"FRANCESCO
Y CARLO CANTORES A LA VIDA Y EL BIEN"
ASIS – "Hoy CARLO
Viene a descansar en este mismo ambiente que fue testigo de la desnudez de
Francisco". Así lo dijo el obispo de la Diócesis de Asís – Nocera Umbra –
Gualdo Tadino, Monseñor Domenico Sorrentino durante la ceremonia para el
entierro del cuerpo de la venerable Carlo Acutis en el Santuario de La EXPOLIACIÓN
donde llegó el sábado 6 de abril al
final de una procesión partió de la catedral de San Rufino que también hizo una
parada en la Basílica de Santa Clara. Añadido hace unos días por el Papa como
ejemplo de la santidad de la era de Internet, también deja a los jóvenes de
nuestro tiempo un secreto de nueva vida: la elección de Dios que no admite
compromisos.
Desmontaje completo.
Hecho no con gestos rotundos, sino en el corazón. Es el significado de su
eslogan lapidario: 'No yo, sino Dios'. El Francisco que aquí se despojó de
todo, se convirtió en el bufón de Dios, el cantante de las maravillas de la
creación, el hermano universal capaz de restaurar la reconciliación a la
sociedad pobre y dividida.
Carlos que aquí desde hoy descansa en sus restos mortales - dijo Monseñor
Sorrentino - pero continúa en el cielo cuidando de nosotros, no renunció a las
bellezas de una vida llena de asombro por las maravillas de la naturaleza,
hasta la intoxicación de la tecnología informática más moderna. Pero puso el
sabor del Evangelio en todo esto, centrando su vida en la Eucaristía, su camino
al cielo. El tiempo en el que vivió su corto pero brillante viaje terrenal es
el de internet.
Era, como tantos jóvenes de nuestro tiempo, un 'nativo digital'. El mundo
digital era su camino, no exclusivo y no fanático, pero ciertamente apasionado,
de comunicarse.
Y lo usó para comunicar lo bueno. Señalar la maravilla eucarística. Construir
la red web del bien en el mundo de la web. ... Francisco y CARLOS, ahora
inextricablemente unidos. Juntos son cantantes de vida y de bien. Juntos,
dragadores de jóvenes y testigos del Evangelio. De hecho, una cosa nueva se
levanta en el horizonte de una humanidad marcada por una crisis de época".
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