a su perfección, como la que señala la Palabra de Jesús de Nazareth.

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motivaciondehoy


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Lunes 32 de tiempo ordinario

Tito 1, 1-9

Salmo responsorial: 23

Lucas 17, 1-6

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


 



De la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo
actual, del Concilio Vaticano II
(Nn. 82-83)
Necesidad de inculcar sentimientos que llevan a la paz


Procuren los hombres no limitarse a confiar sólo en el esfuerzo de unos pocos, descuidando su propia actitud mental. Pues los gobernantes de los pueblos, como gerentes que son del bien común de su propia nación y

promotores al mismo tiempo del bien universal, están enormemente influenciados por la opinión pública y por los sentimientos del propio ambiente.

Nada podrían hacer en favor de la paz si los sentimientos de hostilidad, desprecio, y desconfianza, y los odios raciales e ideologías obstinadas dividieran y enfrentaran entre sí a los hombres. De ahí la urgentísima necesidad de una reeducación de las mentes y de una nueva orientación de la opinión pública.

Quienes se consagran a la educación de los hombres, sobre todo de los jóvenes, o tienen por misión educar la opinión pública consideren como su mayor deber el inculcar en todas las mentes sentimientos nuevos, que llevan a la paz. Es necesario que todos convirtamos nuestro corazón y abramos nuestros ojos al mundo entero, pensando en aquello que podríamos realizar en favor del

progreso del género humano si todos nos uniéramos.

No deben engañarnos las falsas esperanzas. En efecto, mientras no desaparezcan las enemistades y los odios y no se concluyan pactos sólidos y leales para el futuro de una paz universal, la humanidad, amenazada ya hoy por graves peligros, a pesar de sus admirables progresos científicos, puede llegar a conocer una hora funesta en la que ya no podría experimentar otra paz que la

paz horrenda de la muerte. La Iglesia de Cristo, que participa de las angustias de

nuestro tiempo, mientras denuncia estos peligros, no pierde con todo la esperanza; por ello, no deja de proponer al mundo actual, una y otra vez, con oportunidad o sin ella, aquel mensaje apostólico: Ahora es tiempo favorable, para que se opere un cambio en los corazones, ahora es día de salvación.

Para construir la paz es preciso que desaparezcan primero todas las causas

de discordia entre los hombres, que son las que engendran las guerras; entre estas causas deben desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de estas injusticias tienen su origen en las excesivas desigualdades económicas y también en la lentitud con que se aplican los remedios necesarios para corregirlas. Otras injusticias provienen de la ambición de dominio, del desprecio a las personas, y, si queremos buscar sus causas más profundas, las encontraremos en la envidia, la desconfianza, el orgullo y demás pasiones egoístas. Como el hombre no puede soportar tantos desórdenes, de ahí se sigue

que, aun cuando no se llegue a la guerra, el mundo se ve envuelto en contiendas

y violencias.

Además, como estos mismos males se encuentran también en las relaciones

entre las diversas naciones, se hace absolutamente imprescindible que, para

superar o prevenir esas discordias y para acabar con las violencias, se busque,

como mejor remedio, la cooperación y coordinación entre las instituciones

internacionales, y se estimule sin cesar la creación de organismos que promuevan la paz.