jueves, 17 de junio de 2021

PALABRA COMENTADA

 JUEVES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 11,1-11



REFLEXIÓN

igual que la serpiente sedujo a Eva con su astucia, se pervierta vuestro modo de pensar y abandone la entrega y fidelidad a Cristo

O sea que nadie le puede asegurar a ninguno fidelidad y lealtad absolutas, a prueba de todo. Ni siquiera, y menos, a Dios, a Jesús, al reino de Dios.

Se requiere una construcción esforzada entre el llamado y don del Padre en su hijo, y nuestro querer, voluntad y libertad, hasta el último suspiro.

Cómo pudo el Creador y Redentor hacer una criatura tan autónoma, como el hombre y la mujer, que se pueden hasta perder en su decisión libre?

Cuando alguien ama quiere ser correspondido en libertad, y cualquier sombra de obligación o coerción, aborta esa correspondencia.

Un verdadero amante desea ser amado en libertad, y no por otros intereses dominantes.

Por supuesto hay quienes se conforman por ser amados por su poder, belleza, dinero y demás.

No les interesa ser amados por sí mismos, por su dignidad de persona. Son mercenarios.

Así es nuestro Padre Dios: un amante que desea nuestra correspondencia libre, no obligada, ni comprada, por amor a su gloria, su amor y su bondad. Para eso nos hizo autónomos.

Se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente del que yo predico, os propone un espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que aceptasteis, y lo toleráis tan tranquilos.

La veleidad, el relativismo, la indiferencia por el compromiso de conciencia asumido previamente, no son asuntos solamente de nuestra época. Vienen de muy atrás. Lo que tenemos hoy son re-ediciones. Reciclaje de basura.

La variable relevante en nuestro mundo es el consumismo que se promueve en el contexto del mercado. Y las creencias de la conciencia también entran en la oferta y demanda cultural.

En el hablar soy inculto, de acuerdo; pero en el saber no, como os lo he demostrado siempre y en todo

Esta especie de confesión del apóstol nos revela que no era la elocuencia su mayor talento. Y el impacto que mostró tener en la evangelización aparece como un aporte del testimonio de su entrega de fe y el don del Espíritu Santo.

aunque pasara necesidad, no me aproveché de nadie

Un testimonio que implicaba no utilizar a ningún evangelizado para su propio beneficio.

Hoy sigue siendo un testimonio deseable y necesario de quienes se sienten llamados al celo apostólico, porque vivimos bajo una historia prolongada de utilización y manipulación para intereses inconfesables.

Salmo responsorial: 110



REFLEXIÓN

Justicia y verdad son las obras de sus manos

Las obras de Dios se conocen en que se dan ambas: justicia y verdad. Si una falta no es obra de Dios. La justicia extremada sin verdad acaba siendo injusticia. La verdad extremada sin justicia acaba siendo mentira.

Hoy en día las etiquetas son igualdad y transparencia, pero traducen justicia y verdad.

Es la promesa de la tierra prometida que nos ofrece la santidad laica, la religión laica.

Pero extreman la igualdad sin transparencia y la transparencia sin igualdad, y caen en los vicios antes mencionados sobre la justicia que deviene injusticia y la verdad que acaba en mentira.

Mateo 6,7-15



REFLEXIÓN

se imaginan que por hablar mucho les harán caso

La actitud ante el Señor en la oración es de receptividad y apertura más que de discurso para convencer. Estar dispuesto a su escrutinio y la justificación que viene de Él, más que defendernos y autojustificarnos.

No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis

La base de nuestra fe en el ruego es esta confianza de hijos en su Padre. Por lo que se puede decir que las palabras sobran.

Sin embargo hablar poco no quiere decir no hablar del todo. Porque a nuestra conciencia de hijos le viene bien que digamos algo en la confianza de que somos oidos por nuestro Padre.

La oración es un bien para nosotros mismos, para aumentar nuestra confianza. Porque el Señor no necesita que le oremos para saber lo que necesitamos.

“Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno."

Este género de oración que se pone en boca de Jesús pone de relieve la actitud ante el Padre más alocentrada que egocentrada.

La joya de la corona es esta forma de orar de Jesús en la que nos transmite su Espíritu de Hijo, para que tengamos la audacia de relacionarnos con el Señor como nuestro Padre.

Y congruente como es Jesús de Nazaret con lo que enseña y lo que hace, su oración no parlotea solicitudes, sino que arranca con la alabanza y la acción de gracias por el Dios Padre que tenemos.

Un Padre tan cercano que su morada, su identidad y gloria, su dominio y su querer están con nosotros en el “venga a nos” de Jesús.

Tal cercanía hace posible y viable nuestra convivencia pacífica y feliz, con nuestra cooperación por la fraternidad y el ágape.

Y como la fidelidad y lealtad no está asegurada pedimos que nuestra libertad sea saneada por su don.

si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas

Como administradores perdonados nos toca seguir perdonando y administrando perdón para no desmerecer el que se nos dio.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1405490088612597763?s=20

BEATO CARLO

 BEATO CARLO



Enséñanos a calcular(manah:contar) nuestros años, / para que adquiramos un corazón sensato


REFLEXIÓN


Por qué un corazón sensato calcula los años? Qué aprendizaje se da en ese cálculo?

El cálculo en los textos de la Palabra está asociado con la obtención de una información: inventario de recursos materiales, de recursos militares.

Quien sabe con cuánto cuenta, tiene una medida de su poderío.

La palabra orienta esa sabiduría a contar años, más bien. A contar tiempo.

A sabiendas que no podemos hacerlo porque no sabemos de cuántos disponemos. Es un límite a nuestra capacidad de inventariar. Más bien tenemos que reconocer que Otro tiene esa cuenta.

Por eso si hacemos conciencia seremos prudentes en un sentido definitivo: hagamos la voluntad del Señor mientras tengamos tiempo.

Más vale ir acumulando tiempo de obediencia que ser sorprendido en la rebeldía y dureza de corazón frente a la Palabra.

Nos cuesta acostumbarnos a tu paso, a tener paciencia con tu llegada.

Más bien hemos de dar el paso de la premura juvenil a la adultez en el tiempo de la gracia.

No los años que nos faltan, para saber hasta donde seguir en placeres y ambiciones, sino la brevedad de nuestros años, no obstante que sumen decenas y hasta un centenar.