jueves, 3 de diciembre de 2020

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Jueves I

San Efrén Diatesarón 18,15-17

Para atajar toda pregunta de sus discípulos sobre el momento de su venida, Cristo dijo: Esa hora nadie la sabe, ni los ángeles ni el Hijo. No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas. Quiso ocultarnos esto para que permanezcamos en vela y para que cada uno de nosotros pueda pensar que ese acontecimiento se producirá durante su vida. Si el tiempo de su venida hubiera sido revelado, vano sería su advenimiento, y las naciones y siglos en que se producirá ya no lo desearían. Ha dicho muy claramente que vendrá, pero sin precisar en qué momento. Así todas las generaciones y todas las épocas lo esperan ardientemente. Aunque el Señor haya dado a conocer las señales de su venida, no se advierte con claridad el término de las mismas, pues, sometidas a un cambio constante, estas señales han aparecido y han pasado ya; más aún, continúan todavía. La última venida del Señor, en efecto, será semejante a la primera…



REFLEXIÓN

No acobardarnos, en cualquier época y más, después de 21 siglos como nosotros actualmente, frente a las continuas marejadas y tormentas que se levantan, sin la fecha exacta de la aparición del Señor. La definitiva. Ha sido piedra en el camino esta inquietud que provoca dudas, indiferencia, volverse a lo tangible. Es la verdadera prueba cotidiana de la fe que permanece fiel a la venida constante del Señor en su Iglesia y sus pobres. Aquellos que se han despojado de toda seguridad que haga olvidar la única seguridad-insegura que viene del Espíritu.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 1 de Adviento

Isaías 25,6-10ª

6El SEÑOR de los ejércitos preparará en este monte para todos los pueblos un banquete de manjares suculentos, Un banquete de vino añejo, pedazos escogidos con tuétano, Y vino añejo refinado.
7Y destruirá en este monte la cobertura que cubre todos los pueblos, El velo que está extendido sobre todas las naciones.
8El destruirá la muerte para siempre. El Señor DIOS enjugará las lágrimas de todos los rostros, Y quitará el oprobio de Su pueblo de sobre toda la tierra, Porque el SEÑOR ha hablado.
9Y en aquel día se dirá: "Este es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara. Este es el SEÑOR a quien hemos esperado; Regocijémonos y alegrémonos en su salvación."
10Porque la mano del SEÑOR reposará en este monte, Y Moab será pisoteado en su sitio Como es pisoteada la paja en el agua del muladar.



REFLEXIÓN

Aquel día

Entretanto gemimos con ansiedades y miedos por los riesgos que corremos. Aprender la espera y afrontar confiadamente el embate de las circunstancias, que incluso hemos desatado, es una prueba de fe y esperanza.

En Jesús, líder de la esperanza contra toda esperanza, nos queremos inspirar para seguir esperando contra nuestra debilidad.

arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones

Basados en el sentido mesiánico, portavoz y portador de salvación total, por su situación de elección de parte de la Palabra, Israel se hizo triunfalista, como si en todo momento, hiciera lo que hiciera, tanto el pueblo como los dirigentes, tenía asegurado el respaldo incondicional del Señor.

Así como distintos pueblos en la historia antigua y reciente, Israel se autoproclamó líder mundial de la salvación de Yavé.

Israel sintió que era obligación del Señor apoyarlo y sacarlo de todas sus aventuras y errores, y encima hacerlo protagonista por encima de los demás pueblos, que le deberían, si no la existencia, sí la gloria del Señor.

Los entendidos en desarrollo humano a través de las diferentes ciencias e investigaciones aplicadas, creen poder distinguir un proceso de maduración que toma años en hombres y mujeres.

Una de las etapas radica en una autoafirmación autocentrada, egocéntrica, necesaria para definir la propia identidad y valor, pero que resulta perversa cuando se extiende más allá de lo necesario.

Solo la realidad de frustración y contratiempos va labrando una autoimagen más cónsona a la convivencia en equidad con los otros.

Así Israel debió aprender y, con nosotros el nuevo Israel, seguir aprendiendo, en qué consiste el verdadero mesianismo y la misión de salvación entre los pueblos.

El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros

Entretanto felices si lloramos, de acuerdo a las felicidades del Sermón del Monte.

"Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación

Todo evoluciona tan rápidamente que casi no da tregua.

Buscamos cómo hacer para ayudar al necesitado, pero no se nos ocurre.

Sólo podemos implorarte humildemente que tu voluntad sobre nosotros se haga, y lo comprendamos y aceptemos y demos gracias.

En algunos momentos iremos degustando los preámbulos del festín final. Son los anticipos de la paga. Recompensas para que no perdamos ánimo.

Gozar esos momentos en fraternidad es una consolación que reduce nuestra desesperanza e inconformidad, y alienta el fuego de la paciencia.

En los ejercicios espirituales ignacianos son momentos de gracia que, como el maná, no se pueden acumular sino disfrutar, y en ellos construir la fortaleza para lo que venga en el futuro.

Salmo responsorial: 22



REFLEXIÓN

El Señor es mi pastor, nada me falta

me conduce hacia fuentes tranquilas

Porque ahora son aguas tumultuosas.

Y lo que trae sonido estridente no parece del buen espíritu.

Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa

Mientras más inclusivo sea el festín más de Dios será.

No deben faltar ni los enemigos, que según la costumbre semita, estaban protegidos de cualquier acechanza, aun la propia, si se sentaban a mi mesa.

Porque la mesa es un santuario.

Me guía por el sendero justo

Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo

Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida

Tu modo de ser más allá de lo imaginable, pero que alienta por su bondad y benignidad.

Mateo 15,29-37

29Pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a Sus pies y El los sanó; 31de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.
32Entonces Jesús, llamando junto a El a Sus discípulos, les dijo: "Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están aquí y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino." 33Y los discípulos Le dijeron: "¿Dónde podríamos conseguir en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande?" 34"¿Cuántos panes tienen?" les preguntó Jesús. Ellos respondieron: "Siete, y unos pocos pececillos." 35Y El mandó a la multitud que se sentara en el suelo; 36tomó los siete panes y los peces, y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37Comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.



REFLEXIÓN

Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él

Parece una alusión premeditada y calculada: sentarse en el monte es decir, para los conocedores de las escrituras, que Jesús es ese Señor Dios que prepara un festín final. Y que el de Moisés no se le compara.

"Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer.

Jesús anticipa ese festín para ahora por la necesidad de la gente, que como boceto de nuevo pueblo, encaravanado lo va siguiendo.

El Señor anticipa el final por amor cuando la carencia mueve sus entrañas.

"¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?"

La voz de la impotencia y el realismo craso, no es un buen acompañamiento apostólico de la Palabra, porque no da testimonio del verdadero Dios, sino de mezquindades humanas.

Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente

También es calculada la colaboración de sus discípulos, porque la anticipación del festín de la equidad no la hace solo la Palabra sino también la libertad de hombres y mujeres, a quienes la carencia de otros les mueve las entrañas.

Está en nuestras manos, en colaboración con la Palabra, ir anticipando el festín de la fraternidad.

De lo que se puede dar, el Señor hace más, pero espera de nuestra generosidad.

Como el ofertorio de la misa es un momento de devolución generosa al Señor, para que Él en su misericordia, multiplique.

Siempre es posible hacer algo más para que el Señor sienta nuestra invitación de multiplicar nuestro aporte. https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1334094187449503744?s=20