San Mateo apóstol
Efesios 4,1-7.11-13
REFLEXIÓN
el prisionero por el
Señor
Pablo
reconoce su condición:es prisionero. Reconoce la causa:por el Señor, por
seguirlo y anunciarlo.
Reconoce
su motivación:por el Señor, por compartir su suerte, por asemejársele, por ser
elegido para estar cerca de Él.
Más
adelante en la historia irán surgiendo muchos otros animados y motivados por
tal semejanza, como si fuera una gloria, una condecoración, un renombre.
Gente
así construye el reino.
andéis como pide la vocación a la
que habéis sido convocados
Andar se
trata de conducir la vida en sentido ético, tomando decisiones correctas,
buenas y felices en consecuencias para todos.
humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos
mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el
vínculo de la paz.
Esta es
una contribución a la paz, a la ciudadanía democrática, pluralista, equitativa
e inclusiva.
esforzaos en mantener la unidad
del Espíritu con el vínculo de la paz
Diligente
y fervorosamente promoviendo fraternidad.
Con
una identidad cercana y clara que aproxima a los miembros.
Podríamos
reconocer un estilo de vida con estos valores en muchos que hoy promueven la
paz, tolerancia, inclusión, derechos humanos.
Sería
más constructivo si en su activismo se reconociera y explicitara con más
énfasis aún este sentido de fraternidad, en tolerancia, en unidad.
Para
que podamos superar el sentido de desquite, de justicia vengativa, insaciable
en sus demandas de ojo por ojo.
Es decir
que la nueva evangelización, la evangelización en la cultura, quiere mostrar un
paradigma de estilo de vida alternativo a la cultura de muerte y violencia.
Pero
también, como Palabra de Dios, que corta por ambos lados de la daga,
sensibiliza a una autocrítica purificadora de motivaciones revanchistas y fariseas.
Procura
la paz con esfuerzo, nuestra vocación y nuestra congruencia, porque trata de
luchar por el entendimiento y no la guerra.
Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra
todo, y lo invade todo
Se trata
de la experiencia del Dios inefable
Descubrimos
desde esta experiencia que aguardar a que se cumpla su voluntad desde la fe y
esperanza para que incluya nuestra voluntad, significa una depuración,
purificación, un fuego cernidor que transforma en la medida de nuestra buena
disposición.
Los
motivos económicos, materiales, psicológicos, de aferramiento a lo material y
su seguridad, estarán siendo puestos a prueba, para transformarse en total
entrega a la confianza en su designio.
Es la
experiencia subjetiva que se objetiviza en una cosmovisión: un Dios Padre que
ama salvando el mundo en su Hijo Jesús de Nazareth.
No está
al alcance del esfuerzo del ateo y anti-teo, porque es un don.
Pero es
una posibilidad también para ellos, escondida en el misterioso designio del
Señor, que late en la voz de sus conciencias.
para el perfeccionamiento de los santos, en función de su
ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos
todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre
perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud
Los
diferentes ministerios o servicios en el pueblo de Dios no son para lucrar,
sino para edificar.
Son
medios para luchar por la unidad de la paz.
De eso
se trata en el entramado de lo profundo.
Revisemos
si por egoìsmo y aferramiento no hemos edificado como debíamos.
En
familia, en amistad, en profesión, en vocación y servicio.
Más de
lo que quisiéramos hemos estado por debajo de la raya.
Salmo responsorial: 18
REFLEXIÓN
sin que
resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón
Una vez
terminó Jesús de hablar en su ministerio, calló y murió.
El Dios
Padre que en él hablaba calló y vivió con voz de Espíritu, que sin hablar
resuena en las palabras de los enviados, para alcanzar toda la tierra, y las
tierras si hay más vida fuera de ésta.
Debemos
considerar que no somos los creyentes los únicos mediante los cuales la Palabra
edifica el Reino.
Otros lo
hacen también, aun sin advertirlo, para confluir en un Cristo total, que en su
momento se dará a conocer plenamente.
Mateo 9,9-13
REFLEXIÓN
vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al
mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme."
Estaba
este publicano haciendo lo que podía, mas no lo que debía.
Tal como estaba, cobrando impuestos le llegó
el llamado.
Pero para seguirlo tuvo que levantarse de su
puesto de opresión.
No debía continuar cobrando impuestos. No
era congruente.
No era así como iba a evangelizar y promover
la fraternidad.
Mateo
como Pablo y otros apóstoles hacía lo suyo en el momento que la Palabra impactó
en su vida y trastornó su existencia.
Trastornar nuestra vida en su derrotero
insignificante para tornarlo significativo y enriquecido constituye la misión
de la Palabra.
El
llamamiento del Señor que nos desubica no se dará sin nosotros, porque es una
invitación, no una imposición.
Y,
estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían
acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Eran las
amistades y conocidos de Mateo, de su misma calaña probablemente. Los malos
amigos, la gente perdida, los contaminados contaminantes, quienes debían ser
puestos aparte para no dañar al resto.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
"¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?"
Hoy
diríamos que bebe, rumbea, hace vida común y amistosa con gente de mala nota.
Una cosa es sentarse y comer con ellos y
otra llamarlos para seguirlos. Otra además, es prescindir de los criticones.
Unos para sanar, otros para evangelizar,y
otros para dejar que se cuezan en su propia salsa de malidicencia.
No todos los sanados están en condiciones de
seguir a Jesús en su ministerio. Hay quienes siguen más de cerca. Tal selección
es un misterio.
Jesús lo
oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.
Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no
sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores."
Son los
que descubren y aceptan gustosos el aporte que Jesús puede hacer a sus vidas.
Pecadores
con inquietud de justos, no justos con actitudes de pecadores, de las que no se
quieren dar cuenta.
Éstos
arrojan su maldad en otros como si fuera un conjuro de liberación.
Jesús lanza una proclama semejante a la del
evangelio de Juan en el caso de la adúltera : quien se vea sin pecado que tire
la primera piedra.
La
llamada general para pecadores es redentora, porque pretende sanarnos, y nos
conovoca ademá a sanar otros y otras.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1572551372939337729?s=20&t=Y8vWC0s0u2gHen1VP_h2oA