sábado, 7 de octubre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

SÁBADO 26 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Baruc 4,5-12.27-29



REFLEXIÓN

Os vendieron a los gentiles, pero no para ser aniquilados; por la cólera de Dios contra vosotros os entregaron a vuestros enemigos, porque irritasteis a vuestro Creador, sacrificando a demonios y no a Dios; os olvidasteis del Señor eterno que os había criado

No acabamos nunca de hacernos a la idea de la toxicidad de la pasta de la que estamos hechos.

Los profetas del narcisismo se recrean en los rasgos de nuestra nobleza y los absolutizan.

Miran para otro lado cuando se trata de enfrentar nuestros crímenes que llegan hasta el nivel de lesa humanidad.

Pero el Señor sí sabe de qué estamos hechos, y a pesar de la impaciencia condenatoria de sus voceros, que impulsa imágenes de cólera e irritación en Él, su capacidad de perdón es superior y trasciende con su bondad nuestra corrupción.

El Señor es una instancia superior de Perdón y Paz a la que puede recurrir cualquiera que se sienta víctima de lesa humanidad, sea de derechas o izquierdas.

Muy distinta de la justicia penal internacional, que han instituido los gobiernos para castigar los genocidas, cuya consecuencia viene a ser una paz precaria, sin perdón, plagada de motivos de venganza y retaliación, como si se tratara de un campo minado.

y afligisteis a Jerusalén que os sustentó. Cuando ella vio que el castigo de Dios se avecinaba dijo: "Escuchad, habitantes de Sión, Dios me ha enviado una pena terrible: vi cómo el Eterno desterraba a mis hijos e hijas; yo los crié con alegría, los despedí con lágrimas de pena. Que nadie se alegre viendo a esta viuda abandonada de todos. Si estoy desierta, es por los pecados de mis hijos, que se apartaron de la ley de Dios.

Jerusalén, María, toda mujer: viuda, madre soltera, esposa maltratada, en postración y vulnerabilidad.

Como el mural de la indígena crucificada, que se encuentra en algún lugar, como signo del maltrato, opresión y victimización más insigne, víctima de las víctimas.

Ánimo, hijos, gritad a Dios, que el que os castigó se acordará de vosotros. Si un día os empeñasteis en alejaros de Dios, volveos a buscarlo con redoblado empeño. El que os mandó las desgracias, os mandará el gozo eterno de vuestra salvación

La solución, la salida, no nos quedará fácil y hay que esforzarse, individuos y colectividades.

El perdón y la paz, justicia suprema, brotará de nuestra fraternidad, construida como un reino de los cielos que se fundamenta en la alteridad y solidaridad, pero se resta de la egolatría como la peor de las idolatrías.

Salmo responsorial: 68



REFLEXIÓN

Miradlo, los humildes, y alegraos, / buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón

Si alguien en este mundo puede encontrar la salida a los conflictos fratricidas que nos asolan, es el humilde y pobre, que posee una conciencia agradecida por la salvación, liberación y solución que viene de la misericordia del Señor y se gesta con sinceridad.

Lucas 10,17-24



REFLEXIÓN

"Veía a Satanás caer del cielo como un rayo.

La delegación de poderes en los discípulos fue efectiva y la comunidad podía experimentar el acompañamiento del Señor Jesús más allá de su muerte.

Sin embargo en este poder muchos se perdieron a sí mismos, al olvidarse de la dimensión de servicio.

no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.

Porque queremos medir la eficacia del ministerio por las obras que emprendemos inicialmente en nombre del Señor.

No recordamos que hemos sido elegidos para una convivencia más pura, sin asomo de mal.

Porque hay comunidades e iglesias que asumen una delegación de poderes por parte de Jesús de Nazaret y se enfocan exclusivamente en satanás.

Se pierde de vista que lo verdaderamente nuclear y específico del Reino que se anuncia es la novedad de vida que desde ya nos permite el gozo y la alegría.

Nuestra misión es la vida, no las tinieblas.

Una lección de humildad del Señor Jesús a sus engreídos seguidores, con el recién estrenado poder. Quién podía decir que no habían hecho el bien, transformado la realidad, construido una mejor sociedad como equivalente del reino? Pero la alegría más auténtica está en el final y mientras esto no llegue, todavía falta y no hay por qué envanecerse.

lleno de la alegría del Espíritu Santo

Y así esta perspectiva nos llenará de ese gozo del Espíritu: llamados a la convivencia con el Padre.

La alegría y el gozo son una consolación que indican la presencia del Espíritu de Jesús.

"Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar."

Esta es la felicidad de los puros de corazón: la convivencia con el Padre

Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!

Otra bienaventuranza vinculada a la experiencia de revelación que nos aporta la Palabra encarnada: Jesús de Nazareth.

La experiencia de su revelación hace la diferencia en nuestra existencia cotidiana.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1710620535858532498?s=20

COMPARTIR LA PALABRA

Baruc 4,5-12.27-29

No importa que nos hayamos apartado por nuestra falta y debilidad, porque Él está con los brazos abiertos para estrecharnos si nos volvemos a Él.

Salmo responsorial: 68

Alegría desde la humildad, la que el Espíritu aporta a nuestra vida. Si planificación o estrategia que pueda llevar a fundamentarnos en nuestra supuesta eficiencia.

Lucas 10,17-24

Una sabiduría para y desde los pequeños en palabra de Jesús exclamadas con la alegría del Espíritu. Es una revelación de bienaventurados. Una bienaventuranza más. Nosotros con nuestro afán positivista de evidencia, querremos establecer el perfil de los pequeños, como si esxclusivamente fueran los niños. Pero sabemos que como don de Dios es parte de su misericordia y generosidad que lo ofrece gratuitamente.

BEATO CARLO

7 de octubre
Nuestra Señora,
la Virgen del Rosario

Esta conmemoración fue instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

Conviene meditarlos misterios de salvación

De los sermones de san Bernardo, abad

El Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. ¡La fuente de la sabiduría, la Palabra del Padre en las alturas! Esta Palabra, por tu mediación, Virgen santa, se hará carne, de manera que el mismo que afirma: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí podrá afirmar igualmente: Yo salí de Dios, y aquí estoy.

En el principio –dice el Evangelio– ya existía la Palabra. Manaba ya la fuente, pero hasta entonces sólo dentro de sí misma. Y continúa el texto sagrado: Y la Palabra estaba junto a Dios, es decir, morando en la luz inaccesible; y el Señor decía desde el principio: Mis designios son de paz y no de aflicción. Pero tus designios están escondidos en ti, y nosotros no los conocemos; porque ¿quién había penetrado la mente del Señor?, o ¿quién había sido su consejero?

Pero llegó el momento en que estos designios de paz se convirtieron en obra de paz: La Palabra se hizo carne y ha acampado ya entre nosotros; ha acampado, ciertamente, por la fe en nuestros corazones, ha acampado nuestra memoria, ha acampado en nuestro pensamiento y desciende hasta la misma imaginación. En efecto, ¿qué idea de Dios hubiera podido antes formarse el hombre que no fuese un ídolo fabricado por su corazón? Era incomprensible e inaccesible, invisible y superior a todo pensamiento humano; pero ahora ha querido ser comprendido, visto, accesible a nuestra inteligencia.

¿De qué modo?, te preguntarás. Pues yaciendo en un pesebre, reposando en el regazo virginal, predicando en la montaña, pasando la noche en oración; o bien pendiente de la cruz, en la lividez de la muerte, libre entre los muertos y dominando sobre el poder de la muerte, como también resucitando al tercer día y mostrando a los apóstoles la marca de los clavos, como signo de victoria, y subiendo finalmente, ante la mirada de ellos, hasta lo más íntimo de los cielos.

¿Hay algo de esto que no sea objeto de una verdadera, piadosa y santa meditación? Cuando medito en cualquiera de estas cosas, mi pensamiento va hasta Dios y, a través de todas ellas, llego hasta mi Dios. A esta meditación la llamo sabiduría, y para mí la prudencia consiste en ir saboreando en la memoria la dulzura que la vara sacerdotal infundió tan abundantemente en estos frutos, dulzura de la que María disfruta con toda plenitud en el cielo y la derrama abundantemente sobre nosotros.