miércoles, 7 de septiembre de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Miércoles, XXIII semana

San Bernardo Sermón 5 sobre diversas materias 4-5

Vigilemos en pie, apoyándonos con todas nuestras fuerzas en la roca firmísima que es Cristo, como está escrito: Afianzó mis pies sobre roca, y aseguró mis paso. Apoyados y afianzados en esta forma, veamos qué nos d ce y qué decimos a quien nos pone objeciones.

REFLEXIÓN

La fortaleza de Jesús a quienes ponen su fe en él, no es la fortaleza de ellos, sino de él. Quien resistió hasta el final afrontando objeciones a su misión, incluso asumiendo, sobrellevando y sobreviviendo su repudio final, porque con él está la firmeza de su Padre, el creador. Por lo tanto, hacer frente a las objeciones contra su evangelio es el carisma del fiel bautizado y confirmado. Sólo que hay que empoderarlo.

Amadísimos hermanos, éste es el primer grado de la contemplación: pensar constantemente qué es lo que quiere el Señor, qué es lo que le agrada, qué es lo que resulta aceptable en su presencia. Y, pues todos faltamos menudo, y nuestro orgullo choca contra la rectitud de la voluntad del Señor, y no puede aceptarla ni ponerse de acuerdo con ella, humillémonos bajo la poderosa mano de Dios altísimo y esforcémonos en poner nuestra miseria a la vista de su misericordia, con estas palabras: Sáname, Señor, y quedaré sano; sálvame y quedaré a salvo. Y también aquellas otras: Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti.

REFLEXIÓN

Empoderar el carisma de la firmeza ante las objeciones, pasa por reconocer que la debilidad y la vulnerabilidad son nuestros acompañantes natos, y es preciso confesarlos humildemente ante la misericordia del Padre de Jesús.

Una vez que se ha purificado la mirada de nuestra alma con esas consideraciones, ya no nos ocupamos con amargura en nuestro propio espíritu, sino en el espíritu divino, y ello con gran deleite. Y ya no andamos pensando cuál sea la voluntad de Dios respecto a nosotros, sino cuál sea en sí misma. Y, ya que la vida está en la voluntad del Señor, indudablemente lo más provechoso y útil para nosotros será lo que está en conformidad con la voluntad del Señor. Por eso, si nos proponemos de verdad conservar la vida de nuestra alma, hemos de poner también verdadero empeño en no apartarnos lo más mínimo de la voluntad divina.

REFLEXIÓN

Nos salimos del círculo tóxico de nosotros mismos y nuestro victimismo y alzamos la vista a los intereses de todos en el mundo, ante quienes somos testigos del amor del Padre y su fortaleza, y en el que se nos muestra cómo debe ser nuestro servicio.

Conforme vayamos avanzando en la vida espiritual, siguiendo los impulsos del Espíritu, que ahonda en lo más íntimo de Dios, pensemos en la dulzura del Señor, qué bueno es en sí mismo. Pidamos también, con el salmista, gozar de la dulzura del Señor, contemplando, no nuestro propio corazón, sino su templo, diciendo con el mismo salmista: Cuando mi alma se acongoja, te recuerdo.

REFLEXIÓN

La dulzura del Señor deberá mitigar nuestro esfuerzo y dificultad por seguirlo, no la autojustificación de nuestra debilidad.

EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


[127] 1ª nota. Primera nota: es de advertir para toda esta semana y las otras siguientes, que solamente tengo de leer el misterio de la contemplación que inmediate tengo de hacer, de manera que por entonces no lea ningún misterio que aquel día o en aquella hora no haya de hacer, porque la consideración de un misterio no estorbe a la consideración del otro.

REFLEXIÓN

[127] Se trata de evitar la dispersión, la saturación de información, la curiosidad distractora, la interferencia en el asunto que se propone enfocar. Una autodisciplina para mantenerse en la escucha, en alerta activa.

[128] 2ª nota. La 2ª: el primer exercicio de la encarnación se hará a la media noche; el 2º en amanesciendo; el 3º a la hora de missa; el 4º a la hora de vísperas, y el 5º antes de la hora de cenar, estando por espacio de una hora en cada uno de los cinco exercicios; y la misma horden se llevará en todo lo siguiente.

REFLEXIÓN

[128]Un horario más a propósito para un monasterio, donde se rezan las horas desde la medianoche, el amanecer, temprano en la mañana con la misa, al atardecer y con el último alimento. La recomendación de la hora completa se debe a una disciplina de mantenerse, aunque la oración no sea fácil y el tiempo se sienta lento. Como una evidencia de fidelidad y un obsequio de la voluntad, permaneciendo estables y firmes ante los vaivenes del gusto o disgusto u otras emociones. Un modo de evidenciar que se ofrece la generosidad en la búsqueda y acatamiento del Señor.

[129] 3ª nota. La 3ª: es de advertir que si la persona que hace los exercicios es viejo o débil, o aunque fuerte, si de la 1ª semana a quedado en alguna manera débil, es mejor que en esta 2ª semana a lo menos algunas veces no se levantando a media noche, hacer a la mañana una contemplación, y otra a la hora de missa, y otra antes de comer, y sobre ellas una repetición a la hora de vísperas, y después el traer de los sentidos antes de cena.

REFLEXIÓN

[129] La fragilidad de la persona por edad u otra circunstancia es tomada en cuenta para ajustar, no para quitar las horas destinadas al ejercicio. Se sugiere la aplicación de sentidos como una oración más descansada y agradable.

[130] 4ª nota. La quarta: en esta segunda semana, en todas las diez addiciones, que se dixeron en la primera semana, se han de mudar la 2ª, la 6ª, la 7ª, y en parte la 10ª. En la segunda será luego en despertándome poner enfrente de mí la contemplación que tengo de hacer, deseando más conoscer el Verbo eterno encarnado, para más le servir y seguir. Y la 6ª será traer en memoria freqüentemente la vida y misterios de Christo nuestro Señor, comenzando de su encarnación hasta el lugar o misterio que voy contemplando. Y la 7ª será que tanto se debe guardar en tener obscuridad o claridad, usar de buenos temporales o diversos, quanto sintiere que le puede aprovechar y ayudar para hallar lo que desea la persona que se exercita. Y en la 10ª addición el que se exercita se debe haber según los misterios que contempla; porque algunos piden penitencia, y otros no; de manera que se hagan todas las diez addiciones con mucho cuidado.

REFLEXIÓN

[130] L@s ejercitantes deberán poner atención a los cambios, que a su vez inducen modificaciones en la experiencia que se vive. Es importante el papel de la memoria para enfocarnos en lo que estamos orando, antes de dormir y al levantarnos. Se construye un ambiente que mantiene viva la intención primordial que nos llevó a buscar esta experiencia, y las subsecuentes fases en las que se va desplegando. En alguna forma Ignacio se muestra como un guía que pone su experiencia a disposición.

[131] 5ª nota. La quinta nota: en todos los exercicios, dempto en el de la media noche y en el de la mañana, se tomará el equivalente de la 2ª addición, de la manera que se sigue: luego en acordándome que es hora del exercicio que tengo de hacer, antes que me vaya, poniendo delante de mí a donde voy y delante de quién, resumiendo un poco el exercicio que tengo de hacer, y después haciendo la 3ª addición entraré en el exercicio.

REFLEXIÓN

[131] Este enfoque en el detalle no siempre resulta para toda persona, porque abruma y puede causar tensión. La experiencia en la práctica de los Ejercicios aconseja que nada se siga al pie de la letra si no con flexibilidad y libertad. Sin embargo, hay que reconocer que en ambientes secularizados la familiaridad o cercanía en la oración es mayor, y que la alteridad y majestad del Señor no se toma mucho en cuenta, excepto en ciertos ambientes. Los detalles sugeridos pueden ayudar a la conciencia a acrecentar el sentido del totalmente otro, para hacer justicia a la realidad de un Dios siempre más grande.