sábado, 13 de enero de 2024

BEATO CARLO


 
De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios
                                       (Cap. 31-33: Funk 1, 99-103)


POR LA FE DIOS JUSTIFICÓ A TODOS DESDE EL PRINCIPIO

Procuremos hacernos dignos de la bendición divina y veamos cuáles son los caminos que nos conducen a ella. Consideremos aquellas cosas que sucedieron en el principio. ¿Cómo obtuvo nuestro padre Abraham la bendición? ¿No fue acaso porque practicó la justicia y la verdad por medio de la fe? Isaac, sabiendo lo que le esperaba, se ofreció confiada y voluntariamente al sacrificio. Jacob, en el tiempo de su desgracia, marchó de su tierra, a causa de su hermano, y llegó a casa de Labán, poniéndose a su servicio; y se le dio el cetro de las doce tribus de Israel.

El que considere con cuidado cada uno de estos casos comprenderá la magnitud de los dones concedidos por Dios. De Jacob, en efecto, descienden todos los sacerdotes y levitas que servían en el altar de Dios; de él desciende Jesús, según la carne; de él, a través de la tribu de Judá, descienden reyes, príncipes y jefes. Y en cuanto a las demás tribus de él procedentes, no es poco su honor, ya que el Señor había prometido: Multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo. Vemos, pues, cómo todos éstos alcanzaron gloria y grandeza no por sí mismos ni por sus obras ni por sus buenas acciones, sino por el beneplácito divino. También nosotros, llamados por su beneplácito en Cristo Jesús, somos justificados no por nosotros mismos ni por nuestra sabiduría o inteligencia ni por nuestra piedad ni por las obras que hayamos practicado con santidad de corazón, sino por la fe, por la cual Dios todopoderoso justificó a todos desde el principio; a él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

¿Qué haremos, pues, hermanos? ¿Cesaremos en nuestras buenas obras y dejaremos de lado la caridad? No permita Dios tal cosa en nosotros, antes bien, con diligencia y fervor de espíritu, apresurémonos a practicar toda clase de obras buenas. El mismo Hacedor y Señor de todas las cosas se alegra por sus obras. El, en efecto, con su máximo y supremo poder, estableció los cielos y los embelleció con su sabiduría inconmensurable; él fue también quien separó la tierra firme del agua que la cubría por completo, y la afianzó sobre el cimiento inamovible de su propia voluntad; él, con sólo una orden de su voluntad, dio el ser a los animales que pueblan la tierra; él también, con su poder, encerró en el mar a los animales que en él habitan, después de haber hecho uno y otros.

Además de todo esto, con sus manos sagradas y puras, plasmó al más excelente de todos los seres vivos y al más elevado por la dignidad de su inteligencia, el hombre, en el que dejó la impronta de su imagen. Así, en efecto, dice Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.» Y creó Dios al hombre; hombre y mujer los creó. Y, habiendo concluido todas sus obras, las halló buenas y las bendijo diciendo: Creced y multiplicaos. Démonos cuenta, por tanto, de que todos los justos estuvieron colmados de buenas obras, y de que el mismo Señor se complació en sus obras. Teniendo semejante modelo, entreguémonos con diligencia al cumplimiento de su voluntad, pongamos todo nuestro esfuerzo en practicar el bien.

viernes, 12 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

Viernes 1 de tiempo ordinario

Año Par

1Samuel 8, 4-22ª



REFLEXIÓN

El Señor le respondió: "Haz caso al pueblo en todo lo que te pidan. No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey".

La voz del pueblo es la voz de Dios, dicen algunos, sin definir qué es pueblo y qué es Dios, en circunstancias concretas y específicas de la historia.

La ironía de la Palabra consiste en un Señor de Señores que admite su derrota en la elección que un pueblo hace contra su dominio, porque su compromiso es el respeto a la libertad humana para que crezca.

Este crecimiento comporta tomar decisiones responsables y asumir los riesgos y las consecuencias. Que pueden ser catastróficas.

Así cuando un pueblo toma decisiones estúpidas y acarrea el daño sobre sí, también es vocero de la voluntad de Dios, pero en el sentido de haber hecho su voluntad respetada por el Señor.

De vuestros rebaños os exigirá diezmos. ¡Y vosotros mismos seréis sus esclavos! Entonces gritaréis contra el rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá

El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: "No importa. ¡Queremos un rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos

El Señor le respondió: "Hazles caso y nómbrales un rey"

La Palabra muestra un cambio de época. Se da un movimiento progresista para convertir a Israel en un reino moderno, en ese entonces.

Se da por supuesto, una reacción conservadora, encabezada por Samuel. Señala los males que acompañan ese progreso: en esencia un nuevo género de esclavitud.

Pero gana la innovación.

El relato, por la mala fama que adjudica a las monarquías reinantes, corresponde al ala conservadora. En otros relatos hay textos más favorables, sobretodo relacionados con la exitosa dinastía davídica.

Será voz de Dios, reacción de Dios, esa postura contraria a la monarquía, que señala una nueva clase de esclavitud? O es un miedo a perder el estatus quo del sistema de jueces o caudillos regionales?

O, más bien, la voz de Dios se encuentra en el movimiento modernizador en la organización y la administración, que dice desear el pueblo? Se percibe como una estrategia necesaria para enfrentar enemigos poderosos como los Filisteos.

O la voz de Dios no se encuentra en ninguna de esas trincheras que luchan por el poder, sino en un designio que ha de discernirse en cualquier circunstancia adveniente por causales históricas autónomas?

Al momento de encontrar el bien común que convenga a la mayoría podemos encontrarnos en un atolladero, para lo cual las simples mayorías no resuelvan la cuestión de fondo: cuál es  el designio del Señor que representa los mejores intereses de los hombres?

Para ciertos cambios significativos de estructura e institucionales, como también individuales, además del discernimiento prudente, alejado de los intereses egoístas, requerimos una amplia consulta y un mejor consenso, que la mera votación por mayoría absoluta.

En este proceso, la vigilancia sobre las maniobras politiqueras ambiciosas de poder, es un requisito necesario para garantizar la mayor pureza de la decisión.

Y la Palabra del Señor consultada también puede ser impostada, por lo que no se debe ahorrar esfuerzo a nuestra capacidad de discernir el Espíritu auténtico de la misma.

Salmo responsorial: 88



REFLEXIÓN

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, ¡oh Señor!, a la luz de tu rostro

Un don del Señor, al que hemos de empeñarnos en abrirle paso, es la sabiduría que como pueblo nos compete, para salir adelante en cualquier coyuntura histórica.

Marcos 2,1-12



REFLEXIÓN

Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les preponía la palabra

Buscan una cosa, encuentran otra. Si no cambian de actitud no verán la relación, el vínculo entre una y otra.

Las curaciones de Jesús no son la actuación de un taumaturgo sin más. El servicio que ofrece es la Palabra del Padre. En ella la sanación es un signo de presencia, perdón y exhortación a la fe.

Viendo Jesús la fe que tenían

Esa fe se refería a la curación

para que veáis(eidete:percibir, conocer, ver lo que se dice) que el Hijo del hombre tiene potestad(exousia:potestad,autoridad,poder moral o espiritual sobre todo) en la tierra para perdonar pecados..."

En versión del evangelista la Palabra de Jesús revela una identidad: Hijo de Hombre que implica el sentido de “éste que habla” pero también la figura apocalíptica que viene desde el Padre al final de la historia en semejanza de hombre.

Esta identidad es teofánica, pues expresa un origen divino y una misión desde Dios. El Hijo de Hombre es un enviado del cielo y su potestad es delegada.

Jesús se está auto-acreditando, auto-proclamando, auto-presentando como un delegado del Padre con suficiente poder como para hacer lo que es reconocido como exclusivo del Dios: perdonar pecados.

No todos entendieron esto. Ni siquiera sus seguidores, porque muchos de ellos hasta la fecha, ubican el servicio al evangelio como lucha política por el bien común exclusivamente, o como escucha pasiva, subjetiva y sin compromiso histórico del evangelio. Sin embargo en el testimonio de Jesús, ambas se dan en unidad. La sanación como signo para la fe en el mensaje.

"Hijo, tus pecados quedan perdonados."

Lo que encontraron fue el perdón de los pecados. Una bendición que re-seteaba toda la vida y cambiaba la actitud ante ella

"Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa."

No es el pago del creer, sino la evolución de una nueva actitud a una vida más saludable y llena de energía, lo cual incluye la curación de la parálisis.

Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual".

Este texto da que pensar en el fondo del evangelio: puede la divinidad de Jesús ser tenida como motivo secundario frente al tema del Reino de Dios, desde un punto de vista jesuánico? O más bien desde el mismo Jesús histórico se plantea la relación esencial entre divinidad o representatividad divina de Jesús y Reino?

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