jueves, 30 de mayo de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA




San Gregorio Magno Tratados morales sobre Job 10,7-8.10

 La ley de Dios, de que se habla en este lugar, debe entenderse que es la caridad, por la cual podemos siempre leer en nuestro interior cuales son los preceptos de vida que hemos de practicar. Acerca de esta ley, dice aquel que es la misma Verdad: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros. Acerca de ella dice san Pablo: Amar es cumplir la ley entera. Y también: Arrimad todos el hombro a las cargas de los otros, que con eso cumpliréis la ley de Cristo. Lo que mejor define la ley de Cristo es la caridad, y esta caridad la practicamos de verdad cuando toleramos por amor las cargas de los hermanos. Pero esta ley abarca muchos aspectos, porque la caridad celosa y solícita incluye los actos de todas las virtudes. Lo que empieza por sólo dos preceptos se extiende a innumerables facetas. Esta multiplicidad de aspectos de la ley es enumerada adecuadamente por Pablo, cuando dice: El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es ambicioso ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor es paciente, porque tolera con ecuanimidad los males que se le infligen. Es afable porque devuelve generosamente bien por mal. No tiene envidia, porque, al no desear nada de estemundo, ignora lo que es la envidia por los éxitos terrenos. No presume, porque desea ansiosamente el premio de la retribución espiritual, y por esto no se vanagloria de los bienes exteriores. No se engríe, porque tiene por único objetivo el amor de Dios y del prójimo, y por esto ignora todo lo que se aparta del recto camino. No es ambicioso, porque, dedicado con ardor a su provecho interior, no siente deseo alguno de las cosas ajenas y exteriores. No es egoísta, porque considera como ajenas todas las cosas que posee aquí de modo transitorio, ya que sólo reconoce como propio aquello que ha de perdurar junto con él. No se irrita, porque, aunque sufra injurias, no se incita a sí mismo a la venganza, pues espera un premio muy superior a sus sufrimientos. No lleva cuentas del mal, porque, afincada su mente en el amor de la pureza, arrancando de raíz toda clase de odio, su alma está libre de toda maquinación malsana. No se alegra de la injusticia, porque, anheloso únicamente del amor para con todos, no se alegra ni de la perdición de sus mismos contrarios. Goza con la verdad, porque, amando a los demás como a sí mismo, al observar en los otros la rectitud, se alegra como si se tratara de su propio provecho. Vemos, pues, como esta ley de Dios abarca muchos aspectos.

REFLEXIÓN

La caridad multiforme en su virtuosa aparición y ejecución, logra la superación de los contrarios a esa virtuosidad, no por censura y represión, sino por algo positivo como es amar más que su contrario, como son la impaciencia, la envidia, la presunción, el engreímiento, la ambición, el egoísmo, la irritación, la malevolencia, el resentimiento, la injusticia, la mentira y otras. Porque si fuera un asunto de reprimir, para que no aparezcan, los cristianos serían los seres más sicopatológicos por la represión a la que se someten. Y amar más que lo contrario es lo que salva, aún como salud mental.

miércoles, 29 de mayo de 2024

Miércoles 8 de tiempo ordinario

el Santo Padre afirmó que ni siquiera en medio del enorme disgusto «he perdido la firme certeza de que a pesar de la debilidad humana, las dificultades y las pruebasla Iglesia es guiada por el Espíritu Santo y nunca le faltará la ayuda del Señor».

subrayando que «las tribulaciones nada pueden contra quien es sostenido por la gracia divina».

Confiar, confiar, confiar es la consigna. Como parte de la Iglesia, confío en la conducción del Espíritu Santo para el bien integral de mi familia y de los asignados a servir en el ministerio de la Palabra y la caridad.

1Pedro 1,18-25

REFLEXIÓN

os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres

precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha

La genética y la cultura ayudan como dones gratuitos a la persona para construir algo mejor. Pero no son infalibles, ni perfectos.

Arrastran y conllevan fallas, defectos, desviaciones del bien que nos preceden y sitúan en nuestro accionar.

La sangre que es vida, en Jesús de Nazaret ofrecida y derramada hasta la extenuación, también nos precede como nueva genética y cultura antídoto de las otras contaminadas para ayudarnos en nuestra construcción dotándonos de perfetibilidad y potencialidad en el Espíritu.

Ahora que estáis purificados por vuestra obediencia a la verdad y habéis llegado a quereros sinceramente como hermanos, amaos unos a otros de corazón e intensamente

Porque en el amor, aún en el erótico, el desafío es penetrar hasta su estadio perfecto, que avanza más allá de las cenizas de la pasión, hasta el abrazo y compartir fraterno.

habéis vuelto a nacer, y no de una semilla mortal, sino de una inmortal, por medio de la palabra de Dios viva y duradera,

en cada recodo de la historia personal y cultural podemos decir que un nuevo nacimiento se va dejando traslucir como efecto de la Palabra que constantemente nos convoca al parto.

Salmo responsorial: 147


REFLEXIÓN 

ha reforzado los cerrojos de tus puertas, / y ha bendecido a tus hijos dentro de ti

El Señor se nos ofrece como protector, como muralla, como plaza fuerte para que amparados confíemos y alabemos su protección.

Marcos 10,32-45

REFLEXIÓN

los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba;

En la segunda semana de los ejercicios ignacianos se nos ofrece un Rey, un líder que llama a seguirlo. Pero no a superarlo. No exigirá nada que no haga él primero. Su conducción es ejemplar, porque inspira hacer como él.

los que seguían iban asustados

el Hijo del hombre va a ser entregado

Porque la carne presiente la crucifixión y teme el dolor y la ignominia. El carisma ignaciano es para ubicar al creyente ejercitante en tal disposición de fe confiada que acepta y se abre a la perspectiva de la crucifixión, alentado por el caminar siempre por delante de Jesús, Rey eternal.

De nuestra parte se nos pide confiar en medio del temor, como los jóvenes en medio de las llamas, que alababan al Señor.

a los tres días resucitará.

Pero se necesita esa luz de la Resurrección para soportar la oscuridad desde la luz.

No es lo mismo adentrarse en las tinieblas del mundo a ciegas, que con la luz que nos ha concedido el Señor Jesús.

¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?

dar la vida en rescate por todos

Frente a todo ímpetu de ambición de poder, por mezquino que parezca nos confronta Jesús con su propia ambición: entregarse al designio del Padre.

motivaciondehoy


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Miércoles 8 de tiempo ordinario

1Pedro 1,18-25

Salmo responsorial: 147

Marcos 10,32-45