De una
antigua Homilía sobre el santo y grandioso Sábado(PG 43, 439. 451. 462-463)
EL DESCENSO DEL SEÑOR A LA REGIÓN DE LOS MUERTOS
El
Dios hecho hombre ha muerto y ha puesto en movimiento a la región de los
muertos.
REFLEXIÓN
Es el
momento de convencer a muchos caídos, ya difuntos, que no creían, no esperaban,
dudaban, y pensaban que todo habìa terminado. Aquellos que murieron con temor
de haber acabado su única vida. Aquellos que murieron trágicamente, segados en
su juventud y su potencialidad, sin que pudieran desplegar su proyecto de vida
y un significado significante para su existencia.
Pero
también es el momento de iluminar por fe a los que en esta orilla fueron y son
testigos mudos de ese éxodo, que observan con dolor y duelo de separación y
pérdida, y hasta temen una perdición definitiva.
En estos
momentos celebramos la evangelización de los que ya partieron, y es posible
acceder al gozo que entraña que nuestros conocidos son resucitados por la
Palabra viva del Señor Jesús.
«Despierta,
tú que duermes, Y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo.
REFLEXIÓN
Un
maravilloso himno de la fe cristiana primitiva, que compartimos a partir de
este momento.
Levántate,
vayámonos de aquí. El enemigo te hizo salir del paraíso; yo, en cambio, te
coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celestial. Te prohibí comer del
simbólico árbol de la vida; mas he aquí que yo, que soy la vida, estoy unido a
ti. Puse a los ángeles a tu servicio, para que te guardaran; ahora hago que te
adoren en calidad de Dios.
REFLEXIÓN
Sobre el horizonte se posiciona la posibilidad de convertir nuestros sueños de humanidad en realidad novedosa
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