PALABRA COMENTADA
Viernes 21ª de tiempo ordinario
1CORINTIOS 1, 17-25
COMENTARIO
no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo
Es Jesús el que salva: su vida, sus palabras, su pasión, muerte y resurrección. Todo su misterio de Palabra encarnada.
Anunciarlo más que bautizarlo como sentido de misión era para Pablo su prioridad. Bautizar era mantenerse al tanto de una comunidad permanentemente, preparar a los que iban a ser bautizados.
Pablo siente que debe rápidamente anunciar a Jesús hasta el fin del mundo para acelerar la venida del reino. Un sentido de urgencia apostólico, que no da tregua ni descanso, como el Maestro que no tenía donde reclinar la cabeza.
Y así muchos que han mordido el sabor del evangelio y no pueden dejar de propagarlo como un bien común.
El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación-para nosotros- es fuerza de Dios
Hay que contar con esto: el mundo carece de sentidos para entender que la fuerza del Señor no es prepotencia.
Las diferentes ciencias que diganostican la realidad que somos y en la que nos movemos se ufanan de la causas que van descubriendo, siempre más. Su orgullo es su conocimiento y técnica.
quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes
Aun el predicador del evangelio puede hacerlo al estilo prepotente de la sabiduría y ciencia del mundo pero sin la fuerza del Señor.
Mucho habría que preguntarse por qué los predicadores oficiales de las diversas iglesias parecen mostrar poca fuerza de Dios, visto que el mundo sigue albergando al anti-reino.
los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles
El creyente en Jesús de Nazaret, está llamado a la contra-cultura: una especie de anormalidad viviente porque le toca ir contra corriente en toda cultura humana que se construya. Porque la cultura humana si bien es producto de la libertad posible humana, también es una sabiduría que pretende competir con la del Señor.
Los judíos que se mencionan y los gentiles son los auditorios en tiempos de Pablo, a quienes anunciaba y confrontaba.
Pero son los paradigmas de toda cultura que se invente: busca signos para poder creer, busca sabiduría para poder entender, pero se escandaliza de que la ignominia de la cruz pueda proceder de Dios, y pueda enseñarse como sabiduría.
Una enfermedad, una injusticia, una situación de pobreza y miseria son para el mundo señales de desgracia y fracaso.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres
Se requiere la iluminación por el Espíritu del sentido de fuerza de Dios que conlleva toda cruz para ir contra cultura, en paz.
SALMO RESPONSORIAL: 32
COMENTARIO
el plan del Señor subsiste por siempre, / los proyectos de su corazón, de edad en edad.
El designio del Señor provee una estabilidad que no puede otorgar el mundo a su realidad no obstante su técnica.
Esta convicción sólo puede llegar a serlo cuando es probada, saboreada, hecha sabiduría de la cruz.
MATEO 25, 1-13
COMENTARIO
"Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis"
La prudencia puede adquirise como una sabiduría humana, que consiste en la capacidad de preveer consecuencias de ciertas causas, para evitarlas o asumirlas.
La necedad de la cruz no puede confundirse con la ausencia de prudencia, sino con atribuir ciertas consecuencias a ciertas causas y despreciarlas o escandalizarse.
Como atribuir la pobreza de un pobre a causas que nos lleven al escándalo o desprecio y no hacer nada por solidarizarnos. Eso es desconocimiento de la sabiduría de la cruz. Porque el pobre es un clamor del Señor, independientemente de las causas que lo condujeron a ese estado.
Y así podemos ir repasando diferentes situaciones humanas individuales y colectivas, que claman nuestra compasión y solidaridad. Si entendiéramos todos la sabiduría de la cruz, el reino aceleraría su instalación perfecta entre nosotros.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora
Hay que saber velar. No ir a buscar aceite para la lámpara cuando puede venir el esposo. Sino llevar suficiente aceite para que dure hasta que llegue.
Puesto que hay que velar, hay que hacerlo como las vírgenes prudentes.
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