viernes, 10 de diciembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 2 de Adviento

Isaías 48,17-19



REFLEXIÓN

Así dice(amar) el Señor(yhwh), tu redentor(geel), el Santo(qadosh) de Israel

te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues.

Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río

La divinidad propia de Israel, quien en su fe-alianza interpretó como alguien que se comunica desde un nombre revelado solo a ellos, para protegerlos como un vengador-protector, y por eso mismo inalcanzable en su bondad, les reprocha su desobediencia, no porque la necesite, más bien porque dejan de ser como Él, un colmo de dicha.

Eso significa su rebeldía: perder la oportunidad de la paz como cima de la bienaventuranza, en lo que se concreta el reinado del Señor.

San Ignacio ponía su experiencia a disposición de otros en los ejercicios espirituales, como un medio de superar la rebeldía y encontrar la paz: hacer la voluntad de Dios. Todo el esfuerzo en esa dinámica va dirigido hacia allá.

No porque haya que satisfacer una divinidad ansiosa de reconocimiento y sacrificio, sino porque es el único modo de alcanzar la paz anhelada como expresión de lo más deseado.

Actuar(gaal )como pariente más cercano, para hacerse cargo, ayudar, socorrer, liberar.

La venganza se deja en su mano, lo cual es inicio de la institución que imparte justicia a la víctima, que ya no se deja a la espontaneidad de hacerse justicia por su propia mano.

Implica una fe y confianza en la intervención del Señor para sacar adelante la causa de las víctimas, los oprimidos, los afligidos, los vulnerables, los indefensos.

En momentos de suspicacia cultural, de un espíritu de los tiempos teñido de desconfianza, confiarse al Señor y a su intervención en las situaciones cambiantes resulta un desafío y en cierto modo es hacer contracultura, a favor de valores despreciados y estigmatizados por el resentimiento, el rencor, la impaciencia y la desesperación.

Se requiere una gran mansedumbre y tenacidad para dar señales de credibilidad, debiendo permitir que el emotivismo se estrelle contra la paciencia del agente de cambio y se reabsorba en su benevolencia.

Hay una historia y unos antecedentes que evaluar y ponderar. Así encontraremos una línea de comprensión que da luz a los hechos y los ubica bajo el patrocinio del Espíritu. Aprendemos en ello.

Salmo responsorial: 1



REFLEXIÓN

Dichoso el hombre / que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la senda de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos

La paz-bienestar anhelada no es ganarse la lotería, sino algo de otro orden. Por eso el hombre y mujer de paz tiene una red social sana, constructiva del bien.

su gozo es la ley del Señor, / y medita su ley día y noche

El gozo del encuentro con su Palabra crea y recrea una afectuosa adhesión al mensaje, como un goteo que transforma la roca en arena.

cuanto emprende tiene buen fin

Es una bienaventuranza que se muestra más bien en la capacidad de transformar todo en bien, no obstante que aparezca como mal o infortunio.

La persona de paz que se enfila en su vida a proceder como el mismo Señor, tiene una actitud que todo lo transforma en bien.

Una lozanía persistente y arraigada se manifiesta en su existencia y sus obras.

El buen fin no es porque acaba bien, solamente, sino porque se mueve en dirección a todo lo que es bueno.

Un estilo de vida dirigido a hacer el bien como una flecha señala el blanco.

Mateo 11,16-19



REFLEXIÓN

¿A quién se parece esta generación?

Una pregunta que debemos hacernos toda la vida, sobretodo cuando advertimos el cambio generacional, la brecha generacional, tan mencionadas en nuestro tiempo.

" Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores."

El asunto es aferrarse a cualquier “quítame esas pajas” para rehuir el compromiso y no involucrarse, sobretodo en temas que demandan mayor intensidad y alejamiento del propio interés y prejuicio.

Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios

Así los que remontan la rebeldía frente al Señor y se orientan como un norte por su voluntad, en los hechos de su vida comprueban la sabiduría de Dios, incluso en los pasajes más dolorosos y frustrantes.

Esta vivencia es fuerte como para hacer frente a la generación burlesca que desestima y descalifica nuestro modo de proceder.

Pero la opción proactiva hacia el estilo de Jesús, que nos lleva a hacernos los más cercanos del necesitado, es de sabios según Dios Padre.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1469264822760050689?s=20

BEATO CARLO


 
Del tratado de San Ireneo, obispo, Contra las herejías
(Libro 5, 19, 1; 20, 2; 21, 1: SC 153, 248-250. 260-264)


SOBRE EVA Y MARÍA

Cuando vino Dios visiblemente a sus creaturas y fue sostenido por esta creación que es por él mismo sostenida, expió aquella desobediencia cometida bajo un árbol, por medio de la obediencia efectuada sobre otro árbol, y destruyó así la seducción con que fue vilmente engañada aquella virgen Eva, destinada ya para un varón, con la verdad que le fue venturosamente anunciada por el ángel a la Virgen María, ya también prometida a otro varón.

Y así como Eva fue seducida por un ángel para que se alejara de Dios, desobedeciendo su palabra, así María fue notificada por otro ángel de que llevaría a Dios en su seno, si obedecía su palabra. Y como aquélla fue inducida a no obedecer a Dios, así ésta fue persuadida a obedecerlo, y de esta manera la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva.

Al renovar profundamente el Señor todas las cosas, declaró la guerra a nuestro enemigo, aplastó a aquel que en un principio nos había hecho cautivos en Adán y pisoteó su cabeza, según lo que, en el Génesis, Dios dice a la serpiente: Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.

Con ello se anunciaba que aquel que debía nacer de una mujer Virgen, hecho hombre como Adán, aplastaría la cabeza de la serpiente. De esta descendencia habla el Apóstol, en la carta a los Gálatas, cuando dice: La ley mosaica fue puesta por Dios hasta que viniese la descendencia a quien se habían hecho las promesas.

Más claramente aún lo demuestra, en esa misma carta, al decir: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer. El enemigo no hubiera sido vencido con justicia si el hombre que lo venció no hubiera nacido de una mujer, pues ya desde el comienzo se opuso al hombre, dominándolo por medio de la mujer.

Por eso el Señor afirma que él es el Hijo del hombre, el hombre por excelencia, el cual resume en sí al linaje nacido de mujer, de modo que, si nuestra especie bajó a la muerte a causa de un hombre vencido, por un hombre victorioso subamos de nuevo a la vida.