sábado, 6 de agosto de 2022

EJERCICIOS ESPIRITUALES

 

[6] 6ª La sexta: el que da los exercicios, quando siente que al que se exercita no le vienen algunas mociones spirituales en su ánima, assí como consolaciones o dessolaciones, ni es agitado de varios spíritus; mucho le debe interrogar cerca los exercicios, si los hace a sus tiempos destinados y cómo; asimismo de las addiciones, si con diligencia las hace, pidiendo particularmente de cada cosa destas. Habla de consolación y desolación, núm. [316] de addiciones, núm. [73].

REFLEXIÓN

[6] En su lugar se verán las consolaciones y las adiciones, como reglas para calibrar la reacción del espíritu y las iniciativas para favorecer un ambiente de cooperación y docilidad a la presencia del Espíritu. Pero en esta anotación se toma en serio que haya actividad espiritual, porque lo propio es, que al ponerse en el rumbo de la Palabra y su escucha, deban darse reacciones en favor o en contra. Esta preocupación no recae solo sobre la actividad del/la ejercitante sino también sobre la adecuación del material y quién lo provee, que es el/la Director@ Acompañante. Nuestra época de cambios en las sensibilidades de la comunicación, nos previene sobre darnos por satisfechos con lo comunicado sin pulsar la realimentación de los ejercitantes. Sobre teología y religión cunden las opiniones contrarias o polémicas o debatibles y hay que cuidar que el/la ejercitante no desvíe su atención de lo que realmente busca.

[7] 7ª La séptima: el que da los exercicios, si vee al que los rescibe, que está desolado y tentado, no se haya con él duro ni desabrido, mas blando y suave, dándole ánimo y fuerzas para adelante, y descubriéndole las astucias del enemigo de natura humana, y haciéndole preparar y disponer para la consolación ventura.

REFLEXIÓN

[7] En el perfil del/la acompañante debe constar una competencia: sensibilidad suficiente para detectar estados de ánimo, empatía. Esta guía pastoral debió ser un hito en medio de la España en transición del Medioevo al Renacimiento, en un ambiente de ortodoxia compulsada por la sombra de una inquisición que atendía denuncias de iluminados. Un rasgo sobresaliente de la interacción sanadora de quien orienta los ejercicios, porque se espera que aporte ánimo, fortaleza y esperanza de que será consolad@ el/la ejercitante. Se trata de un binomio indispensable: verdad y esperanza.


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