miércoles, 10 de febrero de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Miércoles, V semana
San Ambrosio Carta 35,4-6

Dice el Apóstol que el que, por el espíritu, hace morir las malas pasiones del cuerpo vivirá. Y ello nada tiene de extraño, ya que el que posee el Espíritu de Dios se convierte en hijo de Dios. Y hasta tal punto es hijo de Dios, que no recibe ya espíritu de esclavitud, sino espíritu de adopción filial, al extremo de que el Espíritu Santo se une a nuestro espíritu para testificar que somos hijos de Dios. Este testimonio del Espíritu Santo consiste en que el mismo clama en nuestros corazones: «¡Abba!» (Padre), como leemos en la carta a los Gálatas. Pero existe otro importante testimonio de que somos hijos de Dios: el hecho de que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo; es coheredero con Cristo el que es glorificado juntamente con él, y es glorificado juntamente con él aquel que, padeciendo por él, realmente padece con él. Y, para animarnos a este padecimiento, añade que todos nuestros padecimientos son inferiores y desproporcionados a la magnitud de los bienes futuros, que se nos darán como premio de nuestras fatigas, premio que se ha de revelar en nosotros cuando, restaurados plenamente la imagen de Dios, podremos contemplar su gloria cara a cara. Y, para encarecer la magnitud de esta revelación futura, añade que la misma creación entera está en expectación de esa manifestación gloriosa de los hijos de Dios, ya que las criaturas todas están ahora sometidas al desorden, a pesar suyo, pero conservando la esperanza, ya que esperan de Cristo la gracia de su ayuda para quedar ellas a su vez libres de la esclavitud de la corrupción, para tomar parte en la libertad que con la gloria han de recibir los hijos de Dios; de este modo, cuando se ponga de manifiesto la gloria de los hijos de Dios, será una misma realidad la libertad de las criaturas y la de los hijos de Dios. Mas ahora, mientras esta manifestación no es todavía un hecho, la creación entera gime en la expectación de la gloria de nuestra adopción y redención, y sus gemidos son como dolores de parto, que van engendrando ya aquel espíritu de salvación, por su deseo de verse libre de la esclavitud del desorden. Está claro que los que gimen anhelando la adopción filial lo hacen porque poseen las primicias del Espíritu; y esta adopción filial consiste en la redención del cuerpo entero, cuando el que posee las primicias del Espíritu, como hijo adoptivo de Dios, verá cara a cara el bien divino y eterno; porque ahora la Iglesia del Señor posee ya la adopción filial, puesto que el Espíritu clama: «¡Abba!» (Padre), como dice la carta a los Gálatas. Pero esta adopción será perfecta cuando resucitarán, dotados de incorrupción, de honor y de gloria, todos aquellos que hayan merecido contemplar la faz de Dios; entonces la condición humana habrá alcanzado la redención en su sentido pleno. Por esto, el Apóstol afirma, lleno de confianza, que en esperanza fuimos salvados. La esperanza, en efecto, es causa de salvación, como lo es también la fe, de la cual se dice en el evangelio: Tu fe te ha salvado.



REFLEXIÓN

Padecer por Cristo es padecer con Cristo. Si Jesús padeció en solitario, abrumado por tamaña opresión, nuestro padecer es en conjunto con Jesús, en compañía de Jesús. Este padecer, que expresa anhelos profundos del Espíritu, en labor de parto, en nosotros, aviva su resistencia y firmeza en la esperanza, y en esa gestión se manifiesta salvando. Más aún salvando y comunicando, porque el padecimiento salvífico crea la compañía para otros, como ha recibido la de Jesús.

martes, 9 de febrero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Martes 5 de tiempo ordinario

Génesis 1,20-2,4ª



REFLEXIÓN

"Creced,(parah:dar fruto) multiplicaos,(rabah:multiplicar) llenad(mala:llenar) las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra."

Hace cinco mil años la tierra se vería como un lugar inexplorado e inmenso, que incitaría la expansión de los reinos e imperios. De hecho se sucedieron varios, uno más fuerte que el otro. Era una perspectiva de conquista y explotación en la que cabía la ambición de más población para acceder a más recursos.

En una perspectiva así, las elites dirigentes ambicionaban masas a las que mandar y reemplazar como cosas, pues muchos eran esclavos y no tenían ni se ocurría que tuvieran ciertos derechos. Esto a pesar de los códigos antiguos de leyes que garantizaban ciertos derechos para ciudadanos, no para esclavos.

Crece lo que no sembramos ni cuidamos. Una providencia a pesar de nosotros nos provee. Un donante anónimo incesanetemente nos ofrece recursos para que nuestra vida se sostenga sobre la faz de la tierra. Se manifiesta una intención de sostenernos a todas las especies, pero la nuestra es la única que acumula más allá de sus necesidades, e invierte en bienes a expensas de las necesidades de otros.

Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó

Nos delegó el dominio, pero lo confundimos con explotación, y mantenemos la opresión por la vanidad, haciendo gemir las criaturas.

No parece, estadísticamente, abultado el fenómeno de la homosexualidad.Incluso entre los que tienen esa tendencia, muchos pueden si quieren, multiplicarse como bisexuales, y otras técnicas de fecundidad.

Mas bien parece relevante el significado para la libertad de vivir y expresar una condición viable como calidad de vida. Incluso satisfactoria como parentalidad. No parece que la Palabra cobija a minorías que se apartan de la tendencia dominante. Pero no cobijarlas tampoco significa reprobarlas.

Y vio Dios todo lo que habla hecho; y era muy bueno

Un dictamen antídoto para el pesimismo y depresión colectiva actuales que todo lo ve malo, imperfecto, con suspicacia, con agenda.

Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de todo el trabajo que Dios habla hecho cuando creó

Dos mil quinientos años después cuando Israel gime bajo el yugo de una ocupación y su clase dirigente es prisionera en el exilio, su reflexión de fe subraya la dignidad de todo hombre y mujer por encima de todo, no obstante siga existiendo la esclavitud, como hoy todavía, en varias formas, existe.

Su dignidad consiste según el oráculo de la Palabra a una equiparación al Santo de los Santos. Somos así reconcidos como estirpe de la divinidad.

Por eso la creación no ha terminado y se sigue haciendo y el descanso del Señor no ha llegado.

El sábado se reconoció como un memorial del descanso de Dios y de los hombres que trabajaban en el designio de Dios, para que no lo olviden y pierdan el sentido humano del trabajo.

Pero Jesús nos aclaró en el evangelio de Juan que su Padre sigue trabajando.

Y en la contemplación para alcanzar amor de los ejercicios de Ignacio, el Señor es amable porque se contempla trabajando, laborando en toda su creación.

Descansar del trabajo es parte del designio de amor del Señor.

Salmo responsorial: 8



REFLEXIÓN

Cuando contemplo(raah:mirar hasta que nos damos cuenta) el cielo, obra de tus dedos

Ignacio de Loyola nos insiste en sus ejercicios que contemplemos. Y que repitamos los ejercicios para lograr ver mejor. Porque la contemplación es un mirar y volver a mirar hasta que percibimos mejor un sentido que se nos da.

Quizás el sentido late en nuestras neuronas, y se ha acumulado por las viviencias que vamos experimentando, pero se actualiza, toma vida en el momento de una contemplación o un modo de mirar reiterado y profundo que se abra por fe.

le diste el mando sobre las obras de tus manos, / todo lo sometiste bajo sus pies

El hombre del designio es Jesús. Los demás somos bocetos o aprendices de Jesús, y ser humanos es una tarea.

Marcos 7,1-13



REFLEXIÓN

Aferrándose(krateo:retenidos fuertemente por) a la tradición de sus mayores

El quid (que) es el aferramiento, no las tradiciones. Cuál es mi actitud respecto de las tradiciones, que me aportan identidad, pertenencia y continuidad en el tiempo?

Una sociedad tradicional aprecia sobretodo seguir la tradición de sus mayores (p.e: El violinista en el tejado).

Pero Jesús ha logrado una eminencia y ve más allá. Logra una libertad de la presión social y articula prácticas que no son tradicionales.

Así las desvincula de la Palabra y quedan reducidas a recursos culturales de los pueblos. Éstos son sujetos al cambio, si una sabiduría más oportuna se orienta a la novedad.

El comentario y matiz es del evangelista sobre el modo de proceder de los destacados en la observancia de los judíos de la época. No se trata de describir una práctica sana, sino de calificar un exceso de tradicionalismo, una rigidez sofocante que no permite un juicio diferente en circunstancias diferentes.

El problema no sería la tradición de los mayores en sí, sino la rigidez que inhibe el propio criterio prudencial.

Cuando el evangelista escribe ya Jesús no está entre los miembros de la comunidad, pero ha quedado su ethos, su modo de proceder, su praxis cotidiana y común mientras vivía. Y se apoyan en ella, no para despreciar la tradición, sino para usarla como punto de referencia, con flexibilidad.

Cuando se prohibió desde el magisterio eclesiástico el uso de los métodos artificiales para prevenir la concepción, se usó la referencia a la naturaleza humana tradicionalmente explicada, para determinar lo que era natural y artificial.

La rigidez en mantener la prohibición hasta nuestros días, entre otras consideraciones tiene a la vista el abuso en cuanto a las costumbres sexuales, liberadas de las posibles consecuencias del embarazo.

En esa previsión opera una interpretación antropológica que se inclina a ver más bien abusos egoístas que actuaciones sensatas en los fieles.

No se tiene en cuenta suficientemente a las parejas sensatas que toman decisiones consultando lo mejor posible y actuando en conciencia, aunque usen métodos artificiales.

El evangelio vivido nos da la inspiración para obrar en libertad de cara a las necesidades auténticas según las circunstancias y asumir las consecuencias de nuestras decisiones.

y no siguen la tradición de los mayores?

Hipócritas

Como aferramiento a una tradición que no refleja el designio.

El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.

Jesús les echa en cara la pretensión de absoluto que reemplaza la Palabra por sus palabras.

Aprendemos con lentitud que nuestras iniciativas valen la oportunidad que representan, pero pueden ser superadas por quienes consideren algo mejor.

"Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo"

En la perspectiva de la buena nueva del reino el legalismo no reemplaza la solidaridad con la necesidad humana básica.

ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios

La hipocresía aludida por Jesús se relaciona con esta sustitución: las palabras humanas que se hacen pasar por Palabra de Dios.

Tenemos ese poder sofisticado: vaciar el sentido y espíritu del designio y sustituirlo por nuestros intereses egoístas.

Pero hay que tener la docilidad de reconocer en la práctica cuando se da este desatino.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1359100940813484033?s=20