lunes, 20 de septiembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 25 de tiempo ordinario

 

Año Impar

 

Esdras 1,1-6



REFLEXIÓN

movió a Ciro, rey de Persia

 

Una influencia en la dirección favorable al designio de liberación del exilio.

 

A través de decisiones de hombres y mujeres con poder de influir en el curso de los acontecimientos, también se muestra el Espíritu del Señor, y así nos ofrece señales de su presencia dinámica y benefactora.

 

todos los que se sintieron movidos por Dios

 

sentirse movido es un grado de conciencia en base a la fe que se obtiene de la actividad del Señor y su influjo en nosotros y las cosas.

 

Esta partida recuerda una de las versiones del éxodo israelita, que funciona en la mente cultural del pueblo de Dios como un arquetipo que ilumina toda realidad semejante.

 

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Una función análoga a las células-madre biológicas, válidas para diferenciarse por evolución o manipulación en células más especializadas según los órganos necesitados.

 

Con nuestro micro universo que es el cuerpo y el macro universo que es el cosmos nos encontramos en casa, la cual vamos conociendo en cada rincón, familiarizándonos.

 

Ella en su momento nos da señales para pensar y desear otra morada semejante pero mejor, como la que el Señor nos ha preparado para siempre.

 

Salmo responsorial: 125



REFLEXIÓN

 

nos parecía soñar

 

Contar con alguien apropiado para realizar los sueños es parte del sueño, no el que dormimos sino el que, fabulando, anticipamos sobre regiones de plenitud y gozo.

 

Ante el cúmulo de miserias que ciertas individualidades se generan o padecen, por circunstancias adversas, se admira uno si el

 

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Señor, como el alguien que realiza sueños, se acordará de los sueños de los miserables.

 

O sigue siendo vigente que para muchos el sueño es para otra vida?

 

"El Señor ha estado grande con ellos."

 

Ante ciertos cumplimientos del Señor, su sentido de grandeza se hace mayor.

 

Deus semper maior. El Dios siempre más grande. El Dios que sorprende. Le agrada sorprender.

 

Como el niño picarón que sorprende a sus padres con tarjetas de felicitación, no bien dibujadas.

 

Lucas 8,16-18



REFLEXIÓN

 

Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama

 

Parece un chiste de pastusos o gallegos. Es como una caricatura. Por su absurdo, estalla nuestra lógica.

 

Por lo tanto si resolvemos aceptar la invitación a la fe, es como encender una lámpara, que

 

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necesariamente-para bien o para mal- debe brillar, hacerse notar.

 

Velarla o apagarla no tiene lógica ni sentido. Es como no tenerla: ni luz, ni fe.

 

Una casa en una aldea lejana en el campo sin alumbrado eléctrico, es muy oscura en la noche. Si se tiene una vela, un mechero o una lámpara de aceite, se enciende para todos en la casa y por supuesto no se tapa, porque es un contrasentido.

 

Un creyente de la Palabra es como una lámpara encendida para todos los de la casa de la vida y del mundo, donde quizás abunda la oscuridad.

 

Si la tapa con una conducta incongruente y poco cónsona con esa luz, comete un contrasentido porque no puede alumbrarse ni alumbrar.

 

Pero la Palabra de Jesús nos advierte que todo se sabrá, todo se iluminará no obstante nuestra afán de oscuridad, porque caminamos y construimos un reino de luz, justicia y verdad.

 

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Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.

 

Este texto es la delicia de los comunicadores: lo quieren saber todo y para ellos no hay privacidad, ni derecho a la intimidad.

 

Lo tremendo es que la motivación es comercial. Se trata de vender secretos para aumentar la circulación del periódico o la audiencia del programa. Y así los anunciantes pagarán felices los anuncios.

 

Pero no, no va en esa dirección lo que ha de saberse. Necesariamente tiene que ver con el mensaje del Reino, que es para todos, en código abierto, sin exclusividades, porque con Jesús el Padre llamo a todos a la salvación.

 

al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener

 

Hay que tener, tener fe, para tener lo demás. Sin eso no se entra, y no se tiene nada.

 

 

 

 

 

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Por eso Jesús pregunta si tenemos fe y no vacilamos, si no somos débiles en la fe.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1439914053946777603?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Confío ciegamente que el beato va a interceder y que Dios nos va a ayudar

Lunes, XXV semana

San Agustín Sermón sobre los pastores 46,14-15

No recogéis a las descarriadas, ni buscáis a las perdidas. En este mundo andamos siempre entre las manos de los ladrones y los dientes de los lobos feroces y, a causa de estos peligros nuestros, os rogamos que oréis. Además, las ovejas son obstinadas. Cuando se extravían y las buscamos, nos dicen, para su error y perdición, que no tienen nada que ver con nosotros: «¿Para qué nos queréis? ¿Para qué nos buscáis?» Como si el hecho de que anden errantes y en peligro de perdición no fuera precisamente la causa de que vayamos tras de ellas y las busquemos. «Si ando errante –dicen–, si estoy perdida, ¿para qué me quieres? ¿Para qué me buscas?» Te quiero hacer volver precisamente porque andas extraviada; quiero encontrarte porque te has perdido. «¡Pero si yo quiero andar así, quiero así mi perdición!» ¿De veras así quieres extraviarte, así quieres perderte? Pues tanto menos lo quiero yo. Me atrevo a decirlo, estoy dispuesto a seguir siendo inoportuno. Oigo al Apóstol que dice: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo. ¿A quiénes insistiré a tiempo, y a quiénes a destiempo? A tiempo, a los que quieren escuchar; a destiempo, a quienes no quieren.

REFLEXIÓN

La motivación para preocuparse por la oveja perdida, por los que se distancian y extravían, es de diferentes modos. Por sí mismas, para que capten la diferencia respecto a la ausencia que caracteriza sus vidas, ausencia de la experiencia de Dios. Por sí mismas en nombre de quién las llama y reina, porque no descansa en su amor, y los ministros no son más que enviados. Por las que no se extravían y permanecen juntas en el rebaño, para que su amor sea incluyente de quien no vive la unión que ellas. Por que esa unión no se vaya a perder, dado que las perdidas pueden tentar a hacer lo propio a quienes permanecen.