sábado, 12 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 27de tiempo ordinario

Gálatas 3, 22-29



REFLEXIÓN

La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que lo prometido se  por la fe en Jesucristo a todo el que cree.

Cada elemento de este versículo tiene la gravidez de la persuasión de una Palabra de Dios.

La Palabra como una revelación es la única capaz de desenmascarar al mundo como pecado.

Este fue el genio bíblico a diferencia de la filosofía griega: la consideración nuclear del mundo, su diagnóstico más preciso y certero. 

Mientras los griegos enjuiciaron al mundo como cosmos: armonía y belleza, pero corrompible y desechable; el pensamiento bíblico lo captó como creado bueno pero en complicidad e inficionado por el pecado, por el anti-designio, pero con vocación de reino de Dios.

Quien dice mundo, dice totalidad de la realidad conocida y cognoscible, en estado primario y también transformada por el ingenio de sus criaturas.

El creador como Padre, inteligencia fértil en soluciones impensables a problemas imposibles de resolver, mantuvo su designio de comunión con Él como prometió desde el principio. 

Pero abierto a la fe en Jesús, para todo ese mundo en proceso de regeneración, y no exclusivamente para cualquier clase de élite.

Nosotros también hoy en nuestra relación con el mundo podemos resbalarnos por la intepretación meramente cosmológica, para terminar frustrados al presenciar y experimentar la corrupción.

Por eso la Palabra nos acompaña para persuadirnos del mundo originalmente bueno pero pecador, para que en la autocrítica se nutra nuestra balbuciente fe en Jesús, hacia la promesa de plenitud.

En la lucha contra la injusticia, aun de buena fe, no es difícil incurrir en un error rutinario: todo depende de nosotros; remontar la cascada de opresiones depende de nuestra inteligencia, sagacidad, estrategias, alianzas, violencia, campañas y demás. 

Olvidamos o pasamos por alto que los agentes de la ofensiva contra la injusticia también están imbuídos en ella, es decir, que estamos como mundo prisioneros del pecado.

Es una verdad olvidadiza y mitológica, que se puede superar e incluso desbancar con el tesón de la energía emergente del progreso material, tecnológico, cultural y humano.

Qué estamos olvidadando, qué se nos pasó por alto? Que la Escritura dice: que hay una fuente de verdad que cuenta y hace la diferencia.

Pero ponerse en contacto con esa fuente implica encontrar los que históricamente han administrado la Escritura. Y aquí la credibilidad hace aguas. Porque también los administradores son parte del mundo prisionero del pecado. Y como tal se prestan a la injusticia.

En estos tiempos de erosión de la credibilidad en los administradores se requiere una buena dosis de buena fe incansable y vigilante: de discernimiento constante. 

Sólo la vida según el Espíritu en constante monitoreo da una cierta esperanza de salida a nuestro encierro.

Es posible creer, pero creer por fe en Jesucristo es un modo específico proporcionado por la Escritura para alcanzar lo prometido: deshacer la prisión del pecado.

la ley fue nuestro pedagogo hasta que llegara Cristo y Dios nos justificara por la fe

La ley como cultura originada en la herida libertad humana sigue siendo pedagoga hasta que la libertad de gracia en Jesucristo se haga efectiva en nuestro núcleo vivencial y existencial.

Porque una cosa es la proclamación del horizonte salvífico de la Palabra y su oferta, y otra nuestra aceptación y apropiación en relación a nuestro estilo de libertad.

Y sigue siendo el pedagogo: es la función de toda ley y estructura humana ordenadora de la sociedad.

Una vez que la fe ha llegado, ya no estamos sometidos al pedagogo, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús

Pero aún en esta situación es posible, en nuestro peregrinar, asumir equivocadamente esa insumisión a la ley pedagogo. 

La dinámica de la fe liberadora es una mayor entrega, un mayor amor, no una licencia para matar. 

La ambivalencia persiste.

Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús

Cuando el bautismo se haga realidad vivencial y existencial nuestro estilo de vida ya no permitirá ni procreará división, ni compartimentación de ninguna especie.

Si hoy nos debatimos cada vez más a fuego cruzado entre minorías demandantes por derechos preteridos, es que no hemos llegado a ese estilo de libertad que da la fe en Jesús de Nazareth: la fraternidad.

Una nueva ciudadanía global propia del catolicismo primordial. Un punto más alto que las disensiones de género, raza, cultura, riquezas o religión.

Un nuevo modo de fraternidad que no pasa por guerras y venganzas, sino por amor y perdón.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

se alegren los que buscan al Señor

Porque la iluminación de la fe en la revelación de la Palabra produce alegría y gozo.

Se rasga el velo que opaca la realidad y aparece su naturaleza más profunda y el designio.

Aparece la gloria del Señor que no es comparable a ninguna otra. No por espectacular-no lo es- sino por verdadera.

Lucas 11, 27-28



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, mientras hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: "¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!" Pero él repuso: "Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!"

No es que la gloria de la mujer que le tocó por madre fuera poca cosa para Jesús.

Más bien su gloria y gozo como la de todo poseído de la fe en Jesús fue la de escuchar la Palabra, recibir su iluminación, impregnarse de su revelación y cumplirla.

La nueva familia trata de un catolicismo primordial y originario.

Escuchar la palabra de Dios y cumplirla, es el sentido del elogio de Bendita entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

Esa es María, la que cumplió como maestra y discípula de Jesús de Nazareth. 

Como tal un modelo para su Hijo, y una proclamación en todas sus apariciones: escuchar la palabra y cumplirla.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1578705890823110656?s=20&t=wI8NenawE0Pj6PqhtZIzKQ

motivaciondehoy


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Sábado 27de tiempo ordinario

Gálatas 3, 22-29

Salmo responsorial: 104

Lucas 11, 27-28

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Del tratado sobre el bautismo atribuido a San Basilio Magno
(Lib 1, 1-2: PG 31,1514-1515)
Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos

nuestro señor jesucristo, hijo unigénito del dios vivo, cuando, después de haber resucitado de entre los muertos, hubo recibido la promesa de dios padre, que le decía por boca del profeta david: tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy; pídemelo: te daré en herencia las naciones, en posesión, los confines de la tierra, y hubo reclutado discípulos, lo primero que hace es revelarles con estas palabras el poder recibido del padre: se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. e inmediatamente después les confió una misión diciendo: id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

habiendo, pues, el señor ordenado primero: haced discípulos de todos los pueblos, y agregado después: bautizándolos, etc., vosotros, omitiendo el primer mandato, nos habéis apremiado a que os demos razón del segundo; y nosotros, convencidos de actuar contra el precepto del apóstol, si no os respondemos

inmediatamente —puesto que él nos dice: estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere—, os hemos transmitido la doctrina del bautismo según el evangelio del señor, bautismo mucho más

excelente que el de san juan. pero lo hemos hecho de forma que sólo hemos recogido una pequeña parte del inmenso material que, sobre el bautismo, hallamos en las sagradas escrituras.

sin embargo, hemos creído necesario recurrir al orden mismo transmitido por el señor, para que de esta suerte también vosotros, adoctrinados

primeramente sobre el alcance y el significado de esta expresión: haced discípulos, y recibida después la doctrina sobre el gloriosísimo bautismo, lleguéis prósperamente a la perfección, aprendiendo a guardar todo lo que el señor mandó a sus discípulos, como está escrito. aquí, pues, le hemos oído decir: haced discípulos, pero ahora es necesario hacer mención de lo que sobre este mandato se ha dicho en otros lugares; de esta forma, habiendo descubierto.primero una sentencia grata a dios, y observando luego el apto y necesario orden, no nos apartaremos de la inteligencia de este precepto, según nuestro propósito de agradar a dios. el señor tiene por costumbre explicar claramente lo que en un primer momento se había enseñado como de pasada, acudiendo a argumentos aducidos en otro contexto. un ejemplo: amontonad tesoros en el cielo. aquí se limita a una afirmación escueta; cómo haya que hacerlo concretamente, lo declara en

otro lugar, cuando dice: vended vuestros bienes, y dad limosna; haced talegas que no se echen a perder, un tesoro inagotable en el cielo.

por tanto —y esto lo sabemos por el mismo señor—, discípulo es aquel que se acerca al señor con ánimo de seguirlo, esto es, para escuchar sus palabras, crea en él y le obedezca como a señor, como a rey, como a médico, como a maestro

de la verdad, por la esperanza de la vida eterna; con tal que persevere en todo esto, como está escrito: dijo jesús a los judíos que habían creído en él: «si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres».