miércoles, 3 de mayo de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

EL AMIGO BUSCA EL BIEN PROFUNDO

Miércoles IV semana del Tiempo Pascual

San Hilario Tratado sobre la Trinidad 8,13-16

Si es verdad que la Palabra se hizo carne y que nosotros, en la cena del Señor, comemos esta Palabra hecha carne, ¿cómo no será verdad que habita en nosotros con su naturaleza aquel que, por una parte, al nacer como hombre, asumió la naturaleza humana como inseparable de la suya y, por otra, unió esta misma naturaleza a su naturaleza eterna en el sacramento en que nos dio su carne? Por eso todos nosotros llegamos a ser uno, porque el Padre está en Cristo y Cristo está en nosotros; por ello, si Cristo está en nosotros y nosotros estamos en él, todo lo nuestro está, con Cristo, en Dios. Hasta qué punto estamos nosotros en él por el sacramento de la comunión de su carne y de su sangre, nos lo atestigua él mismo al decir: El mundo no me verá, pero vosotros me veréis; y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo, y yo con vosotros.

REFLEXIÓN

Hay muchas formas de dar a entender la unión, pero caigamos en cuenta que ninguna hace justicia a la realidad de un misterio absoluto unido a la temporalidad humana, a menos que se haya previsto el cómo de esa unión disímil. Vale ante todo la voluntad del Señor: Padre, Hijo y Espíritu de llevarla a cabo, y que nosotros como humanidad entremos en ella, más allá de nuestra ideación e imaginería.

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