miércoles, 14 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 10 de tiempo ordinario

Impar

2Corintios 3,4-11



REFLEXIÓN

nos ha capacitado para ser ministros de una alianza nueva: no de código escrito, sino de espíritu; porque la ley escrita mata, el Espíritu da la vida

Servir un alianza del Espíritu, no es negar la norma, sino relativizarla y mantenerla viva en el Espíritu.

Por eso la comunidad de creyentes se va haciendo reino de los cielos en la medida que gestiona y logra un consenso, lo cual requiere relativizar la norma, para encontrarnos en el Espíritu.

La Palabra de Dios no se reduce a leer la Biblia, aunque con fe reconozcamos que una se da en la otra. Sino en leerla en comunidad que busca el consenso fraterno, mediante el ágape.

No se trata de que cada uno se alce con su propia interpretación, que estima acorde con la letra, sino que converjamos en un mismo sentir, en un mismo Espíritu.

el ministerio del Espíritu resplandecerá de gloria

La gloria resplandecerá en una comunidad creyente fraterna donde unos se aman a los otros, de modo que desde fuera se les pueda distinguir por cómo se aman.

cuánto más resplandecerá el ministerio del perdón

Aunque la interpretación de la letra de la Palabra lleve a la discrepancia, no debe llevar a la discordia.

Nuestras diferencias mutuas no deben llegar a la caída del sol, sino que el perdón debe restaurar la gloria de esta alianza del Espíritu.

Salmo responsorial: 98



REFLEXIÓN

Dios les hablaba desde la columna de nube; / oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías, / tú eras para ellos un Dios de perdón, / y un Dios vengador de sus maldades

El Señor de la Palabra les dio una ley, pero en su peregrinar el pueblo sustituyó la Palabra viva por la ley, y aun en su creencia monoteísta, hizo de ella un ídolo. Porque el escrito es un producto humano, inspirado, pero humano.

Jesús es por tanto un esquema nuevo de Dios y su Palabra, porque en él la Palabra de Dios toma carne, se humaniza.

Y aunque por necesidad cultural y comunicacional, se escriba de él posteriormente, su Espíritu es la norma de todo escrito y la manifestación de este Espíritu es una comunidad fraterna.

Mateo 5,17-19



REFLEXIÓN

"No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

La ley como parte del designio no se puede abolir. Sería un delirio anárquico vano. Eso sí, hay que perfeccionarla.

Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Porque no nos predicamos a nosotros, aunque sí predicamos a la autonomía de la conciencia libre humana.

Por la conciencia que Jesús transmite, que tal pequeñez aparente, pertenece al designio de su Padre. Y la dinámica frecuente en la Palabra historizada, que de lo pequeño el Señor construye su gloria.

 Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos."

El servicio de la nueva Alianza en Jesús es un cumplimiento de la ley en plenitud.

La plenitud de la ley no la dan los esfuerzos interpretativos humanos, sino el Espíritu de Jesús que es el del Padre, y se muestra en el consenso que produce el ágape fraterno.

Hoy sentimos con dolor y pesar cómo dentro de la comunidad creyente se enfrentan unas sectas o segmentos de creyentes por interpretaciones de la Palabra escrita.

Esta segmentación se da dentro y fuera de las diferentes confesiones cristianas.

Tal fenómeno sigue siendo un déficit de Espíritu de fraternidad y perdón. Todavía no vivimos el amor de manera que se pueda decir que nos distinguimos por cómo nos amamos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1668952209185296385?s=20CO

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2Corintios 3,4-11

El ministerio de la nueva alianza es el del Espíritu. Servimos al Espíritu en favor de los hermanos, muchas veces luchando por conseguir el consenso entre hermanos, que se sienten tentados a encerrados en la letra que mata.

Salmo responsorial: 98

El hablar de Dios desde una zarza que no se consume por el fuego, puede llamar nuestra atención, sobre el fenómeno espiritual que consiste en mantener en la fragua permanente de la llama del Espíritu la instituciones humanas, para que no se hagan rígidas y pierdan su vitalidad.

Mateo 5,17-19

Como Iglesia de Cristo nuestro ministerio de Nueva Alianza es mantenter la fragua de Dios que es el Espíritu Santo viviente, que anima constantemente al consenso como reflejo de la unidad en Él. Aun lo más pequeño que se nos ocurra con la intención de llevar adelante el seguimiento en el Reino, debe mantenerse en esa fragua que ayuda a evitar la rigidez y nos permite la flexibilidad para vivir el gozo de nuestra fraternidad eclesial.

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