MIÉRCOLES
29 DE TIEMPO ORDINARIO
Año
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Romanos
6,12-18
REFLEXIÓN
al servicio del pecado, como
instrumentos para la injusticia
Todo
lo que consideramos injusto, incluyendo lo que Dios desaprueba, es
pecado.
Un
continuo desde lo que se considera relativamente pequeño error o
equivocación hasta lo que es un grave daño contra otros, incluido
lo moral, es pecado.
Y
más allá, aquello que sólo quien ve lo oculto puede juzgar, y que
no es conocido de otros, y queda impune, es pecado.
El
encapsulado en la distancia de Dios que no se perdona, sino por el
único que lo ama: el Señor.
poned a su servicio vuestros
miembros, como instrumentos para la justicia
En
forma contraria, hay que revertir la corriente, cascada, flujo de
daño y perversidad, en perdón y gracia.
Ésta
parece ir tomando nombre según los titulares y lo que vende en los
medios: corrupción, pedofilia, capitalismo salvaje.
Son
las sensibilidades que se turnan para ocupar la atención y movilizar
la corrección o la maledicencia.
Sin
embargo un daño o iniquidad, un meta-pecado es mediatizar la
injusticia, y cuando desaparece la novedad, pierde eficacia la
denuncia, se olvida la atención y a otra cosa. Es decir: la
banalización del mal y el daño, porque ya no se siente la culpa.
el pecado no nos dominará: ya no
estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia
ninguna
ley aporta regeneración excepto la buena voluntad, la generosidad
para perdonar y volver a intentar. La experiencia de verse
perdonados.
¿Pecaremos porque no estamos bajo
la Ley, sino bajo la gracia?
El
abuso siempre está al acecho, pero no hay otra vía para la
conversión sino desde dentro.
Estar
bajo la gracia es rehuir el compromiso con la iniquidad.
habéis obedecido de corazón a
aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados
La
obediencia de corazón o de fe, es la única actitud viable para un
cambio personal o estructural, que signifique reparación de la
injusticia.
Todas
las leyes y penas acompañantes son estériles y paja que se lleva el
viento, sino se asumen con la obediencia de corazón.
Porque
obediencia es el gozo del corazón en proceso de reversión, de
conversión.
Salmo
responsorial: 123
REFLEXIÓN
Bendito sea el Señor, que no nos
entregó
la trampa se rompió, y escapamos
La
palabra nos enseña constantemente a no pasar por alto los hechos sin
ver en ellos la gloria del Señor, su prestigio como salvador y
favorecedor.
Ver
en ellos al Señor implica también conocer y respetar su autonomía
y leyes. Una cosa no impide la otra.
Lucas
12,39-48
REFLEXIÓN
estad preparados, porque a la hora
que menos penséis viene el Hijo del hombre
Significará
acaso, que se nos encomienda estar preparados, dos mil cien años
después, porque el hijo del hombre llegará con el final de la vida
de cada uno de nosotros y que no se sabe por lo tanto, cómo y cuándo
llega actualmente y en este momento?
La
Iglesia de los credos habla de un juicio final, y la del catecismo de
un juicio privado.
Son
lo mismo o diferentes? Acaba nuestra vida dos veces, como final y
como privada? O lo que se llama final es la experiencia actual que
constantemente vemos en otros cuando mueren, y que aguardamos
ineluctablemente?
La
mejor interpretación no es la apocalíptica, sino la existencial.
El
Hijo del hombre está viniendo cada día, cuando menos lo pensamos.
La vigilancia es de cada día, como la oración del Señor nos lo
enseñó.
Pero si el empleado piensa: "Mi
amo tarda al llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a las
muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese
criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá,
condenándolo a la pena de los que no son fieles.
Alude
a todos los llamados a algún tipo de responsabilidad sobre otros:
son empleados, no dueños.
El criado que sabe lo que su amo
quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos
azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá
pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se
le confió, más se le exigirá".
No
hay como excusarse del todo aunque haya atenuantes.
Un
llamado a la seriedad de la misión y su actitud primordial de
compromiso con otros.
"Señor, ¿has dicho esa
parábola por nosotros o por todos?" El Señor le respondió:
"¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha
puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a
sus horas?
El criado que sabe lo que su amo
quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos
azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá
pocos
Al que mucho se le dio, mucho se le
exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá."
Parece
referirse a los que más responsabilidad tienen, pero hacemos bien en
reflexionarlo para todos, porque todos somos servidores del
evangelio.
Pero
si el creyente debe mantener la fe en medio de las debilidades del
proclamador, éste debe ser fiel y solícito para cumplir su
servicio.
El
que la fe pueda mantenerse aun vacilante en medio de la fragilidad,
no quita la responsabilidad del que la alimenta.
Esta
misión en una Iglesia de hermanos es de todos con todos. Padres con
hijos, madres con hijas, educadores con pupilos, predicadores con
auditorios, ministros con fieles.
No
hay ser humano creyente que no pueda cumplir con su responsabilidad
de servir la fe de su hermano.
Una
medida de compromiso que ayudaría sin duda a superar tantas crisis
que estamos viviendo.
Conocer
al Señor es una gracia, un don que requiere un compromiso de
distribución entre los hermanos.
https://x.com/motivaciondehoy/status/1717131520886911100?s=20
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Romanos
6,12-18
El bautismo no exonera de un estilo de
vida vigilante, porque vivimos un proceso de libertad en liberación
contínua. Se vive una condición de rectitud, no tanto legal, sino
por gracia.
Salmo
responsorial: 123
Nuestras capacidades y habilidades
para sortear acechanzas y peligros, no pueden omitir ni pasar por
alto que en todo el Señor nos protege. No importa lo que hagas,
contamos con él para liberarnos.
Lucas
12,39-48
Jesús
establece una gradación en la responsabilidad de
la vigilancia, en momentos que se desea y espera su pronta venida.
Al que se le dió mucho, como cualquiera que ha recibido el llamado y
la gracia para