domingo, 2 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

13º domingo de tiempo ordinario

2Reyes 4, 8-11. 14-16a



REFLEXIÓN

Ese hombre de Dios es un santo, se quedará aquí

Un día pasaba Eliseo por Sunam y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido: "Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí."

Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. Dijo a su criado Guejazi: "¿Qué podríamos hacer por ella?" Guejazi comentó: "Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo." Eliseo dijo: "Llámala." La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: "El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo."

Como el ángel a Abraham, Eliseo anuncia a la estéril con una promesa que tendrá un hijo.

Es el agradecimiento de Dios al hospedaje de su siervo, porque el que da limosna a un profeta, tendrá recompensa de profeta.

Salmo responsorial: 88



REFLEXIÓN

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad.".

La misericordia de Dios es una construcción que no para, no tiene orillas, no tiene tiempo.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: / camina, oh Señor, a la luz de tu rostro; / tu nombre es su gozo cada día, / tu justicia es su orgullo.

Un colectivo digno, con la autoimagen de ser juzgados con equidad, sin corrupción, muestra su orgullo naturalmente, sin campaña alguna de proselitismo.

Porque tú eres su honor y su fuerza, / y con tu favor realzas nuestro poder. / Porque el Señor es nuestro escudo, / y el Santo de Israel nuestro rey.

Para eso es preciso afincarse en el valor absoluto que es Él.

Romanos 6,3-4.8-11



REFLEXIÓN

Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que andemos en una vida nueva. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Somos la paradoja viviente, porque vivimos la muerte al pecado y vivimos a Cristo, que murió por nosotros.

Tal pecado muerto en nosotros sigue teniendo efectos perversos, incitaciones en nuestra debilidad.

Tal vida de Cristo va teniendo efectos saludables, fortaleciéndose.

Pero algo es preciso: aceptarlo, quererlo, optar.

Mateo 10,37-42



REFLEXIÓN

El que no coge su cruz no es digno de mí. El que os recibe a vosotros me recibe a mí… El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro."

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.

Dos logias o dichos  se han juntado: una sobre el seguimiento y recompensa y otra sobre la preferencia a Jesús sobre cualquier otra cosa creada, como un absoluto.

Una encaminada a la otra, porque sin seguimiento y seguidores no habrá posibilidad de recompensa. Y el seguimiento tienen sus estándares, porque significa una elección definitiva por la persona y misión de Jesús.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1675465926659940352?s=20

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2Reyes 4, 8-11. 14-16a

El Profeta agradece la hospitalidad generosa con un don generoso: hace fértil a la infértil. Se recupera la promesa a Abraham

Salmo responsorial: 88

Es una misericordia eterna porque se sigue manifestando a traves del tiempo, generaciones, lugares, épocas.

Romanos 6,3-4.8-11

La explicación Paulina sobre muerte al pecado, como participación del a muerte de Cristo, y vida con su Resurrección, lo cual conlleva vivir como muertos y vivos, implica la dificultad real e histórica de confirmar lo contrario: vivir vivos, y seguir pecando. Para esto hay que recurrir a un manejo del tiempo que permita tomar lo actual histórico como un proceso en el que va tomando forma la vida del resucitad mientras vamos muriendo. Unos más en breve tiempo que otros.

Mateo 10,37-42

Pululan los revolucionarios zelotas crucificados por levantarse contra los romanos. Como ellos se anima a tomar la cruz a los discípulos, seguidores de Jesús. Pero para vivir. No para morir, y permanecer muertos.

BEATO CARLO



 De las Homilías del papa Pablo sexto.
(Homilía pronunciada en Manila el 29 de noviembre de 1970)


PREDICAMOS A CRISTO HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA

¡Ay de mí si no evangelizare! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Yo soy apóstol y testigo. Cuanto más lejana está la meta, cuanto más difícil es el mandato, con tanta mayor vehemencia el amor nos apremia. Debo predicar su nombre: Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo; él es quien nos ha revelado al Dios invisible, él es el primogénito de toda creatura, y todo se mantiene en él. Él es también el maestro y redentor de los hombres; él nació, murió y resucitó por nosotros. Él es el centro de la historia y del universo; él nos conoce y nos ama, compañero y amigo de nuestra vida, hombre de dolor y de esperanza; él ciertamente vendrá de nuevo y será finalmente nuestro juez y también, como esperamos, nuestra plenitud de vida y nuestra felicidad.

Yo nunca me cansaría de hablar de él; él es la luz, la verdad, más aún, el camino, la verdad y la vida; él es el pan y la fuente de agua viva, que satisface nuestra hambre y nuestra sed; él es nuestro pastor, nuestro guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano. Él, como nosotros y más que nosotros, fue pequeño, pobre, humillado, sujeto al trabajo, oprimido, paciente. Por nosotros habló, obró milagros, instituyó el nuevo reino en el que los pobres son bienaventurados, en el que la paz es el principio de la convivencia, en el que los limpios de corazón y los que lloran son ensalzados y consolados, en el que los que tienen hambre de justicia son saciados, en el que los pecadores pueden alcanzar el perdón, en el que todos son hermanos.

Éste es Jesucristo, de quien ya habéis oído hablar, al cual muchos de vosotros ya pertenecéis, por vuestra condición de cristianos. A vosotros, pues, cristianos, os repito su nombre, a todos lo anuncio:
Cristo Jesús es el principio y el fin, el alfa y la omega, el rey del nuevo mundo, la arcana y suprema razón de la historia humana y de nuestro destino; él es el mediador, a manera de puente, entre la tierra y el cielo; él es el Hijo del hombre por antonomasia, porque es el Hijo de Dios, eterno, infinito y el Hijo de María, bendita entre todas las mujeres, su madre según la carne; nuestra madre por la comunión con el Espíritu del cuerpo místico.

¡Jesucristo! Recordadlo: él es el objeto perenne de nuestra predicación; nuestro anhelo es que su nombre resuene hasta los confines de la tierra y por los siglos de los siglos.