sábado, 19 de marzo de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


De los Sermones de san Bernardino de Siena, presbítero

(Sermón 2, Sobre san José: Opera 7, 16. 27-30)

 

FIEL CUIDADOR Y GUARDIÁN

 

Es norma general de todas las gracias especiales comunicadas a cualquier creatura racional que, cuando la gracia divina elige a alguien para algún oficio especial o algún estado muy elevado, otorga todos los carismas que son necesarios a aquella persona así elegida, y que la adornan con profusión.

 

Ello se realizó de un modo eminente en la persona de san José, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del mundo y Señora de los ángeles, que fue elegido por el Padre eterno como fiel cuidador y guardián de sus más preciados tesoros, a saber, de su Hijo y de su esposa; cargo que él cumplió con absoluta fidelidad. Por esto el Señor le dice: Bien, siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

Si miramos la relación que tiene José con toda la Iglesia, ¿no es éste el hombre especialmente elegido, por el cual y bajo el cual Cristo fue introducido en el mundo de un modo regular y honesto? Por tanto, si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen Madre, ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo semejante le debe a san José, después de ella, una especial gratitud y reverencia.

Él, en efecto, cierra el antiguo Testamento, ya que en él la dignidad patriarcal y profética alcanza el fruto prometido. Además, él es el único que poseyó corporalmente lo que la condescendencia divina había prometido a los patriarcas y a los profetas. 

Hemos de suponer, sin duda alguna, que aquella misma familiaridad, respeto y altísima dignidad que Cristo tributó a José mientras vivía aquí en la tierra, como un hijo con su padre, no se la ha negado en el cielo; al contrario, la ha colmado y consumado.

Por esto, no sin razón añade el Señor: Pasa al banquete de tu Señor. Pues, aunque el gozo festivo de la felicidad eterna entra en el corazón del hombre, el Señor prefirió decirle: Pasa al banquete, para insinuar de un modo misterioso que este gozo festivo no sólo se halla dentro de él, sino que lo rodea y absorbe por todas partes, y que está sumergido en él como en un abismo infinito.

 Acuérdate, pues, de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tus oraciones ante tu Hijo; haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen, tu esposa, que es madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por siglos infinitos. Amén.

Sábado II semana de Cuaresma

San Ambrosio Huida del mundo 6,36; 7,44; 8,45; 9,52

Donde está el corazón del hombre allí está también su tesoro; pues el Señor no suele negar la dádiva buena a los que se la han pedido. Y ya que el Señor es bueno, y mucho más bueno todavía para con los que le son fieles, abracémonos a él, estemos de su parte con toda nuestra alma, con todo el corazón, con todo el empuje de que seamos capaces, para que permanezcamos en su luz, contemplemos su gloria y disfrutemos de la gracia del deleite sobrenatural. Elevemos, por tanto, nuestros espíritus hasta el Sumo bien, estemos en él y vivamos en él, unámonos a él, ya que su ser supera toda inteligencia y todo conocimiento, y goza de paz y tranquilidad perpetuas, una paz que supera también toda inteligencia y toda percepción. Éste es el bien que lo penetra todo, que hace que todos vivamos en él y dependamos de él, mientras que él no tiene nada sobre sí, sino que es divino; pues no hay nadie bueno, sino sólo Dios, y por lo tanto todo lo bueno, divino, y todo lo divino, bueno; por ello se dice: Abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente; pues por la bondad de Dios se nos otorgan efectivamente todos los bienes sin mezcla alguna de mal. Bienes que la Escritura promete a los fieles al decir: Lo sabroso de la tierra comeréis.

REFLEXIÓN

Apegarnos al Sumo Bien resulta entonces la cima del ágape, el amor en sentido prístino y ejemplar, atracción de todo amor menos puro e imperfecto. Sólo Dios único Bueno lo puede atraer, desde unos bienes relativos y a medio hacer, entre los que nos ensayamos para amar hasta la cumbre. Amar así no es fácil, pero es posible con su ayuda, que no se niega jamás.

viernes, 18 de marzo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 2 de Cuaresma

Génesis 37,3-28



REFLEXIÓN

Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas

Algunos detalles de la historia prefiguran rasgos de Jesús de Nazareth: el amor de su Padre, el celo de los hermanos que desean matarlo, su venta a los de fuera, la capacidad soñadora o visionaria de José.

Se dice que alguien quiso liberar a los que veían sombras al fondo de la caverna de Platón, diciéndoles que eran sombras, y la realidad estaba a sus espaldas.

La reacción fue asesinarlo: muerte al libertador.

Eco o no de un mito, éste es también un eco de realidades que se viven. Porque muchos que tienen sueños de cambio, visión de realidades diferentes a las vigentes, son amenazados y liquidados, ya que atentan contra la seguridad del presente en el actual orden de cosas.

Sin embargo el Señor para el proceso de realización de su designio, que es su sueño, nos sigue convocando y nos apoya en los riesgos.

Un educador también es un visionario, pero tiene en cuenta los sueños de sus educandos, para que tengan presente los elementos que pueden viabilizar su realización.

Las resistencias que encuentra en muchos de sus aprendices es parte del proceso de aprender que los sueños también tienen un protocolo o procedimiento para llegar a ser verdad. Y esto puede impacientar y hasta irritar. En casos extremos hasta provocar violencia.

La antipatía que el Magisterio católico despierta en muchos, radica en algo así. Contraría la expectativa de los sueños de la gente, porque señala un protocolo para realizarse. No es que no acepte los sueños del mundo, sino que busca no se conviertan en pesadillas.

Éstos se llevaron a José a Egipto

Hacer la lectura de la Palabra en perspectiva, como seres temporales e históricos, permite contemplar la línea del designio del Señor, y cómo todos, aún con autonomía, convergemos en su logro salvífico.

Curiosamente Islámicos e Israelitas mantienen un debate sobre cuál es el pueblo de la promesa: si Ismael o Isaac, ambos hijos de Abraham.

En el relato intervienen los ismaelitas como medio para que José llegue a Egipto, lugar que resolverá la subsistencia de Israel y muchos pueblos, por medio de José.

El texto nos propone una Palabra de esperanza y confianza en la presencia del Señor en las diversas circunstancias históricas, que los hombre y mujeres experimentamos en conflicto.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

 por delante había enviado a un hombre, / a José, vendido como esclavo

La potencialidad humana para recuperarse, crecer y lograr cosas relevantes de impacto para muchos es una lección de la historia, constante y frecuente.

Igual se da para logros positivos que para los negativos.

Nos ayuda a respetar la riqueza y dignidad de todo hombre y mujer desde su origen y diversidad, por la capacidad que podrá desplegar en el futuro.

Y aun en la discapacidad se podrá contemplar la llamada del designio del Señor a cooperar con su solidaridad y ternura.

y la palabra del Señor lo acreditó.

La esperanza del Justo consiste en la acreditación de parte del Señor. Como Jesús de Nazaret cuando fue resucitado, mostrando el Padre su carácter de justo y enviado por Él.

Mateo 21,33-43.45-46



REFLEXIÓN

os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos

Una amenaza que pende sobre nuestra libertad humana: ser constructores del reino que produzca frutos para el Señor o perderlo.

Es una palabra que se mantiene abierta al futuro para ir concretando el reino histórico de Jesús con aquellos que son fieles.

Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos

Más que nada una clase dirigente que se reproduce infinitamente, ocupada más bien en sus propios intereses, que en el servicio al designio.

Son los que tienen más responsabilidad por su poder de decisión social. Pero nuestra decisión individual también puede serle cómplice y perpetuarlos.

El proceder del Padre no es vengativo. Es educativo hacia una conversión de las malas obras. Se busca un pueblo que sí cuide la viña y respete al hijo, desechando el anterior. Pero a la postre como dice Pablo, el desechado también tendrá su oportunidad.

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