San Gregorio Magno Tratados morales
sobre Job 1,2.36
Hay algunos cuya simplicidad llega hasta
ignorar lo que es honrado. Esta simplicidad no es la simplicidad de la
inocencia, ya que no los conduce a la virtud de la honradez; pues, en la medida
en que no saben ser cautos por su honradez, su simplicidad deja de ser
verdadera inocencia. De ahí que Pablo amonesta a los discípulos con estas
palabras: Querría que fueseis listos para lo bueno y simples para lo malo. Y
dice también: Sed niños para lo malo, pero vuestra actitud sea de hombres
hechos. De ahí que la misma Verdad en persona manda a sus discípulos: Sed
sagaces como serpientes y simples como palomas. Nos manda las dos cosas de
manera inseparable, para que así la astucia de la serpiente complemente la
simplicidad de la paloma y, a la inversa, la simplicidad de la paloma modere la
astucia de la serpiente. Por esto, el Espíritu Santo hizo visible a los hombres
su presencia, no sólo con figura de paloma, sino también de fuego. La paloma,
en efecto, representa la simplicidad, y el fuego representa el celo. Y así se
mostró bajo esta doble figura, para que todos los que están llenos de él
practiquen la simplicidad de la mansedumbre, sin por eso dejar de inflamarse en
el celo de la honradez contra las culpas de los que delinquen. Simple y
honrado, que temía a Dios y se apartaba del mal.
REFLEXIÓN
La falta de malicia no
está hoy entre las más apetecidas por la gente común, adiestrados como opinión
pública por los medios de comunicación y las redes a vociferar todo tipo de
denuncias contra la corrupción y otros temas, dando por sentado que al hacerlo
se hace culpable todo aquél o aquella criticado o criticada. No vendría mal
ensayar lo contrario por vía de compensación, o equilibrio, y para que no
desaparezca la simplicidad, el candor o la ingenuidad.
Todo el que anhela la patria eterna vive
con simplicidad y honradez: con simplicidad en sus obras, con honradez en su
fe; con simplicidad en las buenas obras que realiza aquí abajo, con honradez
por su intención que tiende a las cosas de arriba.
REFLEXIÓN
Porque tender a ello
resulta en un cambio de actitud que preserva la serenidad para juzgar del fondo
de las cosas, y de la verdadera responsabilidad de los protagonistas.
Hay algunos, en efecto, a quienes les
falta simplicidad en las buenas obras que realizan, porque buscan no la
retribución espiritual, sino el aplauso de los hombres. Por esto, dice con
razón uno de los libros sapienciales: Ay del hombre que va por dos caminos. Va
por dos caminos el hombre pecador que, por una parte, realiza lo que es
conforme a Dios, pero, por otra, busca con su intención un provecho mundano.
REFLEXIÓN
Como hacer cosas en favor
de la causa de los pobres, para desde el poder así adquirido volverse contra
quien lo critique.
Bien dice el libro de Job: Que temía a
Dios y se apartaba del mal: porque la santa Iglesia de los elegidos inicia su
camino de simplicidad y honradez por el temor, pero lo lleva a la perfección
por el amor.
REFLEXIÓN
El temor no es un mal
comienzo, pero es comienzo, no culminación. De ahí en adelante avanzamos mejor
por el amor.
Ella, en efecto, se aparta radicalmente
del mal, cuando, por amor a Dios, empieza a detestar el pecado. Cuando practica
el bien movida sólo por el temor, todavía no se ha apartado total mente del
mal, ya que continúa pecando por el hecho de que querría pecar si pudiera
hacerlo impunemente.
REFLEXIÓN
Como los que inician el
retorno de la mala acción o el mal camino, por culpabilidad tóxica, que
angustia y no deja dormir.
Acertadamente, pues, se afirma de Job que
temía a Dios y, al mismo tiempo, se apartaba del mal; porque, cuando el amor
sigue al temor, queda eliminada incluso aquella parte de culpa que subsistía en
nuestro interior, por nuestro mal deseo.
REFLEXIÓN
El amor a quien se hizo
daño, para repararlo es lo que nos arrancará el mal de raíz dentro del corazón.
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