miércoles, 1 de diciembre de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

EL PASTOR PREPARA UNA MESA PARA MI, ES LA COPA QUE REBOSA

Miércoles I

San Bernardo Sermón en el Adviento del Señor 5,1-3

Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Aquéllas son visibles, pero ésta no. En la primera, el Señor se manifestó en la tierra y convivió con los hombres, cuando, como atestigua él mismo, lo vieron y lo odiaron. En la última, todos verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron. La intermedia, en cambio, es oculta, y en ella sólo los elegidos ven al Señor en lo más íntimo de sí mismos, y así sus almas se salvan. De manera que, en la primera venida, el Señor vino en carne y debilidad; en esta segunda, en espíritu y poder; y, en la última, en gloria y majestad. Esta venida intermedia es como una senda por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo. Y para que nadie piense que es pura invención lo que estamos diciendo de esta venida intermedia, oídle a él mismo: El que me ama – nos dice– guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. He leído en otra parte: El que teme a Dios obrará el bien; pero pienso que se dice algo más del que ama, porque éste guardará su palabra…

REFLEXIÓN

Las venidas del Señor entre Encarnación y Juicio se dan en la historia común y corriente, cada vez que caminamos y avanzamos con su Palabra en lo profundo y entre los que la aceptan y por ella se guían. Nada de grandes solemnidades y espectáculos. En la sencillez de la existencia va viniendo el Señor y su salvación, su significado para nuestras vidas.

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