martes, 24 de diciembre de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA



 De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 185: PL 38, 997-999)
 
LA VERDAD BROTA DE LA TIERRA Y LA JUSTICIA MIRA DESDE EL CIELO

 

Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre.

 Estarías muerto para siempre, si él no hubiera nacido en el tiempo. Nunca hubieras sido librado de la carne del pecado, si él no hubiera asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado a una miseria eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si él no se hubiera sometido voluntariamente a tu muerte. Hubieras perecido, si él no te hubiera auxiliado. Estarías perdido sin remedio, si él no hubiera venido a salvarte.

 Celebremos, pues, con alegría la venida de nuestra salvación y redención. Celebremos este día de fiesta, en el cual el grande y eterno Día, engendrado por el que también es grande y eterno Día, vino al día tan breve de esta nuestra vida temporal.

 Él se ha hecho para nosotros justicia, santificación y redención. y así -como dice la Escritura- «el que se gloría que se gloríe en el Señor.»

 La verdad brota, realmente, de la tierra, pues Cristo, que dijo: Yo soy la verdad, nació de la Virgen. Y la justicia mira desde el cielo, pues nadie es justificado por si mismo, sino por su fe en aquel que por nosotros ha nacido. La verdad brota de la tierra, porque la Palabra se hizo carne. Y la justicia mira desde el cielo, porque toda dádiva preciosa y todo don perfecto provienen de arriba. La verdad brota de la tierra, es decir, la carne de Cristo es engendrada en María. Y la justicia mira desde el cielo, porque nadie puede apropiarse nada, si no le es dado del cielo.

 Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, porque la justicia y la paz se besan. Por medio de nuestro Señor Jesucristo, porque la verdad brota de la tierra. Por él hemos obtenido el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de Dios. Fíjate que no dice «nuestra gloria», sino la gloria de Dios, porque la justicia no procede de nosotros, sino que mira desde el cielo. Por ello el que se gloría que se gloríe no en sí mismo, sino en el Señor.

 Por eso también, cuando el Señor nació de la Virgen, los ángeles entonaron este himno: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

¿Cómo vino la paz a la tierra? Sin duda porque la verdad brota de la tierra, es decir, Cristo nace de María. Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, para que todos seamos hombres de buena voluntad, unidos unos a los otros con el suave vínculo de la unidad. Alegrémonos, pues, por este don, para que nuestra gloria sea el testimonio que nos da nuestra conciencia; y así nos gloriaremos en el Señor, y no en nosotros. Por eso dice el salmista: Tú eres mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza.

 ¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios? Teniendo un Hijo único lo hizo Hijo del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo de Dios.

 Busca dónde está tu mérito, busca de dónde procede, busca cuál es tu justicia: y verás que no puedes encontrar otra cosa que no sea pura gracia de Dios.

REFLEXIÓN

Todo es gracia, todo es don, todo es obsequio, y así la justificación verdadera es un don de amor, que supera la meritocracia que con tanto trabajo organizamos en nuestras sociedades y organizaciones, limitadamente. Vemos cómo para sorpresa, frustración y dolor nuestro, reciben reconocimiento y gloria, quienes muchas veces sabemos no merecerlo tanto. Así nos brota la esperanza de Alguien que sepa reconocer según nuestro valor, a fondo, sin componendas

lunes, 23 de diciembre de 2024

PALABRA COMENTADA

 Feria privilegiada de Navidad

23de diciembre

Malaquías 3,1-4.23-24



REFLEXIÓN

De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis

Por qué de pronto? La dimensión del Espíritu es totalmente otra: una alternativa de nuestro tiempo. Otro tempo. Que incursiona en el nuestro encarnadamente, pero no simultáneamente.

Ni mansamente. Por eso la exhortación a la vela, vigilancia, vigilia.

Lo de Dios es así: de repente. O así lo sentimos, porque su acompañamiento sutil nos asalta en ciertos momentos de conciencia y coyunturas especiales o Kayrós.

Hay veces nos manda mensajeros, signos que comunican su intención, pero no hacemos caso, entretenidos como andamos, o poco inteligentes que somos. Y nos sorprende con algo más ruidoso para alertarnos de su paso.

Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido

En esto nos colabora la fiesta del nacimiento de Jesús. A concretar su encarnación. Y como tal a purificar nuestra oblación.

Porque el creyente vive en oblación, con su cuerpo, su tiempo, el sentido que aporta a todo lo que hace.

El creyente con su amor doméstico y cotidiano aporta sentido.

Quién, que crea, no ama y que ama no cree? El incrédulo ama? No es incrédulo nada.

Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible

Con esto es Jesús el día del Señor, grande y terrible, pero no destructor.

No hay ningún tipo de violencia que se precipite desde el cielo, por más que se desee.

La transformación viene desde lo íntimo hacia fuera.

Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra

Convertirnos mutuamente, amarse mutuamente, es el sentido de la fiesta del nacimiento, de la encarnación, de la pascua.

Conversión para la mentalidad rebelde contra la autoridad del padre y la madre. Para el abuso y explotación de la autoridad sobre el súbdito: hijo y hermano.

Salmo responsorial: 24



REFLEXIÓN

haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

No sólo para que aprenda con sentido, sino para que también consecuentemente viva. Escuchar la palabra con lealtad es llevarla a la vida incansablemente.

Que no obstante las circunstancias que puedan hacer dudosa la entrega, se mantenga la misma por tu gracia y aceptación.

enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud

Porque no somos perfectos, necesitamos aprender constantemente, siempre.

El humilde y pecador es quien sabe quién es y de quién viene la salvación. Y está dispuesto a esperar.

Los humildes son pecadores convertidos que se mantienen en el proceso de conversión, por la conciencia de su reconciliación.

Su acción de gracias por el perdón y el verdadero conocimiento no cesa, ni así tampoco su vigilancia.

Lucas 1,57-66



REFLEXIÓN

 

empezó a hablar bendiciendo a Dios

Bendecir es un proyecto de vida, una valentía, una persistencia en el bien obrar, un reconocimiento constante de la colaboración del Señor en asociarnos a su designio.

Porque la mano del Señor estaba con él.

Por lo prodigios se puede decir esto de Juan Bautista y de Jesús.

Pero también de nosotros, cuando vivimos como justos, esperando más allá de cualquier expectativa.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1738514103289651415?s=20

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Feria privilegiada de Navidad 23de diciembre

Malaquías 3,1-4.23-24

La misión de convertir el corazón es privilegio del Espíritu Santo. Si no es misión de Dios no es efectiva esa conversión

Salmo responsorial: 24

La misión y el nombre son un peregrinar diario, en el cual se instruye frecuentemente sobre la marcha.

Lucas 1,57-66

El nombre significa un destino, una misión que debe ser cuidada por los padres. Incluso el nombre, la identidad, puede ser adjudicada por Dios sin intervención de los padres, para indicar mayor cercanía y respaldo