jueves, 28 de enero de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Jueves, III semana

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50. 477·480) 

Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias palabras: Olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a compartir su gozo, diciendo: Alegraos y congratulaos conmigo; y, al pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también y dice, escribiendo a los corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades de los insultos y de las persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello que le sirven de gran provecho.



REFLEXIÓN

Nuestro tiempo actual, tomando en cuenta el volumen de reclamos y quejas, amparados en derechos supuestos o reales, se ha debilitado la actitud de energía como la del apóstol, que sigue sin mirar atrás y no gasta tiempo en lamer sus heridas. Lo cual no debe ser una argumentación a favor de la insensibilidad con las víctimas verdaderas e inocentes de los diferentes abusos que producimos.


Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Gracias sean dadas a Dios, que en todo tiempo nos lleva en el cortejo triunfal de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho más que otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.



REFLEXIÓN

Lo único, lo que más deseaba era agradar a Dios. Su magis, la estatura máxima que se deseaba alcanzar era la identificación con el beneplácito de Dios. Lo cual por ser un Misterio de fe, entregado a nuestro discernimiento por obediencia de fe, no es fácil de determinar, porque todos amamos nuestra opinión por encima de todo, incluso en formas sutiles de búsqueda de nosotros mismos, no importa que probada santidad sea la nuestra.

Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte sin él, de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un insignificante mosquito.
Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.



REFLEXIÓN

Posicionarse en el amor de Cristo es encontrar la perla escondida en el campo, por la cual se cambia todo para obtenerla. Es ubicarse en una región indeterminada de la existencia desde donde es posible avanzar contra viento y marea, con una energía inacabable, infatigable, siemrpe en seguimiento de sus huellas, siempre con el empuje de su Espíritu. 

miércoles, 27 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 3 de tiempo ordinario

 

Hebreos 10,11-18



REFLEXIÓN

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados

Cuántos sacerdotes, ministros o pastores hoy en día, en los diferentes cultos y religiones serán capaces de relativizar su propio ministerio y misión, para enfatizar y enfocar el único sacrificio, ministerio y misión de Jesús de Nazareth, muerto y resucitado?

No tenerlo suficientemente en cuenta en las jerarquías eclesiásticas, vitalicias o temporales, proyecta una sombra de desconfianza en su lealtad a Jesús, y en la credibilidad de su ministerio y misión.

Levantan en muchas ocasiones la suspicacia sobre su ambición de poder.

Hoy vivimos un tiempo especialmente sensible a este punto, porque además de la suspicacia se da la confrontación y el ataque abierto a la autoridad de las jerarquías, sacando al escenario mediático hechos de corrupción en los que se les acusa de ser autores y cómplices.

En algunos casos algunas de estas jerarquías han admitido esas culpabilidades de alguno de sus miembros y han pedido perdón.

No sólo han olvidado a quién sirven y representan, sino que han malogrado hasta cierto punto el servicio a la misión del reino tomando parte en el anti-reino.

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados

Todo trabajo de fe consiste en volver al Espíritu del único sacrificio, el que hizo para siempre Jesús de Nazareth con su vida, palabra y obra.

Los ejercicios de Ignacio de Loyola son enfáticos y frenéticos en la identificación con Jesús y su misión.

Es la intuición genial aupada por el Espíritu de Dios que interviene en toda época para cuidar de su parcela.

Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados

Con Jesús y su entrega se nos dio y se nos dejó para siempre su perdón. El que afanosamente y anualmente gestionaba un sumo sacerdote hebreo en el silencio del santo de los santos. O el que con sangre y en medio de alaridos espantosos dramatizaban los sumos sacerdotes de algunas religiones que sacrificaban humanos.

Entre nosotros si hay perdón no hay pecado. Si actuamos el perdón, renace el ágape y la fraternidad, y el pecado se esfuma como un delirio nocturno ante el amanecer.

Salmo responsorial: 109 



REFLEXIÓN

 

yo mismo te engendré, como rocío, / antes de la aurora 

Cómo aparece la materia, sólida e impenetrable como la vemos y palpamos, desde un origen elemental que es indefinido en su composición según los físicos?

 

Esa fue una de las discusiones más acérrimos en los primeros siglos sobre la aparición de Jesús como Hijo de Dios, no por nacimiento sino por generación. Una distinción que parece juego de palabras.

 

Se quería entonces proteger y subrayar que en Jesús, como Hijo de Dios-su Dios y nuestro Dios, el único de quien es posible esperar una verdadera salvación-se daba una línea legítima de salvación plena, definitiva, radical, irreversible. 

 

Marcos 4,1-20



REFLEXIÓN

tuvo que subirse a una barca

Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar

Salió el sembrador a sembrar

El escenario y el tema de la parábola muestran una incongruencia: sentado en una barca no habla de parábolas de pesca, sino de siembra y semillas.

Es posible un montaje posterior que disloca del escenario original.

Eso más que fraude puede indicar acomodación al tipo de auditorio, flexibilidad del mensaje según los oyentes.

Una estrategia pedagógica aprendida del mismo Jesús por los apóstoles y catequistas posteriores.

El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno

En el mensaje de la parábola hay reminiscencias proféticas a propósito de una realidad observada durante siglos: el resto.

El resto es la cantidad indeterminada de personas que se mantienen leales y fieles a la Palabra, que son tierra buena, que abren los oídos y escuchan.

Y aun en el resto hay diferencias de aprovechamiento y señalamiento. Diferencias individuales, de la variedad de ejercicios de libertad personal, porque se dan diferentes cantidades de cosecha.

Entonces por un lado hemos de reflexionar sobre nuestra pertenencia al resto: se da?

Y por otro hemos de ponderar nuestra cosecha, la que debemos y la que podemos en acción de gracias por ser buena tierra aún.

"¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás?

En la experiencia del ministerio de la Palabra los predicadores fueron recogiendo dificultades de los que escuchaban.

Se consternaban observando que no todo el mundo acogía la palabra congruentemente, y aunque escuchaban no actuaban de acuerdo a ella.

Incluso aunque actuaran no todos eran tan perfectos en su aprovechamiento. Establecían comparaciones y hasta se etiquetaban creyéndose unos más justos que otros.

Entonces proponen los evangelizadores que los escuchas sean honestos y se examinen sus actitudes al escuchar la palabra y se cuestionen sobre su cumplimiento.

Nos invitan pues a una autocrítica.

Ayuda entender la parábola en una fase posterior de alegoría que se brinda como una tipología de actitudes de escucha basada en las diferencias que se pueden dar en una siembra, dependiendo de la clase de tierra en la que cae la semilla, cuando se siembra al voleo.

Así hay semillas a borde del camino, en tierra llena de piedras o entre zarzas.

Aun en la tierra fértil, unas dan más cosecha que otras.

viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben

Convertirse en mejor tierra sería el compromiso.

Mejor escucha, mayor constancia y valentía, menos ambición del mundo y más cosecha.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1354396871331098628?s=20