Martes 22 de tiempo ordinario
1Corintios 2, 10b-16
10Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo
lo escudriña, aun las profundidades de Dios. 11Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre,
sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los
pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que
viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, 13de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos
espirituales con palabras espirituales.
14Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque
para él son necedad; y no las puede entender, porque son cosas que se
disciernen (se examinan) espiritualmente. 15En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es
juzgado por nadie. 16Porque ¿QUIEN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR, PARA QUE LO INSTRUYA? Pero
nosotros tenemos la mente de Cristo.
COMENTARIO
Y nosotros hemos recibido un Espíritu que
no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia
de los dones que de Dios recibimos
La
jactancia con la que nos adueñamos de los carismas operantes en nosotros,
perturban la conciencia de gratuidad por parte del Señor. Inhiben el debido
reconocimiento y acción de gracias.
Es como
si en nuestra conciencia, o como sea que se conciba a esa potencialidad que
tenemos de insight o invisión, no sea puramente nuestra sino participada de la
propia de Dios, de manera que no nos in-vemos sólo desde nosotros
autónomamente, sino que nos in-vemos desde Dios.
In-verse
es un sentido de existencia, un logos o síntesis dinámica que nos posee, aunque
no lo decidamos así, porque en cierta forma nos precede, antecede y postcede.
Es un
compañero del camino que nos auto y altero-sustenta. Una dimensión múltiple que
nos conmina a la responsabilidad en el sentido de dar cuenta, y nos veda
escondernos irresponsables como Adán y Eva, cuando después del pecado temían la
llegada del Señor.
expresando realidades espirituales en
términos espirituales
Tal
posesión nos capacita para trascender e incitar a ello. Es la experiencia que
Pablo nos quiere hacer sentir: su discurso repercute en la in-visión de sus
escuchas porque es un pronunciamiento vigorizado por el Espíritu.
Entonces
la inspiración no es solamente una cualidad del texto sagrado, del profeta y su
comentador, sino que en la época nueva, con Jesús resucitado, se ha derramado
en el creyente, para que todos nos incitemos a trascender e in-vernos como Dios
se in-ve.
Un logos
progresivo se va adueñando de nosotros históricamente, incansable proceso en
medio de fragores contradictorios, que estallan a su paso.
Porque
hay una in-visión opuesta, unas tinieblas activas que ponen zancadillas
constantes, no para que caminemos con traspies, sino para que cansados y
agobiados de tanta lucha, dejemos de caminar.
A nivel humano, uno no capta lo que es
propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo,
porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre
de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al
juicio de nadie
No es
asunto de poder sino de competencia. Sólo sabe de Espíritu quien vive de
Espíritu. Bajo un constante juicio de la conciencia más riguroso que el juicio
del mundo.
Es la
tentación constante para todo humano/a: rehusar la in-visión, rehusar
trascender, porque implica un despojo de seguridad, la del propio juicio.
Y porque
es una lucha agobiante, una desafío que nos lanza en medio de una agonía sin
fin. Como náufragos a quienes duelen los ojos de no ver la orilla.
Si
Moisés, Abraham y los profetas intentaron y lograron modificar a Dios en sus
propósitos radicales, no lo haremos nosotros en Cristo?, persuadiéndonos a su
voluntad, y persuadiéndolo a la nuestra.
No es la
doctrina clásica, pero tiene raíces en su palabra.
Salmo responsorial: 144
COMENTARIO
Que todas tus criaturas te den gracias
Las
quejas, reclamos y maldiciones se irían apagando voluntariamente si la
condición humana se tornara en acción de gracias permanente. Si el
reconocimiento del Señor poblara la tierra.
El Señor sostiene a los que van a caer, /
endereza a los que ya se doblan
Vengan a
mí los que están cansados y agobiados de tanto luchar, que yo los aliviaré,
porque mi carga es ligera.
Lucas 4, 31-37
31Jesús descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea, y les enseñaba en los días
de reposo. 32Todos se admiraban de Su enseñanza porque Su mensaje (palabra) era con
autoridad. 33Y había en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio
inmundo, y gritó a gran voz: 34"Déjanos. ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido
a destruirnos? Yo sé quién Tú eres: el Santo de Dios." 35Jesús entonces lo reprendió, diciendo: "¡Cállate y sal de él!" Y
después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle
ningún daño. 36Todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí: "¿Qué mensaje es
éste? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen." 37Y Su fama se divulgaba por todos los lugares de aquella región.
COMENTARIO
los sábados enseñaba a la gente
Jesús
trabaja en el día de descanso. Trabaja la solidaridad: enseñar, curar, amar
haciendo el bien.
Se
confronta el sentido del descanso en Dios, que no es inactividad ni
desconexión.
Por eso
Jesús dirá que su Padre siempre trabaja y que él lo secunda.
hablaba con autoridad
Como
quien sabe lo que está diciendo.
Como hacen los líderes de este mundo cuando buscan convencer.
Sólo que
su persuasión se muestra inapelable, contundente e implacable con el adversario
del reino.
en la sinagoga un hombre que tenía un
demonio inmundo
Un
poseso requiere una autoridad nueva como la de Jesús, firme y misericordiosa.
Jesús le intimó:
"¡Cierra la boca y sal!"
Su
autoridad se evidencia en el dominio sobre el adversario que atemoriza
"¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con
autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen
Jesús de
Nazareth fue un hombre con dones, carismático. Se pudo jactar y hacer poderoso,
pero más bien vivía dando gracias y haciendo el bien. Un estilo y calidad de
vida propios del Espíritu, que vivenciaba en la dimensión del Espíritu.
Noticias de él
iban llegando a todos los lugares de la comarca
Eso
somos: colaboradores de su buena nueva y debemos llegar dondequiera, antes que
nada con nuestro estilo de vida en constante discernimiento del reino en la
historia humana.
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