miércoles, 27 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 3 de tiempo ordinario

 

Hebreos 10,11-18



REFLEXIÓN

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados

Cuántos sacerdotes, ministros o pastores hoy en día, en los diferentes cultos y religiones serán capaces de relativizar su propio ministerio y misión, para enfatizar y enfocar el único sacrificio, ministerio y misión de Jesús de Nazareth, muerto y resucitado?

No tenerlo suficientemente en cuenta en las jerarquías eclesiásticas, vitalicias o temporales, proyecta una sombra de desconfianza en su lealtad a Jesús, y en la credibilidad de su ministerio y misión.

Levantan en muchas ocasiones la suspicacia sobre su ambición de poder.

Hoy vivimos un tiempo especialmente sensible a este punto, porque además de la suspicacia se da la confrontación y el ataque abierto a la autoridad de las jerarquías, sacando al escenario mediático hechos de corrupción en los que se les acusa de ser autores y cómplices.

En algunos casos algunas de estas jerarquías han admitido esas culpabilidades de alguno de sus miembros y han pedido perdón.

No sólo han olvidado a quién sirven y representan, sino que han malogrado hasta cierto punto el servicio a la misión del reino tomando parte en el anti-reino.

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados

Todo trabajo de fe consiste en volver al Espíritu del único sacrificio, el que hizo para siempre Jesús de Nazareth con su vida, palabra y obra.

Los ejercicios de Ignacio de Loyola son enfáticos y frenéticos en la identificación con Jesús y su misión.

Es la intuición genial aupada por el Espíritu de Dios que interviene en toda época para cuidar de su parcela.

Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados

Con Jesús y su entrega se nos dio y se nos dejó para siempre su perdón. El que afanosamente y anualmente gestionaba un sumo sacerdote hebreo en el silencio del santo de los santos. O el que con sangre y en medio de alaridos espantosos dramatizaban los sumos sacerdotes de algunas religiones que sacrificaban humanos.

Entre nosotros si hay perdón no hay pecado. Si actuamos el perdón, renace el ágape y la fraternidad, y el pecado se esfuma como un delirio nocturno ante el amanecer.

Salmo responsorial: 109 



REFLEXIÓN

 

yo mismo te engendré, como rocío, / antes de la aurora 

Cómo aparece la materia, sólida e impenetrable como la vemos y palpamos, desde un origen elemental que es indefinido en su composición según los físicos?

 

Esa fue una de las discusiones más acérrimos en los primeros siglos sobre la aparición de Jesús como Hijo de Dios, no por nacimiento sino por generación. Una distinción que parece juego de palabras.

 

Se quería entonces proteger y subrayar que en Jesús, como Hijo de Dios-su Dios y nuestro Dios, el único de quien es posible esperar una verdadera salvación-se daba una línea legítima de salvación plena, definitiva, radical, irreversible. 

 

Marcos 4,1-20



REFLEXIÓN

tuvo que subirse a una barca

Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar

Salió el sembrador a sembrar

El escenario y el tema de la parábola muestran una incongruencia: sentado en una barca no habla de parábolas de pesca, sino de siembra y semillas.

Es posible un montaje posterior que disloca del escenario original.

Eso más que fraude puede indicar acomodación al tipo de auditorio, flexibilidad del mensaje según los oyentes.

Una estrategia pedagógica aprendida del mismo Jesús por los apóstoles y catequistas posteriores.

El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno

En el mensaje de la parábola hay reminiscencias proféticas a propósito de una realidad observada durante siglos: el resto.

El resto es la cantidad indeterminada de personas que se mantienen leales y fieles a la Palabra, que son tierra buena, que abren los oídos y escuchan.

Y aun en el resto hay diferencias de aprovechamiento y señalamiento. Diferencias individuales, de la variedad de ejercicios de libertad personal, porque se dan diferentes cantidades de cosecha.

Entonces por un lado hemos de reflexionar sobre nuestra pertenencia al resto: se da?

Y por otro hemos de ponderar nuestra cosecha, la que debemos y la que podemos en acción de gracias por ser buena tierra aún.

"¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás?

En la experiencia del ministerio de la Palabra los predicadores fueron recogiendo dificultades de los que escuchaban.

Se consternaban observando que no todo el mundo acogía la palabra congruentemente, y aunque escuchaban no actuaban de acuerdo a ella.

Incluso aunque actuaran no todos eran tan perfectos en su aprovechamiento. Establecían comparaciones y hasta se etiquetaban creyéndose unos más justos que otros.

Entonces proponen los evangelizadores que los escuchas sean honestos y se examinen sus actitudes al escuchar la palabra y se cuestionen sobre su cumplimiento.

Nos invitan pues a una autocrítica.

Ayuda entender la parábola en una fase posterior de alegoría que se brinda como una tipología de actitudes de escucha basada en las diferencias que se pueden dar en una siembra, dependiendo de la clase de tierra en la que cae la semilla, cuando se siembra al voleo.

Así hay semillas a borde del camino, en tierra llena de piedras o entre zarzas.

Aun en la tierra fértil, unas dan más cosecha que otras.

viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben

Convertirse en mejor tierra sería el compromiso.

Mejor escucha, mayor constancia y valentía, menos ambición del mundo y más cosecha.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1354396871331098628?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Miércoles, III
San Bernardo Sermón sobre el Cantar de los Cantares 61,3-5

¿Dónde podrá hallar nuestra debilidad un descanso seguro y tranquilo, sino en las llagas del Salvador? En ellas habito con seguridad, sabiendo que él puede salvarme. Grita el mundo, me oprime el cuerpo, el diablo me pone asechanzas, pero yo no caigo, porque estoy cimentado sobre piedra firme. Si cometo un gran pecado, me remorderá mi conciencia, pero no perderé la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto, fue traspasado por nuestras rebeliones. ¿Qué hay tan mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo? Por esto, si me acuerdo que tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ya no me atemoriza ninguna dolencia, por maligna que sea. Por esto, no tenía razón aquel que dijo: Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Es que él no podía atribuirse ni llamar suyos los méritos de Cristo, porque no era miembro del cuerpo cuya cabeza es el Señor. Pero yo tomo de las entrañas del Señor lo que me falta, pues sus entrañas rebosan misericordia. Agujerearon sus manos y pies y atravesaron su costado con una lanza; y, a través de estas hendiduras, puedo libar miel silvestre y aceite de rocas de pedernal, es decir, puedo gustar y ver qué bueno es el Señor. Sus designios eran designios de paz, y yo lo ignoraba. Porque, ¿quién conoció la mente del Señor?, ¿quién fue su consejero? Pero el clavo penetrante se ha convertido para mí en una llave que me ha abierto el conocimiento de la voluntad del Señor. ¿Por qué no he de mirar a través de esta hendidura? Tanto el clavo como la llaga proclaman que en verdad está en Cristo reconciliando al mundo consigo. Un hierro atravesó su alma, hasta cerca del corazón, de modo que ya no es incapaz de compadecerse de mis debilidades. Las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón; nos dejan ver el gran misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable misericordia de nuestro Dios, por la que nos ha visitado el sol que nace de lo alto. ¿Qué dificultad hay en admitir que tus llagas nos dejan ver tus entrañas? No podría hallarse otro medio más claro que estas tus llagas para comprender que tú, Señor, eres bueno y clemente, y rico en misericordia. Nadie tiene una misericordia más grande que el que da su vida por los sentenciados a muerte y a la condenación. Luego mi único mérito es la misericordia del Señor. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos. Y, aunque tengo conciencia de mis muchos pecados, si creció el pecado, más desbordante fue la gracia. Y, si la misericordia del Señor dura siempre, yo también cantaré eternamente las misericordias del Señor. ¿Cantaré acaso mi propia justicia? Señor, narraré tu justicia, tuya entera. Sin embargo, ella es también mía, pues tú has sido constituido mi justicia de parte de Dios.



REFLEXIÓN

Podríamos tomar más en serio el crucifijo, no la cruz sola y desnuda.No el martirio, la persecución, la acechanza. En el crucifijo, fijado en la cruz, encontramos al hombre inocente y generoso, que superó su propio miedo y aceptó entregarse a la justicia humana, pero sobre todo a la voluntad del Padre. Está fijado quien ya es glorioso, porque un trauma pasado, debe superarse para llevarnos a la gloria de la generosidad y la entrega. El cruci fijado nos debe inspirar potencialidad de libertad de todo lo que nos pueda someter, porque ya está glorificado.