miércoles, 23 de noviembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 34 de tiempo ordinario

Año Par

Apocalipsis 15, 1-4



REFLEXIÓN

con ellas se puso fin al furor de Dios

Los que experimentamos como furor, nuestra conciencia que nos incrimina y duele, de acuerdo a nuestra conducta, puede tener un fin, pero el amor de Dios no.

justos y verdaderos tus caminos

Los que nos atrevemos a recorrer con fe, esperanza y amor. En docilidad de la fe, en paciencia de discernimiento y lucha.

tus juicios se hicieron manifiestos

Una aspiración actual se centra en el descubrimiento y develación de los secretos y motivaciones ocultas, que se piensa activan las decisiones de hombres y mujeres, con poder en las sociedades.

La actividad mediática gestiona intensamente ese conocimiento, que se manifiesta espectacularmente en titulares y boletines televisados y cuyo efecto sobresaliente es el escándalo y la especulación.

Sin embargo lo que se anuncia en los juicios del Señor victorioso sobre el mal es el descubrimiento de las conciencias y sus más profundas motivaciones. Allí donde nadie puede llegar, ni siquiera la ley.

En ese recinto abierto a la intervención del Padre se valoran, con justicia divina las motivaciones humanas, decididamente desencadenantes.

Y en ese recinto dicta el Señor la pena y otorga la reconciliación, si en las conciencias hay disposición.

De ahí que el mensaje apocalíptico nos urja a la espera por el juicio que verdaderamente manifestará las conciencias, con radical transparencia.

Salmo responsorial: 97



REFLEXIÓN

revela a las naciones su justicia

El reino de la libertad humana, su uso o abuso, es el reino que el Señor juzga y manifiesta a lo largo de la historia y conclusivamente en su consumación, cuando llegue a ser todo en todos.

Para la visión de fe las señales contrarias que se van dando en la historia convergen en una soberanía eminente y dominante: la soberanía del dueño de la historia.

Así como el mar se encrespa y las olas en la superficie se alzan violentas hacia el cielo, pero más en el fondo la vida permanece serena, así los creyentes confiados en el Padre, señor de la historia, afrontan desde un fondo sereno los movimientos violentos de la superficie.

A través de acontecimientos nos da a conocer su voluntad de justicia, a favor de los más débiles.

Lucas 21, 12-19



REFLEXIÓN

Os echarán mano, os perseguirán, estregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre

Se trata del tumulto externo y superficial. El eco de la tribulación de la comunidad por causa de su fe después de Jesús es animada por una profecía, que puede ser después del hecho, como venida del mismo Jesús, dicha no se sabe en qué momento, para dar coraje, firmeza, constancia y esperanza.

Para acercar al Señor del Cielo glorificado el caminar de la comunidad que lucha por serle fiel.

así tendréis ocasión de dar testimonio

Es la misión en medio de la historia

Haced propósito de no preparar vuestra defensa

Tenemos la disposición adecuada si no ansiamos defendernos,

yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Pero sí actuar con poder de la fuerza y la arbitrariedad. No necesariamente el Espíritu nos librará de la fuerza, pero sí de las acusaciones infundadas. Sino que la defensa se construye en las mociones de su Palabra

Él será nuestra primera línea de defensa. Pero la estrategia no ha cambiado.

Su propia defensa fue su Padre, y sus palabras ante los jueces y verdugos fueron la sabiduría del Espíritu.

Empero fue condenado a muerte. A lo cual no hemos de temer, porque la condena no significa que la defensa no ha dado resultado, sino que se hace y ejecuta el Reino del Padre.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía

Lo nunca esperado, ni pensado, ni soñado, que nuestra carne nos repudie.

Estamos avisados y no debemos sorprendernos por la traición que nos puede venir en el ejercicio del testimonio

Estas palabras que el evangelista atribuye a Jesús y como tal son recibidas por la comunidad creyente o orante, se muestran vividas de antemano por el propio Señor. No pide nada que él no haya superado.

ni un cabello de vuestra cabeza perecerá

Lo fundamental estará asegurado.

Nuestra valentía y mar de fondo no es nuestro, sino el don de su apoyo y compañía en nuestro caminar de fe.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1595376227774332928?s=20&t=qNHTNePJ7CgLOZIVTEZbMQ

BEATO CARLO


 
De las Homilías atribuidas a san Macario, obispo
(Homilía 28: PG 34, 710-711)


¡AY DEL ALMA EN LA QUE NO HABITA CRISTO!

Así como en otro tiempo Dios, irritado contra los judíos, entregó a Jerusalén a la afrenta de sus enemigos, y sus adversarios los sometieron, de modo que ya no quedaron en ella ni fiestas ni sacrificios, así también ahora, airado contra el alma que quebranta sus mandatos, la entrega en poder de los mismos enemigos que la han seducido hasta afearla.
Y del mismo modo que una casa, si no habita en ella su dueño, se cubre de tinieblas, de ignominia y de afrenta, y se llena de suciedad y de inmundicia, así también el alma, privada de su Señor y de la presencia gozosa de sus ángeles, se llena de las tinieblas del pecado, de la fealdad de las pasiones y de toda clase de ignominia.
¡Ay del camino por el que nadie transita y en el que no se oye ninguna voz humana!, porque se convierte en asilo de animales. ¡Ay del alma por la que no transita el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa en la que no habita su dueño! ¡Ay de la tierra privada de colono que la cultive! ¡Ay de la nave privada de piloto!, porque, embestida por las olas y tempestades del mar, acaba por naufragar. ¡Ay del alma que no lleva en sí al verdadero piloto, Cristo!, porque, puesta en un despiadado mar de tinieblas, sacudida por las olas de sus pasiones y embestida por los espíritus malignos como por una tempestad invernal, terminará en el naufragio.
¡Ay del alma privada del cultivo diligente de Cristo, que es quien le hace producir los buenos frutos del Espíritu!, porque, hallándose abandonada, llena de espinos y de abrojos, en vez de producir fruto acaba en la hoguera. ¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!, porque, al hallarse abandonada y llena de la fetidez de sus pasiones, se convierte en hospedaje de todos los vicios.
Del mismo modo que el colono, cuando se dispone a cultivar la tierra, necesita los instrumentos y vestiduras apropiadas, así también Cristo, el rey celestial y verdadero agricultor, al venir a la humanidad desolada por el pecado, habiéndose revestido de un cuerpo humano y llevando como instrumento la cruz, cultivó el alma abandonada, arrancó de ella los espinos y abrojos de los malos espíritus, quitó la cizaña del pecado y arrojó al fuego toda la hierba mala; y, habiéndola así trabajado incansablemente con el madero de la cruz, plantó en ella el huerto hermosísimo del Espíritu, huerto que produce para Dios, su Señor, un fruto suavísimo y gratísimo.