domingo, 27 de febrero de 2022

DOCTORES DE LA LEY

 


San Gregorio Magno Tratados morales sobre Job 1,2.36

Hay algunos cuya simplicidad llega hasta ignorar lo que es honrado. Esta simplicidad no es la simplicidad de la inocencia, ya que no los conduce a la virtud de la honradez; pues, en la medida en que no saben ser cautos por su honradez, su simplicidad deja de ser verdadera inocencia. De ahí que Pablo amonesta a los discípulos con estas palabras: Querría que fueseis listos para lo bueno y simples para lo malo. Y dice también: Sed niños para lo malo, pero vuestra actitud sea de hombres hechos. De ahí que la misma Verdad en persona manda a sus discípulos: Sed sagaces como serpientes y simples como palomas. Nos manda las dos cosas de manera inseparable, para que así la astucia de la serpiente complemente la simplicidad de la paloma y, a la inversa, la simplicidad de la paloma modere la astucia de la serpiente. Por esto, el Espíritu Santo hizo visible a los hombres su presencia, no sólo con figura de paloma, sino también de fuego. La paloma, en efecto, representa la simplicidad, y el fuego representa el celo. Y así se mostró bajo esta doble figura, para que todos los que están llenos de él practiquen la simplicidad de la mansedumbre, sin por eso dejar de inflamarse en el celo de la honradez contra las culpas de los que delinquen. Simple y honrado, que temía a Dios y se apartaba del mal.

REFLEXIÓN

La falta de malicia no está hoy entre las más apetecidas por la gente común, adiestrados como opinión pública por los medios de comunicación y las redes a vociferar todo tipo de denuncias contra la corrupción y otros temas, dando por sentado que al hacerlo se hace culpable todo aquél o aquella criticado o criticada. No vendría mal ensayar lo contrario por vía de compensación, o equilibrio, y para que no desaparezca la simplicidad, el candor o la ingenuidad.

Todo el que anhela la patria eterna vive con simplicidad y honradez: con simplicidad en sus obras, con honradez en su fe; con simplicidad en las buenas obras que realiza aquí abajo, con honradez por su intención que tiende a las cosas de arriba.

REFLEXIÓN

Porque tender a ello resulta en un cambio de actitud que preserva la serenidad para juzgar del fondo de las cosas, y de la verdadera responsabilidad de los protagonistas.

Hay algunos, en efecto, a quienes les falta simplicidad en las buenas obras que realizan, porque buscan no la retribución espiritual, sino el aplauso de los hombres. Por esto, dice con razón uno de los libros sapienciales: Ay del hombre que va por dos caminos. Va por dos caminos el hombre pecador que, por una parte, realiza lo que es conforme a Dios, pero, por otra, busca con su intención un provecho mundano.

REFLEXIÓN

Como hacer cosas en favor de la causa de los pobres, para desde el poder así adquirido volverse contra quien lo critique.

Bien dice el libro de Job: Que temía a Dios y se apartaba del mal: porque la santa Iglesia de los elegidos inicia su camino de simplicidad y honradez por el temor, pero lo lleva a la perfección por el amor.

REFLEXIÓN

El temor no es un mal comienzo, pero es comienzo, no culminación. De ahí en adelante avanzamos mejor por el amor.

Ella, en efecto, se aparta radicalmente del mal, cuando, por amor a Dios, empieza a detestar el pecado. Cuando practica el bien movida sólo por el temor, todavía no se ha apartado total mente del mal, ya que continúa pecando por el hecho de que querría pecar si pudiera hacerlo impunemente.

REFLEXIÓN

Como los que inician el retorno de la mala acción o el mal camino, por culpabilidad tóxica, que angustia y no deja dormir.

 Acertadamente, pues, se afirma de Job que temía a Dios y, al mismo tiempo, se apartaba del mal; porque, cuando el amor sigue al temor, queda eliminada incluso aquella parte de culpa que subsistía en nuestro interior, por nuestro mal deseo.

REFLEXIÓN

El amor a quien se hizo daño, para repararlo es lo que nos arrancará el mal de raíz dentro del corazón.

sábado, 26 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 7 de tiempo ordinario

Santiago 5,13-20



REFLEXIÓN

confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis

Está a la mano de los hermanos en la fe hacer mucho los unos por los otros, además de la intercesión de los ministros ordenados.

La comunidad eclesial por sí misma es un cuerpo auto-regenerable y auto-regenerativo. Posee la potencialidad del Espíritu Santo para suscitar la salud y el perdón.

Orar y rezar los unos por los otros con el fin de aliviar el sufrimiento de las enfermedades del cuerpo y la psiqué, debe ir acompañado de la confesión de los pecados de unos  con otros.

La autocrítica necesaria para abrirnos al perdón del hermano y producir la paz.

Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos

Más cercano nos es Jesús de Nazareth, hombre de oración constante e intensa en medio de su actividad. Era como un Elías redivivo y por eso se le confundía con un retorno del agreste profeta.

Jesús no sólo lo hizo sino que nos lo encomendó con las actitudes más favorables para orar en el Padrenuestro.

si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro lo encamina, sabed que uno que convierte al pecador de su extravío se salvará de la muerte y sepultará un sinfín de pecados

Vivimos una época individualista con pruritos socializantes, sin atinar a coordinar ambas dimensiones.

Vivimos aislados unos de otros sin importarnos la vida verdadera del otro y la otra.

Se repudia la ingerencia indebida sobre todo en cosas de fe, por haberse desviado al dogmatismo.

Pero se anhela la palabra de fe que consuela y convierte el corazón, para re-emprender la senda de la vida.

Y ese compromiso fraternos sí lo podemos asumir con respeto los unos por los otros.

Salmo responsorial: 140



REFLEXIÓN

Suba mi oración como incienso en tu presencia, / el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde

Subir es una actividad física, pero también un constructo para la divinidad, que ubicamos en lo alto, como un monte, un templo, una estrella…

Pero cuando la trascendencia absoluta del Misterio de Dios rasga nuestros conceptos acunados en la tierra, y nos desubica sobre lo alto, lo bajo, lo ancho y lo profundo, subir es sobre todo una actividad trascendente del espíritu humano, asistido por el divino, para dialogar con el Señor donde se encuentre, después de haber purificado nuestra actitud inicial en la oración.

Marcos 10,13-16



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos

Cómo es un niño para Jesús.?

Solo podemos barruntar. Pero en el pasaje los niños se acercaban o eran acercados. No le rehuían.

En ese momento cultural un niño o niña tenía poco peso en esa sociedad agraria hambrienta de mano de obra para producir.

Se dice que los niños y niñas saben quién los quiere y se acercan a quien no les hace daño, ni esperan ser maltratados.

El Reino es así: de los que se acercan confiados y sin temor al Padre de Jesús, a Jesús su enviado.

A quienes se aproximan al necesitado como quien se acerca a Jesús y se acerca al Padre y entiende que así es el Reino.

El niño y niña con su acercamiento confiado y transparente, es como una imagen, un sacramento de la pertenencia al reino que es luz y visibilidad, acercamiento amoroso y confiado.

Es todo lo contrario al dolo, al cálculo, la premeditación, el interés propio por encima de todo.

Qué decir y cómo no llorar, cuando esta confiada entrega infantil es traicionada por un depredador, o un abusador refugiado o escondido en algún rol de servicio al reino?

Los titulares sensacionalistas, que tiran la primera piedra no son suficientes, antes apilan leños de injusticia en la injusticia del crimen cometido.

Nuestra perfidia es tal, que al desgarrarnos las vestiduras por el escándalo, ocultamos fingiendo inocencia nuestro crimen secreto, en forma semejante como la gente de poder ocultó a los depredadores.

Qué poco podemos cambiar sin una autocrítica honesta dispuesta a reparar el daño que sembramos por desviarnos del Principio y Fundamento.

Jesús sigue siendo nuestro camino porque abrazaba y bendecía con inocencia a los niños, que sabían no iban a ser traicionados por él.

Con ello Jesús nos muestra quiénes son importantes para el reino, en modo contrario al mercado que sólo da importancia al que produce riquezas materiales, como el niño o niña obligado o por necesidad al trabajo infantil.

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