sábado, 4 de mayo de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


SÁBADO V SEMANA DEL TIEMPO PASCUAL

San Agustín Comentario a los salmos 148,1-2 

Toda nuestra vida presente debe discurrir en la alabanza de Dios, porque en ella consistirá la alegría sempiterna de la vida futura; y nadie puede hacerse idóneo de la vida futura, si no se ejercita ahora en esta alabanza. Ahora, alabamos a Dios, pero también le rogamos. Nuestra alabanza incluye la alegría, la oración, el gemido. Es que se nos ha prometido algo que todavía no poseemos, y, porque es veraz el que lo ha prometido, nos alegramos por la esperanza; mas, porque todavía no lo poseemos, gemimos por el deseo. Es cosa buena perseverar en este deseo, hasta que llegue lo prometido; entonces cesará el gemido y subsistirá únicamente la alabanza. 

REFLEXIÓN

Nuestra alabanza aún no puede ser completamente a-interesada, a-motivada, sobre aquello no resuelto, que requiere ayuda y cooperación de Dios. Seríamos insensatos frente la obra de Dios no completa, y nuestras aún débiles fortalezas. Aún es propio vanagloriarse de no poder, para que nos ayuden a poder. Esa regla paulina es aún vigente.

Por razón de estos dos tiempos –uno, el presente, que se desarrolla en medio de las pruebas y tribulaciones de esta vida, y el otro, el futuro, en el que gozaremos de la seguridad y alegría perpetuas–, se ha instituido la celebración de un doble tiempo, el de antes y el de después de Pascua. El que precede a la Pascua significa las tribulaciones que en esta vida pasamos; el que celebramos ahora, después de Pascua, significa la felicidad que luego poseeremos. Por tanto, antes de Pascua celebramos lo mismo que ahora vivimos; después de Pascua celebramos y significamos lo que aún no poseemos. Por esto, en aquel primer tiempo nos ejercitamos en ayunos y oraciones; en el segundo, el que ahora celebramos, descansamos de los ayunos y lo empleamos todo en la alabanza. Esto significa el Aleluya que cantamos. 

REFLEXIÓN

Los tiempos litúrgicos son escenarios de realidades que contribuyen a vivificar en nosotros etapas y pasos de un proceso de liberación-salvación. Echamos mano de lo que conocemos para codificar en ellos simbólicamente dimensiones mistéricas. Así nuestra memoria se nutre, y aún nuestro sueño converge en un único rumbo.

En aquel que es nuestra cabeza, hallamos figurado y demostrado este doble tiempo. La pasión del Señor nos muestra la penuria de la vida presente, en la que tenemos que padecer la fatiga y la tribulación, y finalmente la muerte; en cambio, la resurrección y glorificación del Señor es una muestra de la vida que se nos dará. 

REFLEXIÓN

Jesús de Nazareth glorificado es la insignia que encabeza la peregrinación a través de los tiempos: el antes y el después. Con Él en la avanzada no nos perdemos, ni desviamos, si mantenemos en Él nuestra mirada de fe.

Ahora, pues, hermanos, os exhortamos a la alabanza de Dios; y esta alabanza es la que nos expresamos mutuamente cuando decimos: Aleluya. «Alabad al Señor», nos decimos unos a otros; y así, todos hacen aquello a lo que se exhortan mutuamente. Pero procurad alabarlo con toda vuestra persona, esto es, no sólo vuestra lengua y vuestra voz deben alabar a Dios, sino también vuestro interior, vuestra vida, vuestras acciones. En efecto, lo alabamos ahora, cuando nos reunimos en la iglesia; y, cuando volvemos a casa, parece que cesamos de alabarlo. Pero, si no cesamos en nuestra buena conducta, alabaremos continuamente a Dios. Dejas de alabar a Dios cuando te apartas de la justicia y de lo que a él le place. Si nunca te desvías del buen camino, aunque calle tu lengua, habla tu conducta; y los oídos de Dios atienden a tu corazón. Pues, del mismo modo que nuestros oídos escuchan nuestra voz, así los oídos de Dios escuchan nuestros pensamientos.

REFLEXIÓN

La congruencia en  la alabanza, y no  la compartimentación y reducción. Vivimos en el borde del caos social porque la incredibilidad en las buenas palabras nos ha ganado para la desconfianza y la rebeldía.

viernes, 3 de mayo de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 San Felipe y Santiago apóstoles

1Corintios 15,1-8



REFLEXIÓN

el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando

El evangelio, la buena noticia de la salvación a los pobres y pecadores, se mantiene activa salvando.

La salvación, más allá de una liberación de cualquier tipo inmanente e intramundana, es una tránsito a la vida que no termina y que nadie nos puede quitar.

Toda experiencia de vida nos colma en el momento, por gloriosa que sea, pero deja o no deja un algo, un sentido permanente, estable.

Ese es nuestro dispositivo para comprender que vivimos una realidad más allá, no localizable, sin evidencias, confundida con el subjetivismo.

Por eso la fe en la buena nueva, inspira, alienta un estilo de vida, pero no lo demuestra, ni puede aportar evidencias sino señales para otra fe. De fe en fe.

La salvación en todos los ámbitos de la creación y la persona se mantiene como un generador activo, como fuente de energía limpia, pero puede ser malograda la fe que sostiene su fuerza, a menos que se conserve el evangelio puro, como fue transmitido y entregado.

El decaimiento que observamos en la vida actual, su desolación, decepción y desesperanza que se comunican con multitud de gemidos y protestas, como la del pueblo itinerante en el desierto bajo el liderazgo de Moisés, denota decaimiento de la fe, por impureza del evangelio.

Es importante a la luz de la Palabra revisar constante y humildemente qué hace impuro el evangelio para que nuestra fe se muestre tan mortecina y poco alentadora.

que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras

En la cultura del judaísmo del primer siglo se leían las escrituras antiguas, testimonio de un pueblo creyente en Yavé.

Para ellos el verdadero obstáculo para la fe en Yavé era el pecado, manifiesto en secuelas de injusticias y desviaciones de lo recto.

Decir que Jesús muerto en cruz fue un sacrificio por el pecado tenía sentido porque la cultura que escuchaba el mensaje le hallaba sentido. 

Quizá para los no judíos, los helenos o helenizados la significación de pecado debía ser explicada y profundizada.

Así también nosotros que la mayoría del tiempo nos entretenemos con la denuncia de las injusticias pero no nos convertimos del pecado. Porque al pecado no le encontramos sentido actual.

Hasta que no abramos nuestra compresión a la injusticia que radica en la negación del Señor, no seremos radicales en nuestra conversión y por ende no podremos remontar la corriente de injusticias, pobrezas e inequidades.

El credo al que Pablo se adhiere y que transmite es muestra de su fidelidad y fe pura. Una fórmula que nos puede dejar fríos porque nuestras culturas a través del tiempo han reasignado significados a una palabras y desgastado otras.

Es así que “pecados” no sugiere de por sí algo que deba ser evitado, perdonado, convertido, purificado. No parece una realidad cotidiana que nos afecta existencialmente.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón, / y hasta los límites del orbe su lenguaje

Estamos en excelentes manos, las del Señor, porque el nos mantiene como a la creación, acompañados de su Espíritu, quien susurra la buena nueva sin desmayo.

El Señor en su amor generoso nos asocia a la misión de proclamar su designio. 

Aunque no estemos a la altura, por muchas maneras el hace llegar su mensaje.

Porque hoy en diversas latitudes y escenarios los anhelos humanos y creaturales que parecen ensordecernos, tienen sintonía con el evangelio del Reino. 

La tierra se ha ido llenando de sus exigencias. Y debemos escuchar y actuar discerniendo sus demandas.

Juan 14,6-14



REFLEXIÓN

El Padre, que permanece en mí, hace sus obras

Muchos Felipes se encuentran en nuestro camino. Son aquellos que no reconocen al Señor porque nuestro estilo de vida, nuestras obras lo opacan.

Difícilmente podrá el mundo llegar a confesar al Señor al unísono, si no cambiamos nuestro estilo de vida, y los Felipes vean al Padre en nosotros, cuerpo de Cristo.

La comunión de Jesús y su misión que manifiesta es del Padre, transmite al Padre, en su voluntad de salvación.

Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.. Si no, creed a las obras.

Hoy la experiencia de manipulación y demagogia enardece la mentalidad de sospecha y las obras no se creen porque se sospecha de la intención.

Sin embargo esta puede ser otra treta del anti-reino. No hacer para no ser mal juzgado o mal reconocido. Más bien hay que hacer, discerniendo y en prudencia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1653710626617798659?s=20

motivaciondehoy

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1Corintios 15,1-8

Buena nueva, Evangelio, es la misión encarnándose generacionalmente apostólicamente para alcanzar hasta donde debe ir. Una corriente imparable de Espíritu Santo viabilizando, moviendo, traspasando corazones, levantando débiles, consolando apachurrados, otorgando contemplación de lo profundo en la historia, otorgando la paciencia con el tiempo del Señor.

Salmo responsorial: 18

La transmisión de la buena nueva con menos palabras y más escucha, con menos discursos y más solidaridad. 

Juan 14,6-14

Creer es asunto de amplio espectro que abarca toda las dimensiones de la persona. La persona debe transparentarse en lo que hace, mientras más mejor. La persona hijo de Dios, identificada con Jesús y su misión, pone su intención y obrar al ese servicio. Si es así el logro de la buena nueva irá más lejos de lo pensado. Será Dios todo en todos.