lunes, 24 de agosto de 2020

PALABRA COMENTADA

 

San Bartolomé apóstol

Apocalipsis 21,9b-14

9Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: "Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero."
10
Entonces me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino. 12Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles, y en las puertas estaban escritos los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel. 13Había tres puertas al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur, y tres puertas al oeste. 14El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.


COMENTARIO

me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios.

La reunión final de todos, la Jerusalén que baja del cielo como un don, es un anhelo profundo de las diferentes sociedades que  desean la paz.

Una paz que abarca todos los ámbitos y diversidades humanas.

Una verdadera unión, una comunión.

La Jerusalén que baja del cielo es una ciudad que existió, pero al final transformada por la gloria de Dios y su cordero.

La búsqueda y esfuerzo humano constructivo de la ciudad de paz será recompensado con el don de una ciudad que baja del cielo,transformada  por la paz.

Una semejanza de los símbolos del Israel terrenal se incorporan en ese don de la Jerusalén celestial, como signos para nuestra esperanza, porque nuestros aportes han sido tomados en cuenta en esta transforamción definitiva.

La gloria de Dios, la mayor, fue la obsesión apostólica de Ignacio de Loyola, para sí y sus compañeros.

Qué se entendió por eso? Còmo se puede entender hoy, para que mueva como entonces a asumir estilos de vida apostólicos?

La gloria, el prestigio, el brillo, la fascinación de la presencia y actividad del Señor, en su creación y su pueblo. Dónde ubicarla hoy?

Hay festejos, celebraciones, efectos especiales que nos dejan sin respiración por la admiración que despiertan.

Podrá sobrepujar la gloria de Dios estas creatividad humana efímera?

los nombres de los apóstoles del Cordero.

Los que estuvieron con Jesús, y murieron por su nombre. Como los jesuitas que murieron por su nombre en San Salvador.

Gente entregada a su milpa y en apariencia cotidiana, que fueron transformados en testigos.

Salmo responsorial: 144


COMENTARIO

que proclamen la gloria de tu reinado

Quienquiera se dedique a su parcela del Reino proclama la gloria de su reinado, sino se buscan exclusivamente los intereses propios  y de grupo.

Explicando tus hazañas a los hombres,

Esta es su gloria entre nosotros: hacer entender sus hazañas porque somos sus dispensadores.

cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente

El esfuerzo por la sinceridad es un reto de cada día cuando venimos a su encuentro. Entonces nos debemos enfrentar al Señor, a nuestro vacío y a la esperanza.

La cercanía del Señor está disponible siempre, pero al orar nosotros nos abrimos  a ella.

La oración nos persuade que está con nosotros como el que escucha y salva.

Juan 1,45-51

 45Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la Ley, y también los Profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José." 46Y Natanael le dijo: "¿Puede algo bueno salir de Nazaret?" "Ven, y ve," le dijo Felipe. 47Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un verdadero Israelita en quien no hay engaño." 48Natanael Le preguntó: "¿Cómo es que me conoces?". Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." 49"Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel," respondió Natanael. 50Jesús le contestó: "¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás." 51También le dijo: "En verdad les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre."


COMENTARIO

Felipe encuentra a Natanael y le dice: "Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret."

Felipe comunica un hallazgo, una experiencia cumbre: se ha dado con el Mesías.

La construcción de la fe en él inicia con la aceptación de la carne común de Jesús: hijo de José, de Nazaret.

Si Natanael logra superar esta dimensión común, y por lo oído, ir más allá, su fe podrá crecer.

Son los encuentros con otros creyentes los que nos permiten crecer, afianzados en sus testimonios y experiencias de fe.

Porque nuestra fe es comunitaria, eclesial, apostólica.

Natanael le replicó: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le contestó: "Ven y verás."

Es preciso atravesar nuestros prejuicios y verificar por nosotros mismos.

La búsqueda y encuentro de una verdad de salvación-algo bueno-requiere una voluntad personal, una decisión intransferible, no delegable.

Todos debemos asumir “Soy yo quien tiene que correr ese riesgo”.

Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño

Todo un ideal de transparencia porque se deja ver, escrutar, discernir.

Como la mirada que debe practicar el que acompaña al ejercitante de los ejercicios ignacianos, para colaborarle en el discernimiento de las mociones que experimenta.

Como la mirada que debemos experimentar en cualquier relación de amistad, pareja o conyugal, para que se construya la mutua confianza y lealtad.

cuando estabas debajo de la higuera, te vi.

La expresión con reminiscencia de las escrituras es suficiente para abrir al apóstol a un horizonte nuevo.

Para él la palabra se había hecho carne en Jesús, y cualquier resistencia a su avasallamiento era inútil, excepto rendirse.

Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel."

En el juego y re-juego de quién ve qué o a quién, Natanael pierde terreno, porque su ver, percibir y conocer lo bueno de Nazaret es deconstruído por otro ver que lo percibe a él, con tal penetración y profundidad, que no puede menos que vivenciar una experiencia del misterio de Jesús de Nazareth y su carisma.

"¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?

La experiencia de fe que se da en el encuentro con Jesús de Nazareth implica la experiencia humana de ser conocido y amado. De ahí brota una expectativa de bien cada vez más grande, cada vez más abierta al despliegue que el Espíritu va haciendo del reino en la historia, de camino hacia el final de paz.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1297858147567230978?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Santo Tomás de Aquino Comentario sobre el evangelio de san Juan 10, 3

Yo soy el buen Pastor. Es evidente que el oficio de pastor compete a Cristo, pues, de la misma manera que e rebaño es guiado y alimentado por el pastor, así Cristo alimenta a los fieles espiritualmente y también con su cuerpo y su sangre. Andabais descarriados como ovejas –dice el Apóstol–, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas. Pero ya que Cristo, por una parte, afirma que el pastor entra por la puerta y, en otro lugar, dice que el es la puerta, y aquí añade que él es el pastor, debe concluirse, de todo ello, que Cristo entra por sí mismo. Y es cierto que Cristo entra por sí mismo, pues él se manifiesta a sí mismo, y por sí mismo conoce al Padre. Nosotros, en cambio, entramos por él, pues es por él que alcanzamos la felicidad. Pero, fíjate bien: nadie que no sea el es puerta, porque nadie sino él es luz verdadera, a no ser por participación: No era él –es decir, Juan Bautista– la luz, sino testigo d la luz. De Cristo, en cambio, se dice: Era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Por ello, de nadie puede decirse que sea puerta; esta cualidad Cristo se la reserva para sí; el oficio, en cambio, de pastor lo dio también otros y quiso que lo tuvieran sus miembros: por ello, Pedro fue pastor, y pastores fueron también los otros apóstoles, y son pastores todos los buenos obispos. Os daré – dice la Escritura–pastores a mi gusto. Pero, aunque los prelados de la Iglesia, que también son hijos, sean todos llamados pastores, sin embargo, el Señor dice en singular: Yo soy el buen Pastor; con ello quiere estimularlos a la caridad, insinuándoles que nadie puede ser buen pastor, si no llega a ser una sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del verdadero pastor. El deber del buen pastor es la caridad; por eso dice: El buen pastor da la vida por las ovejas. Conviene, pues distinguir entre el buen pastor y el mal pastor: el buen pastor es aquel que busca el bien de sus ovejas, en cambio, el mal pastor es el que persigue su propio bien. A los pastores que apacientan rebaños de ovejas no se les exige exponer su propia vida a la muerte por el bien de su rebaño, pero, en cambio, el pastor espiritual sí que debe renunciar a su vida corporal ante el peligro de sus ovejas, porque la salvación espiritual del rebaño es de más precio que la vida corporal del pastor.


COMENTARIO

El líder debe asumir mayor responsabilidad que los seguidores, porque su unción de fortaleza es con el propósito de resistir e instar a la resistencia. La debilidad natural deberá acatar el llamado de la valentía y coraje, para caracterizarse y poner su cuerpo como escudo. Hay hechos recientes entre clérigos y laicos que en su momento, aun temiendo por el daño de sus vidas, se crecieron para proteger a su rebaño, y familias. Son las coyunturas históricas de persecución las que sacan brillo a estas palabras, dichas y vividas por el único Pastor Jesús de Nazareth.