martes, 16 de julio de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


MARTES, XV

San Agustín de Hipona, Confesiones

(Lib 10,1,1—2, 2; 5,7: CSEL 33, 226-227.230-231)

A ti, Señor, me manifiesto tal como soy

Conózcate a ti, Conocedor mío, conózcate a ti como tú me conoces. Fuerza de mi alma, entra en ella y ajústala a ti, para que la tengas y poseas sin mancha ni arruga. Esta es mi esperanza, por eso hablo; y en esta esperanza me gozo cuando rectamente me gozo. Las demás cosas de esta vida tanto menos se han de llorar cuanto más se las llora, y tanto más se han de deplorar cuanto menos se las deplora. He aquí que amaste la verdad, porque el que realiza la verdad se acerca a la luz. Yo quiero obrar según ella, delante de ti por esta mi confesión, y delante de muchos testigos por este mi escrito.

Y ciertamente, Señor, a cuyos ojos está siempre desnudo el abismo de la conciencia humana, ¿qué podría haber oculto en mí, aunque yo no te lo quisiera confesar? Lo que haría sería esconderte a ti de mí, no a mí de ti. Pero ahora, que mi gemido es un testimonio de que tengo desagrado de mí, tú brillas y me llenas de contento, y eres amado y deseado por mí, hasta el punto de llegar a avergonzarme y desecharme a mí mismo y de elegirte sólo a ti, de manera que en adelante no podré ya complacerme si no es en ti, ni podré serte grato si no es por ti.

Comoquiera, pues, que yo sea, Señor, manifiesto estoy ante ti. También he dicho ya el fruto que produce en mí esta confesión, porque no la hago con palabras y voces de carne, sino con palabras del alma y clamor de la mente, que son las que tus oídos conocen. Porque, cuando soy malo, confesarte a ti no es otra cosa que tomar disgusto de mí; y cuando soy bueno, confesarte a ti no es otra cosa que no atribuirme eso a mí, porque tú, Señor, bendices al justo; pero antes de ello haces justo al impío. Así, pues, mi confesión en tu presencia, Dios mío, es a la vez callada y clamorosa: callada en cuanto que se hace sin ruido de palabras, pero clamorosa en cuanto al clamor con que clama el afecto.

Tú eres, Señor, el que me juzgas; porque, aunque ninguno de los hombres conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él, con todo, hay algo en el hombre que ignora aun el mismo espíritu que habita dentro de él; pero tú, Señor, conoces todas sus cosas, porque tú lo has hecho. También yo, aunque en tu presencia me desprecie y me tenga por tierra y ceniza, sé algo de ti que ignoro de mí.

Ciertamente ahora te vemos confusamente en un espejo, aún no cara a cara; y así, mientras peregrino fuera de ti, me siento más presente a mí mismo que a ti; y sé que no puedo de ningún modo violar el misterio que te envuelve; en cambio, ignoro a qué tentaciones podré yo resistir y a cuáles no podré, estando solamente mi esperanza en que eres fiel y no permitirás que seamos tentados más de lo que podamos soportar, antes con la tentación das también el éxito, para que podamos resistir.

Confiese, pues, yo lo que sé de mí; confiese también lo que de mí ignoro; porque lo que sé de mí lo sé porque tú me iluminas, y lo que de mí ignoro no lo sabré hasta tanto que mis tinieblas se conviertan en mediodía ante tu presencia.

De los sermones de san León Magno, papa

(Sermón 1 en la Natividad del Señor, 2. 3: PL 54,191-192)

María, antes de concebir corporalmente, concibió en su espíritu

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Dios elige a una virgen de la descendencia real de David; y esta virgen, destinada a llevar en su seno el fruto de una sagrada fecundación, antes de concebir corporalmente a su prole, divina y humana a la vez, la concibió en su espíritu. Y, para que no se espantara, ignorando los designios divinos, al observar en su cuerpo unos cambios inesperados, conoce, por la conversación con el ángel, lo que el Espíritu Santo ha de operar en ella. Y la que ha de ser Madre de Dios confía en que su virginidad ha de permanecer sin detrimento. ¿Por qué había de dudar de este nuevo género de concepción, si se le promete que el Altísimo pondrá en juego su poder? Su fe y su confianza quedan, además, confirmadas cuando el ángel le da una prueba de la eficacia maravillosa de este poder divino, haciéndole saber que Isabel ha obtenido también una inesperada fecundidad: el que es capaz de hacer concebir a una mujer estéril puede hacer lo mismo con una mujer virgen.

Así, pues, el Verbo de Dios, que es Dios, el Hijo de Dios, que en el principio estaba junto a Dios, por medio del cual se hizo todo, y sin el cual no se hizo nada, se hace hombre para librar al hombre de la muerte eterna; se abaja hasta asumir nuestra pequeñez, sin menguar por ello su majestad, de tal modo que, permaneciendo lo que era y asumiendo lo que no era, une la auténtica condición de esclavo a su condición divina, por la que es igual al Padre; la unión que establece entre ambas naturalezas es tan admirable, que ni la gloria de la divinidad absorbe la humanidad, ni la humanidad disminuye en nada la divinidad.

Quedando, pues, a salvo el carácter propio de cada una de las naturalezas, y unidas ambas en una sola persona, la majestad asume la humildad, el poder la debilidad, la eternidad la mortalidad; y, para saldar la deuda contraída por nuestra condición pecadora, la naturaleza invulnerable se une a la naturaleza pasible, Dios verdadero y hombre verdadero se conjugan armoniosamente en la única persona del Señor; de este modo, tal como convenía para nuestro remedio, el único y mismo mediador entre Dios y los hombres pudo a la vez morir y resucitar, por la conjunción en él de esta doble condición. Con razón, pues, este nacimiento salvador había de dejar intacta la virginidad de la madre, ya que fue a la vez salvaguarda del pudor y alumbramiento de la verdad.

Tal era, amadísimos, la clase de nacimiento que convenía a Cristo, fuerza y sabiduría de Dios; con él se mostró igual a nosotros por su humanidad, superior a nosotros por su divinidad. Si no hubiera sido Dios verdadero, no hubiera podido remediar nuestra situación; si no hubiera sido hombre verdadero, no hubiera podido darnos ejemplo.

Por eso, al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Ellos ven, en efecto, que la Jerusalén celestial se va edificando por medio de todas las naciones del orbe. ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?

lunes, 15 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 15 de tiempo ordinario

Año Par

Isaías 1, 10-17



REFLEXIÓN

¿Quién pide algo de vuestras manos cuando pisáis mis atrios?

Nos cuesta entender y aceptar que el Dios de la Palabra que interpela no está pidiendo ni esperando nada de nosotros. Es autosuficiente.

Que nos ame con locura no significa que nos incluye en una relación de dependencia sino más bien en una correspondencia de libertad.

Nuestra imagen y semejanza, difícil de aprender y aplicar, consiste además en la gratuidad y libertad de nuestro amar.

Buscar y exigir y prestarse a transacciones de interés egoísta nos distorsiona como sacramento de la existencia del Señor entre nosotros como salvador.

se me han vuelto una carga que no soporto más.

Quizá no hemos hecho suficiente conciencia de esta realidad de fastidio por parte del Señor ante la proliferación devocional de algunos creyentes, prometiendo cosas y menos a sí mismos: única ofrenda aceptable en memoria de Jesús de Nazareth.

Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda." 

Si tanta algarabía de protesta por supuestos derechos de víctimas oprimidas estuviera fundamentada en este compromiso de buscar el derecho y la fraternidad, podríamos decir que se está densificando la presencia del reino. Pero algo nos dice que no todo es eso. También las alegadas víctimas, si no se purifican, actúan en forma egoísta como otros verdugos.

Salmo responsorial: 49



REFLEXIÓN

tú que detestas mi enseñanza / y te echas a la espalda mis mandatos?

El dogma que estamos viviendo trata sobre la corrupción de toda autoridad. En consecuencia la desobediencia es virtud. Un argumento parecido a la serpiente del paraíso en el libro del Génesis.

Te acusaré, te lo echaré en cara

Después que pasa la borrachera, el trance de drogas, la enervación del sexo nos despertamos a la culpa de la conciencia, que a diferencia de la mórbida, nos pide cambio, no desesperación.

Mateo 10,34-11,1



REFLEXIÓN

"No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa

Una guerra sin cuartel en el seno de la sacrosanta familia. Como parece que se da actualmente con los ejemplos de familia alternativa.

Por qué? Porque la única familia que se sostiene y sostendrá hasta el fin es la del Padre, en la que todos somos hermanos.

Así que la familia tradicional no es el paradigma del reino sino en la medida que promueve la fraternidad en vez de la jerarquía.

La equivocidad de las palabras es un riesgo, porque en tiempos de Jesús la paz es un término imperial: Pax romana. Un proyecto político de dominación. 

No era totalmente perjudicial, porque garantizaba estabilidad en las regiones bajo su tutela. 

Pero se erigía sobre injusticias y crímenes. Para los judíos equivaldría a una imposición y un grave riesgo para su identidad religiosa y política.

Era un semillero de corrupción por la venalidad que sembraba en esa sociedad, con clases poderosas aliadas al imperio.

Resulta paradójico este dicho, por lo inerme de Jesús y los suyos. 

La palabra eirene traduce una bendición judía de saludo que es la paz: prosperidad, bienestar, éxito, tranquilidad.

La palabra majairan además de daga para luchar, sirve para dividir en dos partes exactas, retribuir.

La palabra dijasai es dividir en trozos

Pero a diferencia de las espadas del imperio las de Jesús y su reino aluden a una lucha tan profunda que llega hasta la división de la familia, epítome de unidad.

los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí

Más que una situación de violencia de guerra parece un conflicto que Jesús provoca hasta en el seno familiar con la consecuente división. Nos enfrentaremos por causa de Jesús, lo que dijo y lo que hizo. 

Lógicamente a la base del conflicto que divide se encuentra la división de criterios e interpretación sobre Jesús.

La paradoja de perder para hallar nos habla de la actitud de Jesús que se despoja de la jerarquía para servir como si fuera el de más abajo.

Porque el abajamiento se da en la calidad del servicio prodigado a nuestros hermanos, sobre todo los más vulnerables que casi no tienen esperanza de salvación. 

y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará

El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro

Pensar que es más noble dar sin expectativa de reconocimiento es desconocer la dinámica de la Promesa de la Palabra desde que se comenzó a revelar. 

Con su amor primero el Señor nos enseñó a tener expectativa de plenitud. Dar un vaso de agua al vulnerable, gesto simple de servicio, se transfigura por la promesa y cumplimiento de perfección que conlleva.

El peso de la buena obra legítima es eterno y bien vale la pena ese servicio.

Estamos en un texto que alude a instrucciones para la misión de sus seguidores. 

Se puede entender un escenario de misión, con requisitos claros sobre actitudes a tener en cuenta. 

No se trata de bienestar sino de conflicto que divide en trozos. En el foco no se trata de conservar la familia, lo más preciado, sino de preferir a Jesús, por quien son enviados. 

En ese sentido es una cruz a cargar, una vida antigua que evitar. 

Darle a estos pobres seguidores, así conflictuados por la misión, hasta un vaso de agua no quedará sin recompensa.

En conclusión seguir a Jesús es asumir un destino de profeta y su lucha, pero también conlleva su recompensa.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1546470016895393793?s=20&t=BhnqOXzRWw9BVFl5oxhExw

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Lunes 15 de tiempo ordinario

Año Par

Isaías 1, 10-17

Salmo responsorial: 49

Mateo 10,34-11,1