domingo, 5 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Pentecostés

Hechos de los apóstoles 2,1-11



REFLEXIÓN

cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua

Se inaugura la nueva creación haciendo la unidad de la diversidad en Dios.

Los proyectos humanos de unidad chocan frecuente y constantemente con la división y la incomunicación.

No es señal para abandonar el esfuerzo, pero es señal de hacerle espacio al Espíritu Santo, para que nuestros esfuerzos por la unidad den frutos que permanezcan.

El esfuerzo por la unidad debe darse en todo ámbito humano, entre ellos las religiones y creencias.

Pero sin el aporte que cada familia ofrezca, en tolerancia y comprensión de la diversidad, el crecimiento en la dirección de la unidad, por parte del mundo, se dificultará.

Porque la unidad y la paz que nos dona el Señor con su Espíritu es don y tarea.

En el contexto de la fiesta judía de Pentecostés que entraña varios significados: primicias de la cosecha, conmemoración de la alianza, libertad de la esclavitud y deudas, ocurre la celebración de los seguidores de Jesús.

En ella según Lucas son reforzados, confirmados y pasan del miedo a la misión.

En ella también esa misión se expresa para muchos más allá de Jerusalén y en lenguas varias, que permiten adherirse al gozo del Señor y dar gracias por sus maravillas.

Las lenguas no son como ahora en ciertos grupos carismáticos, expresión exótica de la posesión del Espíritu, lo cual da que pensar más bien en un dudoso egocentrismo y vanagloria.

Sino una expresión comprensible por las gentes del universo, que invita a la alabanza del Señor Padre de Jesucristo.

Salmo responsorial: 103



REFLEXIÓN

¡Dios mío, qué grande eres!

La vivencia del Espíritu resuena en la conciencia como un grito que expresa un descubrimiento: el Señor es Grande.

Él es lo más grande de lo más grande. Es su Trascendencia: el totalmente otro, el magis o más ignaciano que moviliza nuestra energía creativa para colaborarle en la construcción del reino.

Oportunamente confirmas la esperanza que has hecho nacer en nosotros sobre tu intervención portentosa. Porque de lo sencillo y humilde haces brotar la salvación.

envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra

Hemos de reconocer que necesitamos el aliento creativo constante del Señor para  seguir construyendo una ciudad nueva, un nuevo cielo y una nueva tierra, que serán tu don más allá de nuestros esfuerzos, pero con nuestros esfuerzos.

1Corintios 12,3b-7.12-13



REFLEXIÓN

Nadie puede decir "Jesús es Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo

La Palabra en Pablo afirma la dominancia absoluta del Espíritu en nuestra identidad cristiana, no obstante nuestra experiencia de autonomía.

La dificultad para concebir esta relación depende del modelo que se elija para entenderla.

Un modelo apto es la sinergia de las fuerzas provenientes de origen diverso, que tampoco es nuestro caso. Porque el origen de la fuerza espiritual que pasa por nosotros es el mismo Dios que envía su Espíritu-fuerza.

Sólo que ambas se dan a niveles e intensidades asimétricas.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común

Por tanto resulta destructivo, para nuestra obra de asociación con el Espíritu, alzarnos posesivamente con los dones y carismas que se nos han delegado, para bien de los hermanos y hermanas.

Los dones del Espíritu, por glamorosos que se vean, son para construir fraternidad y sororidad.

judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todo hemos bebido de un solo Espíritu

Nuestra eucaristía en nombre de Jesús de Nazareth es la oportunidad de beber la copa de su Espíritu Santo y prolongar la unidad en la Babel del mundo.

Juan 20,19-23



REFLEXIÓN

con las puertas cerradas por miedo a los judíos

Nuestro proceso de liberación inicia con el reconocimiento de nuestro miedo irracional y hasta racional a las fuerzas del anti-reino.

Es importante reconocer el miedo que nos penetra antes los males y el sitio del maligno.

entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros."

La experiencia espiritual integral que nos trae el Espíritu de Jesús de Nazareth resucitado es la Paz, la pacificación.

No elimina el miedo sino que ayuda a enfrentarlo

les enseñó las manos y el costado

Se establece una comunicación simbiótica entre la cruz de Jesús y la nuestra, para que no quede duda de nuestra verdadera necesidad de salvación.

Les comunicó su identidad. Por eso dice Pablo que él predica solamente a Jesús crucificado resucitado.

se llenaron de alegría al ver al Señor

Y se comienzan a dar los signos que nos van convenciendo que nuestro caminar es el del Espíritu del Señor Jesús.

Ya no estaban solos ni al garete. Tenían de nuevo a su protector.

Como el Padre me ha enviado, así también os envió yo

El proceso no ha terminado. Hay una misión, un envío, una alegría de salvación y liberación que debe ser comunicada.

exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."

Esta misión es de perdón de los pecados para pacificar y unir la babel del anti-reino.

No se trata de un perdón restringido y tacaño disponible sólo desde confesionarios o con penitencia tarifada.

Es un perdón democrático, al alcance de todos y todas sin distinción, porque la nueva humanidad posee el don de la regeneración, de unos y unas, con otros y otras.

Jesús resucitado comunica el Espíritu como la hace el Padre, porque ambos son uno.

Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos

Es su don, su legado, su herencia, la actividad que mostrará su presencia: la comunidad apostólica queda en posesión del perdón de los pecados.

Quien dice perdón dice regeneración, nueva creación, volver a confiar entre nosotros, más allá del daño que hacemos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1533414471435173889?s=20&t=Vg9IyeVin5vKvao62LOzVg

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