Domingo 4 de Pascua A
Hechos de los apóstoles
2,14a.36-41
REFLEXIÓN
El día de Pentecostés, Pedro
Pedro se
ha crecido, su conciencia de sí y su misión se ha potenciado. Desde la fe
asistimos al fenómeno del influjo del Espíritu, que conduce a los testigos y apòstoles,
a trabajar y extender el reino.
Es un
crecimiento que viene de su iniciativa amorosa gratuita, como señal de
intervención en la existencia y la historia.
Cuando
observamos detenidamente casos como éste, concluimos que nada es imposible para
Dios, para llevar su designio adelante.
En el
tejido de nuestra existencia y el mundo del entorno al que nos vinculamos, las
puntadas variadas muchas veces no las entendemos perfectamente como del Señor,
y algunas nos parecen inconducentes e incongruentes con su designio.
Debemos
aceptar por obediencia agradecida por fe, que su conducción es perfecta, no
obstante nuestra ignorancia e incomprensión.
Amar lo
que hace aunque no lo acabemos de ver, y estar más del lado de los que
colaboran, aun sin entender, que de los que ponen obstáculo.
Estas palabras les traspasaron el
corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que
hacer, hermanos?"
Decir
palabras que afecten el corazón y persuadan a la conversión es un don del
Espíritu.
la promesa vale para vosotros y
para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro,
aunque estén lejos
Se trata
de un Dios Señor de gran y generosa apertura, dispuesto y disponible para
transformar la existencia y las condiciones de vida. Es importante lograr
acceder a ese convencimiento de la disponibilidad de su promesa en Jesucristo.
Salmo responsorial: 22
REFLEXIÓN
El Señor es mi pastor, nada me
falta: / en verdes praderas me hace recostar, / me conduce hacia fuentes
tranquilas / y repara mis fuerzas
Él está
a cargo y da a su tiempo, no obstante las inquietudes y ansiedades sicológicas,
sociológicas, económicas, históricas o culturales.
Descansar
y apoyarse en su Providencia es un fiel de la balanza existencial, una roca
inconmovible en medio de la furia de los elementos.
1Pedro 2,20b-25
REFLEXIÓN
en su pasión no profería
amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente
Sus heridas os han curado
El
fenómeno del chivo expiatorio da a entender el rol de ciertas existencias cuya
misión aun eventual,es soportar y cargar heridas ajenas, sin culpa propia.
Madres
que velan por hijos incorregibles, padres que sobrellevan su rebeldía,
educadores que persisten en modelar la dignidad de sus pupilos más allá de la
ingratitud, políticos que deciden valientemente para el bien más común y
necesario por encima de intereses propios y ajenos…
No hay
ser humano sin una cuota de expiación a favor del bienestar de otros, si
quiere.
Un
misterio de solidaridad incógnita, sufriente, que pocas veces alcanzamos a
reflexionar.
Juan 10,1-10
REFLEXIÓN
no conocen la voz de los
extraños.
Los
animalitos domésticos también sólo conocen la voz de lo que los quieren y son
hostiles con los extraños.
En el
mundo del Espíritu, las mociones de su parte son para quienes saben escuchar su
voz. Los que han hecho el trabajo de irse disponiendo a su conducción.
yo soy la puerta de las oveja
Las
imágenes son variadas en esta parábola joanea, plena de simbolismo. Pastor y
puerta.
Indicativos
de acceso adecuado, oportuno, familiar, que aporta bienestar, que es de fiar.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1652633191524474881?s=20
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Hechos de los apóstoles 2,14a.36-41
Un pastor hecho a la medida de Jesús buen Pastor
busca que sus palabras que sirven la Palabra traspasen el corazón de sus
escuchas para que se vuelvan convertidos deseosos de hacer el bien en sus vidas
y las de otros.
Salmo responsorial: 22
De tal manera influye el buen pastor en mi estilo de
vida que puedo comer en medio de un ambiente hostil y estar abierto a l perdón,
la misericordia y la fraternidad. Aleja mis temores de cualquier peligro real o
imaginario. Me fortalece.
1Pedro 2,20b-25
Nos captaremos como parte del rebaño de Jesús el
Buen Pastor si persistimos haciendo el bien, levantándonos si nuestras fuerzas
flaquean por la decepción y la ingratitud. La memoria de su pasión curará
nuestro sufrimiento por otros.
Juan 10,1-10
Buen pastor
y Puerta son dos imágenes que se adjudica Jesús. Más que extenderse en el
Pastor, imprescindible en la parábola, se profundiza en la Puerta: por ella
entrarán y saldrán las ovejas, llamadas por su nombre una a una como un buen
Pastor, que las conoce y ellas lo conocen. Otros no entraron por esa Puerta que
es él, y son ladrones a quienes las ovejas no reconocen. Sólo por esa puerta
que es Jeús, y tras ese Pastor que es Jesús las ovejas encontrarán el buen
pasto. Nuestro rol humano, cualquiera que sea: eclesial, educativo, político,
cultural… logrará su plenitud si se atraviesa para entrar y salir la Puerta
Jesús y si sigue al Pastor Jesús. Jesús es nuestra clave.
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