Miércoles Después de Epifanía
1Juan 4,11-18
REFLEXIÓN
si Dios nos amó de esta manera, también
nosotros debemos amarnos unos a otros
El
fundamento de la fraternidad es la convicción, más que un sentimiento, que
todos somos amados de Dios.
Por eso
dice el evangelio del mismo nombre, que Jesús dijo: que los reconozcan, que
digan “Miren cómo se aman”.
La
violencia fratricida, que consiste en guerras, feminicidios, infanticidios,
homicidios, genocidios, suicidios, es como un torrente maligno con el que
desayunamos cada mañana, a través de los medios de comunicación.
Es el
anti-reino en constante asedio para desvirtuar esta convicción de amarnos unos
a otros porque Dios nos ha amado.
La conversión
evangélica a esta Palabra implica superar supuestas estrategias salvadoras de
la violencia como son las ideologías: de género, sexuales, económicas,
culturales, políticas y demás, las cuales se inspiran más en la revancha o el
mesianismo, que en el amor compasivo mutuo de hermanos.
Un
testimonio de verdadera estrategia a favor del reino se muestra en personas
dedicadas al servicio de los más vulnerables, que no pueden reciprocar, porque
en ellos se aprecia el amor fraterno, sin interés ni ambición ni retaliación.
Si nos amamos unos a otros, Dios permanece
en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud
La
consigna diaria de nuestra oración inspirada en la Palabra deberá ser para
recibir la gracia del amor en plenitud, que es la visibilización del Señor en
forma de amor fraterno.
Un
extremo al que se había llegado: amar a los otros sólo por Dios. Otro extremo
al que hemos llegado: amar a los otros sólo por ellos.
En este
extremo como en el otro, Dios queda fuera. Es un amor que distorsiona al Dios
vivo.
En Jesús
encontramos una integración resplandeciente del amor al Padre en la persona de
los demás. Pero un amor libre, dispuesto a la compasión y a la interpelación.
Mantener
la plenitud del amor a Dios en el amor a los demás pobres pecadores, es obra
del Espíritu con el cual colaboramos.
Esta
colaboración implica una sincera y constante autocrítica, una humilde
aceptación de la sana crítica, una seguridad en el buen obrar bien
intencionado.
en que nos ha dado de su Espíritu
Por eso
nuestro diario vivir entraña una escucha alerta al movimiento del Espíritu en
nosotros y nuestro entorno.
Nuestro
amor es en seguimiento de la iniciativa del Señor Jesús en cuyo Espíritu nos
movemos y somos.
Es una
iniciativa constante como un diálogo que se da frecuentemente. Se puede decir
que es el sentido profundo de nuestra existencia, amanecer para seguir
dialogando.
damos testimonio
Nuestra
crítica ha llegado hasta el extremo de minusvalorar que alguien del nuevo
testamento llegue a ser un testigo veraz, objetivo, capaz.
Más bien
usamos la distancia cultural para descalificarlo, tomando sus aseveraciones
como el fruto de la ingenuidad mitológica de su cultura.
Quien confiese
En
nuestra mentalidad de especialización hemos llegado a desmembrar lo que se
encontraba unido en totalidad operativa.
Así
confesar hoy se vive como un asunto de palabra meramente.
En su
contexto bíblico la confesión era existencial además de vivencial. Todo
confesaba: palabra y acción, la pertenencia, la identidad, la intencionalidad.
La definición se daba en el conjunto de la existencia.
Incluso
hoy hemos llegado a dar más credibilidad a lo que no sabemos y decimos pero por
lo que inconscientemente actuamos. Y así descartamos lo consciente y
responsable.
hemos conocido el amor que Dios nos tiene y
hemos creído en él.
Constantemente
debemos acudir a este pensamiento de salud mental: conocer que Dios nos ama.
Es el
salvavidas de muchos, para redimirse de unas fuerzas que tienden a la muerte
por falta de amor.
Es el
déficit que encontramos y clamamos en cantidad de situaciones familiares: no
hay amor.
Es el
caldo de cultivo del ateísmo operativo de muchos: el desamor recibido que
obstaculiza la vivencia del amor del Señor.
Dios es amor, y quien permanece en el amor
permanece en Dios, y Dios en él
Además
de don es tarea. Por el amor se lucha desde el amor. O dicho en otra forma:
porque luchamos, amamos. Y porque amamos, luchamos
quien teme no ha llegado a la plenitud en
el amor.
No
temamos amar al hermano, porque genera violencia fratricida.
Toda
forma de crimen es resultado del temor a perder en la guerra por el poder y el
dominio.
Cuando
nos amemos como hermanos y experimentemos al Señor y lo hagamos visible,
nuestro amor será pleno y no temeremos porque habremos desistido del dominio
sobre otros.
Leer
esta palabra deja una impresión en el corazón: como de alivio, de consuelo, de
ánimo y esperanza, de fortaleza, de aceptación y entrega.
Como si
se nos diera una motivación para inflamar al resto de la humanidad con este
amor aliciente, y como si con este mensaje fuera suficiente para cambiarlo
todo.
Salmo responsorial: 71
REFLEXIÓN
para que rija a tu pueblo con justicia, / a
tus humildes con rectitud
Necesitamos
multiplicar testimonios de ejercicio de servicio en vez de dominación para
promover la fraternidad. El testimonio se reconoce en la rectitud con los
vulnerables.
Él
librará al pobre que clamaba, / al afligido que no tenía protector; / él se
apiadará del pobre y del indigente, / y salvará la vida de los pobres.
Es una conducta concreta en el testimonio de los seguidores de Jesús.
Porque
el poder que se pide para el líder es para hacer justicia a quien no tiene
quien se la haga. En la medida que es un go´el(vengador de sangre) es un
ungido.
Marcos 6,45-52
REFLEXIÒN
Después
que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los
discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de
Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se
retiró al monte a orar
Jesús hace vida la experiencia de la oración después de un servicio,
quizá para que sus discípulos sepan salirse de la toxicidad del poder como
dominio, capaz de alimentar mesiánicamente las multitudes.
Podemos sentir la
necesidad de oración de Jesús, en un contexto de realización.
El acto de poder y
servicio que acaba de realizar, lo ha hecho en nombre de su Padre a quien ha
invocado.
Ahora se vuelve al Padre
para agradecer que lo haya hecho. Y que él haya estado lo suficientemente
conectado a su voluntad, que haya mediado la bendición de la multiplicación del
pan, no por el prodigio, sin por haber alimentado a la multitud con hambre.
Y no sólo por haberlos
alimentado, sino para que ellos puedan ir a a un sentido más profundo de fe, y
contemplen en el pan recibido y en el hambre saciada, el amor de Dios, que
cambia las realidades.
Los prodigios no tienen
sentido sino al servicio de este mensaje.
Viendo el
trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario
Entró en
la barca con ellos, y amainó el viento
Ellos
estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes,
porque eran torpes para entender.
Mientras
Jesús continúa dando signos de servicio, su discípulos no alcanzan a descifrar
que su maestro rehuya la dominación del poder que manifiesta.
Si los
más inmediatos colaboradores de Jesús debieron pasar por un proceso para
desinstalar la dominación y convertirse en hermanos que se aman, nosotros también
debemos asimilar que esta conversión requiere un proceso que puede tomar tiempo.
Y así
somos: torpes para entender que sus prodigios están en función del servicio que
quiere hacer a las vulnerabilidades humanas.
Pero en
ellos invita a la contemplación del amor del Padre, en quien no hay temor.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1346786836983799809?s=20