Lunes 26 de tiempo ordinario
Año Par
Job 1, 6-22
REFLEXIÓN
Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a
que te maldecirá en tu cara
Una
figura útil para entender algo las calamidades que sobrevienen en la existencia
como pruebas para acrisolar la fe y la confianza.
Estar en un momento para creerlo y aceptarlo como realidad en mi vida: pruebas.
Aunque sin embargo han llegado por mi complicidad, como consecuencias de mis
decisiones torcidas, y de las decisiones de otros que también sufrimos en
nuestra red de vida.
"Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo
volveré a él. EL SEÑOR ME LO DIO, EL
SEÑOR ME LO QUITÓ, BENDITO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR."
Una
expresión que nos provoca como una actitud diversa a la desesperación.
Un
reconocimiento al Misterio del Señor por una acción de gracias a su bondad
sobre toda duda, contra la gran tentación de la malignidad del contra-reino,
que busca apartarnos de Él.
Salmo responsorial: 16
REFLEXIÓN
que en mis labios no hay engaño
Eres
quien nos purifica para estar en tu presencia y alcanzarte con nuestro ruego
Aunque sondees mi corazón, / visitándolo de noche
Tu
prueba nocturna cuando vivo el terror y la inseguridad y clamo por tu apoyo
no encontrarás malicia en mí
No
puedo, no me atrevo a decir igual, porque hay malicia en mí. Si no es pecado,
es afecto desordenado, no puramente ordenado para tu gloria, servicio y
alabanza.
Yo te invoco porque tú me respondes
Lo
he sentido de noche cuando busco pacificarme en el ruego
Muestra las maravillas de tu misericordia
Que
se muestre y sepa es don del Misericordioso que abre nuestra visión para Él.
Lucas 9,46-50
REFLEXIÓN
los discípulos se pusieron a discutir quién era el más
importante
Si
no discutimos, por lo menos nos afanamos anhelando el reconocimiento de nuestra
importancia.
A
veces llegamos a excesos penosos por la búsqueda de gloria.
No
es que no importe como un estímulo de nuestros talentos.
Pero
es muy frecuente que encallemos en una obsesión y ambición ansiosa por ser
reconocidos más que otros.
Hemos
vivido constantemente esta competencia y celotipia envidiosa. Nos creemos
merecedores del más alto sitial, y nos deprimimos cuando nos ignoran.
El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el
que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el
más importante
Un
niño es un ser vulnerable y en su visión lúdica de la existencia no sobresale,
aunque pueda existir como semilla de mala hierba, la ambición por la
importancia sobre los demás.
El
mundo al revés.
Un
niño en ese contexto de competitividad qué significa: ausencia de ambición
conscientemente pretendida.
El
niño es pequeño, eso se ve.
El
niño, entonces más que ahora, no cuenta en la sociedad como el adulto.
Traerlo
al medio de la conversación es como un acto profético de Jesús, que evidencia
la pequeñez física y social, para proyectarse a la otra pequeñez: la que importa
en el reino.
Las
caricaturas de la pequeñez dañan el significado profundo que se quiere
transmitir, incluso la que distorsiona la infancia espiritual de Santa Teresita
del niño Jesús.
Pero
no se trata de pusilanimidad, que contraria otros textos de la Palabra, sino de
una identidad de cara al reino donde el protagonismo es del Espíritu, y la
lucha por el poder se reemplaza con el esfuerzo de la solidaridad fraterna.
Ignacio
de Loyola funda su Compañía de Jesús como mínima, en el sentido de la
dependencia del Espíritu Santo, de quien depende el ágape discernido, más que
del número de participantes.
No se lo impidáis; el que no está contra vosotros, está a
favor vuestro.
Más
bien nos debemos gozar que la obra se vaya haciendo, aunque sea con la gloria
de otros.
La
obra del Señor es lo importante.
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