domingo, 4 de mayo de 2025

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS

 


De la Apología primera de san Justino, mártir, en favor de los cristianos(Cap. 66-67: PG 6, 427-431)

LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA

Sólo pueden participar de la eucaristía los que admiten como verdaderas nuestras enseñanzas, han sido lavados en el baño de regeneración y del perdón de los pecados y viven tal como Cristo nos enseñó.

Porque el pan y la bebida que tomamos no los recibimos como pan y bebida corrientes, sino que así como Jesucristo, nuestro salvador, se encarnó por la acción del Verbo de Dios y tuvo carne y sangre por nuestra salvación, así también se nos ha enseñado que aquel alimento sobre el cual se ha pronunciado la acción de gracias, usando de la plegaria que contiene sus mismas palabras, y del cual, después de transformado, se nutre nuestra sangre y nuestra carne es la carne y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios encarnado.

Los apóstoles, en efecto, en sus comentarios llamados Evangelios, nos enseñan que así lo mandó Jesús, ya que él, tomando pan y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: Haced esto en memoria mía; éste es mi cuerpo; del mismo modo, tomando el cáliz y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: Ésta es mi sangre, y se lo entregó a ellos solos. A partir de entonces, nosotros celebramos siempre el recuerdo de estas cosas; y, además, los que tenemos alguna posesión socorremos a todos los necesitados, y así estamos siempre unidos. Y por todas las cosas de las cuales nos alimentamos alabamos al Creador de todo, por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

Y, el día llamado del sol, nos reunimos en un mismo lugar, tanto los que habitamos en las ciudades como en los campos, y se leen los comentarios de los apóstoles o los escritos de los profetas, en la medida que el tiempo lo permite.

Después, cuando ha acabado el lector, el que preside exhorta y amonesta con sus palabras a la imitación de tan preclaros ejemplos.

Luego nos ponemos todos de pie y elevamos nuestras preces; y, como ya hemos dicho, cuando hemos terminado las preces, se trae pan, vino y agua; entonces el que preside eleva, fervientemente, oraciones y acciones de gracias, y el pueblo aclama: Amén. Seguidamente tiene lugar la distribución y comunicación, a cada uno de los presentes, de los dones sobre los cuales se ha pronunciado la acción de gracias, y los diáconos los llevan a los ausentes.

Los que poseen bienes en abundancia, y desean ayudar a los demás, dan, según su voluntad, lo que les parece bien, y lo que se recoge se pone a disposición del que preside, para que socorra a los huérfanos y a las viudas y a todos los que, por enfermedad u otra causa cualquiera, se hallan en necesidad, como también a los que están encarcelados y a los viajeros de paso entre nosotros: en una palabra, se ocupa de atender a todos los necesitados.

Nos reunimos precisamente el día del sol, porque éste es el primer día de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia, y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro salvador, resucitó de entre los muertos. Lo crucificaron, en efecto, la vigilia del día de Saturno, y a la mañana siguiente de ese día, es decir, en el día del sol, fue visto por sus apóstoles y discípulos, a quienes enseñó estas mismas cosas que hemos puesto a vuestra consideración

sábado, 3 de mayo de 2025

PALABRA COMENTADA

 


 San Felipe y Santiago apóstoles

1Corintios 15,1-8



REFLEXIÓN

el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando

El evangelio, la buena noticia de la salvación a los pobres y pecadores, se mantiene activa salvando.

La salvación, más allá de una liberación de cualquier tipo inmanente e intramundana, es una tránsito a la vida que no termina y que nadie nos puede quitar.

Toda experiencia de vida nos colma en el momento, por gloriosa que sea, pero deja o no deja un algo, un sentido permanente, estable.

Ese es nuestro dispositivo para comprender que vivimos una realidad más allá, no localizable, sin evidencias, confundida con el subjetivismo.

Por eso la fe en la buena nueva, inspira, alienta un estilo de vida, pero no lo demuestra, ni puede aportar evidencias sino señales para otra fe. De fe en fe.

La salvación en todos los ámbitos de la creación y la persona se mantiene como un generador activo, como fuente de energía limpia, pero puede ser malograda la fe que sostiene su fuerza, a menos que se conserve el evangelio puro, como fue transmitido y entregado.

El decaimiento que observamos en la vida actual, su desolación, decepción y desesperanza que se comunican con multitud de gemidos y protestas, como la del pueblo itinerante en el desierto bajo el liderazgo de Moisés, denota decaimiento de la fe, por impureza del evangelio.

Es importante a la luz de la Palabra revisar constante y humildemente qué hace impuro el evangelio para que nuestra fe se muestre tan mortecina y poco alentadora.

que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras

En la cultura del judaísmo del primer siglo se leían las escrituras antiguas, testimonio de un pueblo creyente en Yavé.

Para ellos el verdadero obstáculo para la fe en Yavé era el pecado, manifiesto en secuelas de injusticias y desviaciones de lo recto.

Decir que Jesús muerto en cruz fue un sacrificio por el pecado tenía sentido porque la cultura que escuchaba el mensaje le hallaba sentido.

Quizá para los no judíos, los helenos o helenizados la significación de pecado debía ser explicada y profundizada.

Así también nosotros que la mayoría del tiempo nos entretenemos con la denuncia de las injusticias pero no nos convertimos del pecado. Porque al pecado no le encontramos sentido actual.

Hasta que no abramos nuestra compresión a la injusticia que radica en la negación del Señor, no seremos radicales en nuestra conversión y por ende no podremos remontar la corriente de injusticias, pobrezas e inequidades.

El credo al que Pablo se adhiere y que transmite es muestra de su fidelidad y fe pura. Una fórmula que nos puede dejar fríos porque nuestras culturas a través del tiempo han reasignado significados a una palabras y desgastado otras.

Es así que “pecados” no sugiere de por sí algo que deba ser evitado, perdonado, convertido, purificado. No parece una realidad cotidiana que nos afecta existencialmente.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón, / y hasta los límites del orbe su lenguaje

Estamos en excelentes manos, las del Señor, porque el nos mantiene como a la creación, acompañados de su Espíritu, quien susurra la buena nueva sin desmayo.

El Señor en su amor generoso nos asocia a la misión de proclamar su designio.

Aunque no estemos a la altura, por muchas maneras el hace llegar su mensaje.

Porque hoy en diversas latitudes y escenarios los anhelos humanos y creaturales que parecen ensordecernos, tienen sintonía con el evangelio del Reino.

La tierra se ha ido llenando de sus exigencias. Y debemos escuchar y actuar discerniendo sus demandas.

Juan 14,6-14



REFLEXIÓN

El Padre, que permanece en mí, hace sus obras

Muchos Felipes se encuentran en nuestro camino. Son aquellos que no reconocen al Señor porque nuestro estilo de vida, nuestras obras lo opacan.

Difícilmente podrá el mundo llegar a confesar al Señor al unísono, si no cambiamos nuestro estilo de vida, y los Felipes vean al Padre en nosotros, cuerpo de Cristo.

La comunión de Jesús y su misión que manifiesta es del Padre, transmite al Padre, en su voluntad de salvación.

Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.. Si no, creed a las obras.

Hoy la experiencia de manipulación y demagogia enardece la mentalidad de sospecha y las obras no se creen porque se sospecha de la intención.

Sin embargo esta puede ser otra treta del anti-reino. No hacer para no ser mal juzgado o mal reconocido. Más bien hay que hacer, discerniendo y en prudencia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1653710626617798659?s=20

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San Felipe y Santiago apóstoles


1Corintios 15,1-8

Buena nueva, Evangelio, es la misión encarnándose generacionalmente apostólicamente para alcanzar hasta donde debe ir. Una corriente imparable de Espíritu Santo viabilizando, moviendo, traspasando corazones, levantando débiles, consolando apachurrados, otorgando contemplación de lo profundo en la historia, otorgando la paciencia con el tiempo del Señor.

Salmo responsorial: 18

La transmisión de la buena nueva con menos palabras y más escucha, con menos discursos y más solidaridad.

Juan 14,6-14

Creer es asunto de amplio espectro que abarca toda las dimensiones de la persona. La persona debe transparentarse en lo que hace, mientras más mejor. La persona hijo de Dios, identificada con Jesús y su misión, pone su intención y obrar al ese servicio. Si es así el logro de la buena nueva irá más lejos de lo pensado. Será Dios todo en todos.