Martes 18 de tiempo ordinario
Jeremías
30, 1-2. 12-15. 18-22
REFLEXIÓN
Escribe en un libro todas las palabras que he dicho
La importancia de la palabra viva, guardada en la
escritura de un libro
Tus amigos te olvidaron, ya no te buscan
Esta
afirmación atañe en primer término a Jerusalén, a punto de sucumbir totalmente
y con los estragos de la primera invasión neobabilonia.
Pero la
sabiduría que se origina de aquí y florece en el período siguiente de la vida
de Israel, cuando retorne a Jerusalén para reconstruirla, se apropia de la
lección, que fue amarga y ayuda a mantenerse bajo la Palabra del Señor.
Esta
lección es la que hará suya también Jesús de Nazaret, cuando experimente que
todos le abandonan en su pasión.
Se trata
de la soledad del caído, del olvidado de los amigos en la hora aciaga.
¿Por qué gritas por tu herida? Tu llaga es incurable; por el número de tus
crímenes, por la muchedumbre de tus pecados, te he tratado así."
Parece
que nada más se puede hacer y todo está dicho para mal.
sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad
Pero
junto al ultimatum del juicio que profiere la Palabra, en ella misma se ofrece
la esperanza de redención y misericordia.
Parecen
dos palabras, dos dioses, uno bueno y otro malo. La palabra humana que es
mensajera hace un limitado favor a la Palabra de Dios, porque desdobla y hace
parecer una equizofrenia por los dos mensajes: destrucción y redención.
Pero en
Jesús se arrojará más luz, si se puede, sobre este misterio de muerte y
resurrección.
Frente a
la suerte terminal, personal o colectiva, se alza una voz de esperanza para la
misericordia, la reconstrucción, la resurrección.
No todo
está dicho, no se ha dicho la última palabra, por lo menos de quien la puede
decir.
La
alternancia de desolación y consolación puede enseñar y dar oportunidad a un
aprendizaje sin fin, sobre esta espiral de la vida en el Señor.
Alternancia
de desolación cuando se quiere salir del pecado, y cuando se quiere proyectar
en una misión.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
Entre
nosotros, cuando optamos por aceptar en la fe el misterio de la Palabra,
logramos atribuir la parafernalia de autodestrucción humana a nuestra propia
culpa.
De ahí
la sanidad que proviene de la autocrítica, porque nos preserva de la
equizofrenia espiritual, que divide al Señor en bueno y malo.
Siempre
será posible que vuelva a aparecer el Cristo, no en vez de, sino como una
reinstalación del Jesús Cristo.
Al modo
de él, que es un paradigma.
Salmo responsorial: 101
REFLEXIÓN
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, / desde
el cielo se ha fijado en la tierra, / para escuchar los gemidos de los cautivos
/ y librar a los condenados a muerte.
Porque
la Palabra quiere dar testimonio de su designio, que es de salvación, ya sea
porque creemos un mundo bueno, ya sea porque se mantiene salvándonos de la
iniquidad que producimos.
Él es el
reciclaje perpetuo que purifica nuestra incontenible polución.
Mateo 14, 22-36
REFLEXIÓN
Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y
se le adelantaron a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después
de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche,
estaba allí solo
Jesús
protege a su discípulos y se purifica por la oración de la ambición de poder
que puede contaminarlos, después de haber servido el hambre de la gente, con la
multiplicación de los panes.
Da
gracias porque el Padre ha estado con él en esa multiplicación. Se ubica en la
correcta correlación de cooperación con el Señor.
Sabe
estar solo en compañía del Padre. Le es suficiente su presencia.
viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de
miedo, pensando que era un fantasma
Una
aparición fantasmagórica, alguien que camina en la oscuridad sobre las aguas.
Mueve a miedo a hombres pescadores curtidos.
Son
realidades que, para algunos son temerosas como mensajeros de dimensiones
desconocidas, frente a las cuales se siente gran inseguridad.
Jesús les dijo enseguida: "¡Animo, soy yo, no tengáis
miedo!
Sin
embargo Jesús no se presenta como una realidad procedente de una dimensión
misteriosa que mete miedo, sino que se manifiesta siempre como alguien que
anima, pacifica, quita los miedos.
Así es
en las apariciones de Resucitado. Viene para dar confianza y paz.
al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse
En qué
momento nuestra fe es lo suficientemente fuerte para enfrentar los miedos? Si
nos fijamos, Jesús lo sabe y lo muestra en su constante orar al Padre.
Siempre
dudamos Señor. Nuestra fe es deleznable. Se agrieta con las dificultades que
nos meten miedo.
El miedo
es el enemigo de la confianza, pero alerta contra la temeridad.
"¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?"
La duda
es para la fe una señal de su inmadurez y la necesidad de perfeccionarse.
Una
oportunidad para crecer en ella.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1554433376035241987?s=20&t=F0E8FlGnvuRqnRFIpWTxDQ
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