miércoles, 13 de noviembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 32 de tiempo ordinario

Tito 3, 1-7




REFLEXIÓN

Recuérdales(hipomimnesko:instar para que hagan memoria)

Hacer memoria, memorial, es una función de la Palabra y sus dispensadores a lo largo de la historia de la salvación.

Hacer memoria, despertar el recuerdo, significa ganar perspectiva respecto de una situación personal o social.

éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros

Así para exhortar una vida de cierto orden y armonía, se recuerda cómo se vivía la falta de la misma.

Porque el que no recuerda la ausencia de la paz por la presencia de la guerra, el conflicto y la confrontación, no tiene perspectiva suficiente para convertirse a un estilo de vida que conduzca a una paz.

se sometan al gobierno y a las autoridades, que los obedezcan, que estén dispuestos a toda forma de obra buena, sin insultar ni buscar riñas; sean condescendientes y amables con todo el mundo

Un estilo de vida, una calidad de vida de la que se merece hacer memoria, para resistir el paradigma de rebeldía y discordia que hoy se presenta como deseable y más humano.

ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre

El nos muestra una actitud diferente, de acogida, sobretodo con los más empobrecidos. Reflexionarlo nos haría bien para transmitirlo purificando así nuestro propio malestar o dificultad.

Salmo responsorial: 22

 


REFLEXIÓN

Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida

La Palabra nos recuerda constante y frecuentemente que partimos en nuestra calidad de vida armónica de una convicción de fe: el Señor es mi Pastor.

El acompañamiento del Señor es una prenda de garantía que alienta la esperanza y la paz del corazón, para hacer frente a los temores internos y externos, y resistir la presión social mediática que nos tiende a involucrar en el conflicto.

Lucas 17, 11-19


 



REFLEXIÓN

"Jesús, maestro, ten compasión de nosotros."

Por su actividad: hechos y palabras, Jesús era llamado en muchas formas. 

Pero renuente a llamarse con algún título preferencial, excepto el que aparece en el texto que habla de la confesión de Pedro.

"Id a presentaros a los sacerdotes".

De qué le hubiera servido a los leprosos estar sanos por la intervención sanadora de Jesús, sin la declaratoria de sanidad por parte de los funcionarios que los reintegraba a la convivencia social?

Un poco debiéramos reflexionar sobre este modo de actuar como un paradigma social: lo que se intenta curar y reversar es la enfermedad, el daño, el pecado, no el orden capaz de reconocer la sanación. Se trata de restituir la autonomía de la creación.

La agitación social también requiere ser discernida a fin de determinar su sentido final: lo que aporta es destrucción o sanación de la convivencia?

Como nos enseña Ignacio de Loyola en las reglas de discernimiento de espíritus, la consolación, en cuanto soplo del Espíritu, es un proceso que ha de ser vigilado en el principio, medio y fin, para certificar que ha desembocado en una verdadera transformación y no la ha desviado el enemigo por el camino.

Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias

La prioridad, alabada por Jesús al leproso curado, estuvo en volverse a agradecer antes que llegar al sacerdote que declaraba limpio, con lo cual se reintegraría a la sociedad.

Esta prioridad aparece por diferentes partes en los evangelios: la prioridad del Reino, la prioridad de los pecadores arrepentidos, la prioridad de la misericordia sobre los sacrificios del templo, la prioridad del ser humano sobre el sábado. La prioridad del Señor sobre el Estado benefactor, porque éste lo es como don y tarea, no como atributo absoluto e indiscutible.

Este era un samaritano

Lucas escoge un símbolo de heterodoxia para los judíos y así dar a entender lo bien que viene agradecer la sanación, que está al alcance de todos.

Una lección para nosotros sobre quiénes, de verdad, advierten el paso del Señor en su vida y lo agradecen. 

No son necesariamente los publicitados paradigmas de perfección y ortodoxia. 

Una viejita que enciende una vela en la capilla semioscura de una iglesia, pero no asiste a la misa dominical, por cuidar a su hijo postrado, alaba y da gracias al Señor quizá más sinceramente, que los que cumplen tenaz pero rutinariamente el precepto.

¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado

Alguien que no es del círculo íntimo nos enseña más que los de dentro del círculo íntimo de Jesús. 

A pesar de ir con fe suficiente para ser curados, no completaron el proceso con acción de gracias, para una salvación completa, que consiste en el reconocimiento de Jesús de Nazareth en nombre de su Padre.

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motivaciondehoy


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Miércoles 32 de tiempo ordinario

Tito 3, 1-7

Salmo responsorial: 22

Lucas 17, 11-19

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS


 


San Clemente de Alejandría, Los tapices
(Lib 4, 7: PG 8, 1255.1259.1263.1266.1267)
Dichosos los que derraman su sangre por causa de Dios


Todos cuantos ejecutan los mandatos del Salvador, en cada una de sus acciones son mártires, es decir, testigos, haciendo lo que él quiere, llamándolo consiguientemente Señor, y dando testimonio con los hechos de que están convencidos de que lo es de verdad; éstos han crucificado su carne con sus

pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu. El que siembra para la carne, de ella cosechará corrupción; el que siembra para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. A los hombres débiles les parece violentísima la muerte con que se da testimonio cruento al Señor, ignorando que

esta puerta de la muerte es el principio de la verdadera vida: no quieren comprender ni los honores que se rinden después de la muerte a los que vivieron santamente, ni los suplicios de quienes se condujeron injusta y licenciosamente, y no me refiero tan sólo al testimonio de nuestras Escrituras, pero es que ni siquiera a los discursos de los suyos quieren dar oídos. Pues Pitágoras escribe a Teano:

«En realidad, la vida sería un suculento banquete para los malvados que mueren

después de haber cometido toda clase de fechorías, si el alma no fuese inmortal: la

muerte sería para ellos una ganancia».

Sabemos que Dios hace que todas las cosas contribuyan al bien de los que le aman, de los que han sido llamados según su voluntad. A los que de antemano conoció, a ésos los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que sea él el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó también los

llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. Fíjate cómo el martirio se nos enseña por conducto del amor. Y si quisieras ser mártir para obtener la remuneración de los buenos, nuevamente oirás: Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos con perseverancia. Y Pedro dice: Dichosos vosotros si tenéis que sufrir por causa de la justicia.

Así pues, el gnóstico jamás considerará la vida material como el fin de la vida, sino que tratará más bien de ser siempre feliz, bienaventurado y amigo regio de Dios, y aun cuando alguien quisiere tildarle de infamia, castigarlo con el destierro o con la confiscación de los bienes o, finalmente, condenarlo a muerte, nunca podrá privarle de la libertad y, sobre todo, nada podrá separarlo del amor de Dios: El amor todo lo aguanta, todo lo soporta, porque está convencido de

que la divina providencia lo gobierna todo con justicia.

Aunque somos hombres y procedemos como tales, no militamos con miras humanas; las armas de nuestro servicio no son humanas, es Dios quien les da potencia para derribar fortalezas: derribamos sofismas y cualquier torreón que se yerga contra el conocimiento de Dios. Pertrechado con estas armas el

gnóstico dice: ¡Oh Señor, bríndame la ocasión y acepta mi actuación; que me suceda cualquier cosa grave y terrible: yo desprecio los peligros porque tengo mi amor puesto en ti!

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Y, por encima de todo, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos vosotros los que todavía moráis en el cuerpo, como los antiguos justos, tomando posesión de la tranquilidad del alma y de la inmunidad de las pasiones.