Miércoles 2 de Cuaresma
Jeremías 18,18-20
REFLEXIÓN
maquinemos contra Jeremías
Podría ser esta la afectación que nos deja sentir
el rondar del acusador: hay una maquinación que nos roba la paz, nos hace
desconfiar del Señor y su intervención salvífica, erosiona nuestra esperanza,
ataca nuestra fe. Es la dañada intención del acusador, de cuya tentación
profunda, más que el erotismo corporal, es que pedimos en el PadreNuestro que
nos libere.
Las cadenas que Ignacio de Loyola enumera
concatenadas, son la lujuria y placeres carnales, el amor a las riquezas y el
dinero, y la soberbia de la vida, que a su vez son las tentaciones humanas
vividas por Jesús, según los evangelios.
oye cómo me acusan
Es decir:
el cerco de intranquilidad y angustia que viene con las tinieblas de la noche,
puede también tener este sentido, a saber, una tentación del acusador. Quizás
para apartarnos, o erosionar la, por ahora, entrega y aceptación del designio,
y la ascensión al amor más pleno de la voluntad del Señor.
De bien
en mejor subiendo, porque hay lucha y vigilancia hacia una liberación. Entonces
además del ataque a lo que es sensible, hay el sutil colarse en lo que se
piensa, anhela, discierne y actúa, en este proceso de purificar la intención.
¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa
para mí? Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor,
para apartar de ellos tu enojo.
Esta
reflexiòn de Jeremías, puede pasar por ser también de Moisés, quien también
había intercedido por el Pueblo. Pero en Jesús, no se habla del enojo del
Padre, sino que se ubica el daño en el acusador, más bien al modo de Job. Pero
incluso lo supera porque siempre de Jesús brota una aceptación confiada y
humilde a lo que su Padre disponga. Revela un Padre que no daña, aun en un abandono
que no es tal, porque sujeta y sustenta, da fuerza y energía, para mostrar un
amor creíble, total, desarmado, vulnerable, solidario.
Lo dice
Juan en su prólogo: en Jesús se nos dio el amor y la benignidad de Dios. Su
hesed w hemed. Sus entrañas de misericordia. Esta plegaria en medio de la
conspiración contra él, es la antesala de la propia de Jesús de Nazaret. Ambos
siervos de Yavé, por hacerle el mandado al Señor, y entregar la vida en ello.
En la
vida ordinaria existimos a favor de otros, aunque no queramos. Nadie vive sólo
para sus únicos e individuales intereses.
En la
red de las existencias las oportunidades favorables se implican unas con otras,
así como las desfavorables.
Terminamos
entonces trabajando para alguien que es más señor y dueño y amo.
Es
preferible hacerle el mandado al Señor que es justo. No se puede servir a dos
señores porque se acaba sirviendo a ninguno. El corazón creyente viven en
circunstancias históricas, que son una oportunidad de activar su fe, esperanza
y ágape.
Por lo
tanto nuestra realidad se compone de ambas instancias: la convicción profunda y
las circunstancias que le sacan chispas y la ponen en movimiento, para que no
dormite ni se duerma.
En el
año de la fe, inaugurado en su papado, Benedicto XVI se ha despedido en
público, con un gemido como el que nos trae la Palabra en boca de Jeremías.
El
ministerio suyo ha sido el de la fe, y a eso ha dedicado su energía vital. Pero
siente que ya no tiene más fuerza biológica para que lo sustente, y se retira a
seguir orando.
En el
mundo, como la divesidad de tierras que plantea el evangelio en una parábola,
hay diferentes reacciones, unas más explícitamente creyentes que otras, porque
parece que algunos creen cuando dudan y critican hasta la mínima intención del
corazón de otros.
Pero el
fondo de todo ha de ser, si nos afincamos en la Palabra, trata del Señor que
provee el crecimiento, y debemos confiar en nuestra memoria agradecida, que ha
experimentado su intervención salvadora, como prenda que no nos abandonará.
Salmo responsorial: 30
REFLEXIÓN
Sácame de la red que me han tendido, / porque tú eres mi
amparo
No
solamente la que tiene que ver con alguna persecución, sino también la de los
afectos desordenados.
Éstos
son los que nos ligan a intereses dañinos, aunque parecen convenientes, de modo
que se envuelve uno como en red.
Es una
red de causa y efecto, que constantemente se enreda y de la que no podemos
salir. Sólo con la ayuda del Señor que disuelven los nudos más intrincados.
Porque
hemos sido torpes en prevenir que se trataba de una red, y ya estamos
enredados.
A tus manos encomiendo mi espíritu: / tú, el Dios leal, me
librarás
El gesto
de Jesús en la cruz, dejando escapar de sus labios la confiada entrega de su
corazón en el Padre, es el legado de fe que nos deja para que lo asumamos,
sobre todo cuando no vemos muy bien que pasará, y el futuro se muestre
amenazante.
Es el
gesto del papa renunciante: se mantiene en la cruz, orando al Padre en el que
confía, aunque el mundo siga entorpecido en sus interpretaciones maliciosas.
Como el
crucificado pudo ser visto como un fracasado ajusticiado y criminal, así su
servidor de servidores para la fe, puede ser visto como un fracasado sin
carisma para los clamores progresistas del mundo.
Pero la
visión y contemplación de fe puede ser otra y muy gozosa: se va a dar la
intervención del Espíritu Santo nuevamente, para otorgarnos otra piedra y asi
seguir sustentando la fe.
Aunque
sea con la muerte nos librarás.
En tu mano están mis azares:
Es el
consuelo que llega desde el Espíritu.
En la
madeja de la vida no resultará como la mosca en la telaraña: bocado de araña.
Que no
sucumbamos a la debilidad de la confianza y lleguemos a creer que tu no nos
fallas.
Mateo 20,17-28
REFLEXIÓN
y al tercer día resucitará
La
insistencia de los anuncios de Jesús, registrados en los evangelios, y su
misterioso colofón sobre la resurrección, no calaron del todo en sus
seguidores, porque llegada la prueba vivieron al máximo la confusión y el
temor. Porque no es suficiente ser anunciado el gozo para superar la desdicha,
sino no se vive en carne propia.
Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno
a tu derecha y el otro a tu izquierda
Más bien
siguieron haciendo cálculos ambiciosos de poder y conspirando, aun a través de
terceros.
Jesús
muestra que la urdimbre de intereses y tráfico de influencias no logra su
efecto si la actitud es de fidelidad al designio del Padre.
Los
honores y las glorias son la decisión del Señor. Jesús en cambio es servidor de
los demás. No hay en él un plan de lucrar o sacar ventaja de su liderazgo.
La
actitud de servicio de Jesús es la roca sólida a la cual aferrarse, contra la
red de oportunidades de corrupción y el egoísmo de los afectos desordenados.
Cuando
Ignacio de Loyola a través de los ejercicios espirituales sensibiliza ante Dios
respecto al desorden de los afectos, es con la intención de promover un
seguimiento de servicio desinteresado en pos de Jesús de Nazaret.
No se
trata de practicar un discernimiento y examen sobre faltas y fallas. Sino que
prepara la oportunidad de una liberación para más amar y servir. En todo amar y
servir.
No sabéis lo que pedís.
No se
sabe lo que viene detrás y a partir de una acto de ambición del poder, por
desordenado
los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen
No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre
vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros,
que sea vuestro esclavo
Es el
perfil que nos entrega si queremos medrar en la fe de la Iglesia. Pero sólo se
sustenta en la muerte y resurrección de Jesús de Nazareth. Sin ello no se puede
resistir la ambición de poder del mundo.
Entre
los seguidores de Jesús la relación es de fraternidad bajo una paternidad de
Dios. Hermanos que se animan a amarse como el Padre nos ama, y nos servimos
unos a otros como señal de ese amor.
para servir y dar su vida en rescate por muchos
La
entrega de su vida es un pago para liberar esclavos. En vida de Jesús mostró
como los iba liberando por su intensa entrega y desgaste hasta dar su último
aliento. Liberaba enfermos, endemoniados, difuntos, iletrados, odios entre
enemigos, cualquier contaminación a lo que era de Dios.
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