sábado, 22 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Santa María Magdalena

Cantar de los cantares 3, 1-4



REFLEXIÓN

Así dice la esposa: “En mi cama, por la noche, buscaba el amor de mi lama: lo busqué y no lo encontré.

Periodos de búsqueda desde la adolescencia

Y se encontró? Relativamente, parcialmente, provisionalmente, precariamente.

Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando el amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: “¿Visteis al amor de mi alma?”. Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma."

Una vez se trascienda algún último límite, frontera, paso, umbral o situación, esta búsqueda ha de encontrar el amor de nuestra vida.

Qué puede significar el anhelo de buscar, si no hay quién, en algún lado y momento, se deje encontrar?

La búsqueda fundamental y nuclear de nuestra existencia-el amor personal y exclusivo- no da suficiente fruto.

La búsqueda no se calma ni da tregua, no obstante la cadena de frustraciones e insuficiencias, porque el paradigma inscrito en lo más profundo, es siempre más deconstructivo. Nada de lo creado es suficientemente pleno.

Un canto bíblico, de la Palabra tomando como expresividad el amor humano, con sus goces y angustias.

Se nos muestra más la tendencia encarnacionista de la revelación de Dios, que busca hacer latir en fibra de corazón humano, de hombre y mujer, la energía de amor que Él es.

Todos podemos pasar por experiencia semejante, en búsqueda de nuestra alma gemela, y hemos escuchado historias de logro y de frustración, sobre esa búsqueda.

En nuestro diálogo filial el Señor parece esperar de nosotros una definición radical: que caigamos en cuenta que Él es la verdadera alma gemela.

Pero esta empresa cuesta y duele tanto, que si Él mismo no viene a acompañarnos en el proceso de enamorarnos, no daremos con una solución definitiva.

En este proceso nos ayudan los místicos que han expresado ese calor amoroso y su insaciable sed por el Señor, para alentarnos en nuestra propia correspondencia.

Salmo responsorial: 62, 2-6.8-9





REFLEXIÓN

mi alma está unida a ti, / y tu diestra me sostiene

La unión es la última etapa de la identificación con alguien, porque lo sentimos propio y lo suyo es mío, y lo mío suyo.

Por la contemplación para alcanzar amor nos enteramos que en este lance mi correspondencia es desde mi tamaño y en lo que buenamente soy y tengo.

Para la identificación se requiere autenticidad.

tú me embrujaste, y dejaste en mí esta ansia, pero te escondes y me esquivas.

Tarda que me encuentres apto para ti.

Tu gracia vale más que la vida

Toma tiempo darse cuenta de ello. Es tu gracia la protagonista.

mi alma está unida a ti,

Es lo que queda por vivir: la unión, por ahora trabajosa, fatigosa, en penuria.

Cuando entro en este recinto espiritual se densifica tu presencia, por tu palabra.

Por las lecturas ha aparecido la eucaristía como algo más que conquistar para un mejor sentido de logro en el itinerario.

Es la eucaristía nuestro don cristiano, algo cumbre junto a la presencia de la Palabra.

Un paso más en dirección a la unión de corazón, de voluntad, de ser.

Porque la inquietud que has grabado en mi centro no cesa de pastorearme, aunque tropiece, me detenga o me desvíe.

Juan 20,1.11-18



REFLEXIÓN

dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús

Como querubines en el arca de la alianza, que eran recuerdos de una presencia que fue.

Como las reliquias hablan del pasado, no del presente.

ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús

Una situación previa a la iluminación del Espíritu y su don de la gracia. La penumbra de quien se dispone a una revelación.

Jesús le dice: "¡María!" Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!

Nos llama por el nombre, para que le corresponda y lo nombre a mi vez.

Suéltame, que todavía no he subido al Padre

La consumación de la búsqueda todavía tardará.

ve a mis hermanos y diles

Entretanto la misión prosigue nutriéndose del amor que nos está entregando.

María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto

Lo hizo a pesar de que sabía que su testimonio era de una excluída de la sociedad patriarcal.

Y así el Señor elige testigos informales para transmitir suavemente su mensaje. Se escogió,como dice Pablo, lo débil para confundir lo fuerte.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1682708540203335681?s=20

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Cantar de los cantares 3, 1-4

El amor humano íntegralmente tomado, en estado de naturaleza evolutiva, es digno en sí mismo. Una fuerza transformadora, chispa divina donada a la criatura. En ella sobreabunda la gracia, por una fuerza eminencial que potencia al máximo lo ya potente. Hace amar al amador.

Salmo responsorial: 62, 2-6.8-9

La carne de María de Magdala encontró en Jesús el colmo de su aspiración femenina, pero entró además en la vorágine transformadora y sublimadora del Espíritu del Crucificado Resucitado. Se dejó hacer hasta el final. Una pasividad confiada que no se quitó del desafío.

Juan 20,1.11-18

María padece gozosa una transformación de su sufrimiento de pérdida de un amor ideal. Y dócil aprende a desprenderse del abrazo donde todo pareciá felizmente terminar, para abrirse al nuevo encargo de evangelizar, comenzando por los evangelizadores. María Magdalena podría ser la patrona de la evangelización en el nuevo paradigma, para lo cual no necesariamente actuará un ministerio copiado del ordenado, sino acorde alas circunstancias de la Iglesia en salida.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

ERA UNA PERSONA MÁS MADURA QUE EL PROMEDIO DE SU EDAD PERO IGUAL 

Sábado, XV semana
San Ambrosio Tratado sobre los misterios 52-54.58

Vemos que el poder de la gracia es mayor que el de la naturaleza y, con todo, aún hacemos cálculos sobre los efectos de la bendición proferida en nombre de Dios. Si la bendición de un hombre fue capaz de cambiar el orden natural, ¿qué diremos de la misma consagración divina, en la que actúan las palabras del Señor y Salvador en persona? Porque este sacramento que recibes se realiza por la palabra de Cristo. Y, si la palabra de Elías tuvo tanto poder que hizo bajar fuego del cielo, ¿no tendrá poder la palabra de Cristo para cambiar la naturaleza de los elementos? Respecto a la creación de todas las cosas, leemos que él lo dijo, y existieron, él lo mandó, y surgieron. Por tanto, si la palabra de Cristo pudo hacer de la nada lo que no existía, ¿no podrá cambiar en algo distinto lo que ya existe? Mayor poder supone dar el ser a lo que no existe que dar un nuevo ser a lo que ya existe. Mas, ¿para qué usamos de argumentos? Atengámonos a lo que aconteció en su propia persona, y los misterios de su encarnación nos servirán de base para afirmar la verdad del misterio. Cuando el Señor Jesús nació de María ¿por ventura lo hizo según el orden natural? El orden natural de la generación consiste en la unión de la mujer con el varón. Es evidente, pues, que la concepción virginal de Cristo fue algo por encima del orden natural. Y lo que nosotros hacemos presente es aquel cuerpo nacido de una virgen. ¿Por qué buscar el orden natural en e] cuerpo de Cristo, si el mismo Señor Jesús nació de una virgen, fuera de las leyes naturales? Era real la carne de Cristo que fue crucificada y sepultada; es, por tanto, real el sacramento de su carne. El mismo Señor Jesús afirma: Esto es mi cuerpo. Antes de las palabras de la bendición celestial, otra es la realidad que se nombra; después de la consagración, es significado el cuerpo de Cristo. Lo mismo podemos decir de su sangre. Antes de la consagración, otro es el nombre que recibe; después de la consagración, es llamada sangre. Y tú dices: «Amén», que equivale a decir: «Así es

REFLEXIÓN

En un contexto de fe los argumentos que se ofrecen para valorar los sacramentos en su sentido salvador para la existencia humana, vienen bien y robustecen el creerlos, animan a practicarlos y consumirlos, sensibilizan a la repercusión que tengan en el fortalecimiento de una vida comprometida con la esperanza. Sigue siendo un misterio, cómo estas riquezas pueden sensibilizar la indiferencia y el menosprecio que cantidades de población en diferentes culturas mantienen en sus vidas.