viernes, 19 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

Viernes 2 de tiempo ordinario

Año Par

1Samuel 24, 3-21



REFLEXIÓN

el Señor te había puesto en mi poder dentro de la cueva; me dijeron que te matara, pero te respeté y dije que no extendería la mano contra mi señor, porque eres el ungido del Señor

El Espíritu del Señor inspira la conciencia de David para que proceda por conciencia: el ungido del Señor y no por oportunidad: en mi poder dentro de la cueva.

Saúl-algunos dicen que era un trastornado-actúa por pasíón, instigado por el rumor, imaginando en David una amenaza.

Nuestro tiempo da constantes muestras de relaciones sociales basadas en incitaciones de la subjetividad, y menos en certezas de conciencia.

Éstas requieren un temple para resistir las propias bajas motivaciones al desquite, la venganza, la envidia, los celos, la competitividad.

Ayudan estas pasiones la estructura social, económica, cultural que ahoga la sensatez de la conciencia, y que se oiga la voz de la convicción de ciertos valores por encima de la algarabía interesada de ciertos poderes, como algunos medios de comunicación, por ejemplo.

Salmo responsorial: 56



REFLEXIÓN

me refugio a la sombra de tus alas, mientras pasa la calamidad

La Palabra nos muestra una actitud que no es fácil de conquistar, pero que obtenida nos permite pensar dos veces antes de actuar movidos por la pasión y la subjetividad, y cometer una injusticia.

Marcos 3,13-19



REFLEXIÓN

Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él

Jesús es comparado con Moisés, que subió a la montaña del pacto. El texto subraya que su llamado es por iniciativa propia, por soberanía. No es un derecho, no es un arrebato de poder, no se pertenece por una revolución, ni por una protesta. Es un don, que habla de la libertad del donante. No es exigible, como parece sugerir la corriente del pluralismo religioso, cuando va más allá de la libertad de conciencia y de fe.

A doce los hizo sus compañeros

Una amistad de caminantes, que comparten el caminar, para comunicar una buena nueva del reino de Dios. Son un nuevo Israel, un nuevo Pueblo. Se muestra una intención de proyección futura, llámese o no institución eclesial.

Con más sentido de trabajo en equipo, que un protagonismo solitario.

Un nuevo comienzo, un nuevo Moisés y un nuevo pueblo, representado en 12 hombres-tribus.

para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios

Abriendo paso a una nueva realidad de libertad de la opresión maligna, ejercida por diversos agentes.

En la decepción de la acción guerrera, militar, sanguinaria, por la violencia de las armas confluyen en una liberación de otro tipo, con mayor énfasis trascendente y transformante.

Así constituyó el grupo de los Doce:

De ellos unos son caracterizados por alguna función o pronunciamiento: Pedro, hijos del Trueno, traidor.

Otros no se les caracteriza y poco sabemos de ellos.

En el nuevo pueblo peregrino todos son importantes, pero no todos son visibles.

El don puede ser pisoteado. La elección malversada. Y contarse un traidor entre los elegidos. Hay quienes trabajan y viven por oportunidad no por conciencia. Hay quienes empiezan por conciencia y terminan en oportunidad, porque les cansa estar entre perdedores. O más bien son ganadores? Ganadores de vida nueva, del Reino, de fraternidad, de conciencia transparente, enriquecidos en valores trascendentes.

Son enfoques y visiones contrapuestas que no pueden hacer las paces.

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Samuel 24, 3-21 

1 Salmo responsorial: 56  

Marcos 3, 13-19 

DOCTORES DE LA IGLESIA


MUERE VIRGEN DEDICADO EXCLUSIVAMENTE A DIOS

 Del tratado de san Ambrosio, obispo, sobre las vírgenes
(Libro 1, cap. 2. 5. 7-9: PL 16 [edición 1845], 189-191)
 

NO TENÍA AÚN EDAD DE SER CONDENADA, PERO ESTABA YA MADURA PARA LA VICTORIA

 

Celebramos hoy el nacimiento para el cielo de una virgen, imitemos su integridad; se trata también de una mártir, ofrezcamos el sacrificio. Es el día natalicio de santa Inés. Sabemos por tradición que murió mártir a los doce años de edad. Destaca en su martirio, por una parte, la crueldad que no se detuvo ni ante una edad tan tierna; por otra, la fortaleza que infunde la fe, capaz de dar testimonio en la persona de una jovencita.

¿Es que en aquel cuerpo tan pequeño cabía herida alguna? Y, con todo, aunque en ella no encontraba la espada donde descargar su golpe, fue ella capaz de vencer a la espada. Y eso que a esta edad las niñas no pueden soportar ni la severidad del rostro de sus padres, y si distraídamente se pican con una aguja, se ponen a llorar como si se tratara de una herida.

Pero ella, impávida entre las sangrientas manos del verdugo, inalterable al ser arrastrada por pesadas y chirriantes cadenas, ofrece todo su cuerpo a la espada del enfurecido soldado, ignorante aún de lo que es la muerte, pero dispuesta a sufrirla; al ser arrastrada por la fuerza al altar idolátrico, entre las llamas tendía hacia Cristo sus manos, y así, en medio de la sacrílega hoguera, significaba con esta posición el estandarte triunfal de la victoria del Señor; intentaban aherrojar su cuello y sus manos con grilletes de hierro, pero sus miembros resultaban demasiado pequeños para quedar encerrados en ellos.

¿Una nueva clase de martirio? No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria; la lucha se presentaba difícil, la corona fácil; lo que parecía imposible por su poca edad lo hizo posible su virtud consumada. Una recién casada no iría al tálamo nupcial con la alegría con que iba esta doncella al lugar del suplicio, con prisa y contenta de su suerte, adornada su cabeza no con rizos, sino con el mismo Cristo, coronada no de flores, sino de virtudes. 

Todos lloraban, menos ella. Todos se admiraban de que con tanta generosidad entregara una vida de la que aún no había comenzado a gozar, como si ya la hubiese vivido plenamente. Todos se asombraban de que fuera ya testigo de Cristo una niña que, por su edad, no podía aún dar testimonio de sí misma. Resultó así que fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas, porque el Autor de la naturaleza puede hacer que sean superadas las leyes naturales.

El verdugo hizo lo posible para aterrorizarla, para atraerla con halagos, muchos desearon casarse con ella. Pero ella dijo: 

«Sería una injuria para mi Esposo esperar a ver si me gusta otro; él me ha elegido primero, él me tendrá. ¿A qué esperas, verdugo, para asestar el golpe? Perezca el cuerpo que puede ser amado con unos ojos a los que yo no quiero».

Se detuvo, oró, doblegó la cerviz. Hubieras visto cómo temblaba el verdugo, como si fuese él el condenado; como temblaba su diestra al ir a dar el golpe, cómo palidecían los rostros al ver lo que le iba a suceder a la niña, mientras ella se mantenía serena. En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio.